Trump exporta pandilleros

Trump exporta pandilleros
Por:
  • bibiana_belsasso

El día de ayer en un excelente reportaje realizado por Carlos Jiménez y publicado en este diario nos platicaron que en Tepito operan importantes bandas de pandilleros formadas en Estados Unidos que han sido deportadas a México. Cuatro de estos delincuentes estuvieron presos en Los Ángeles acusados de homicidio y narcotráfico y pertenecen a una organización llamada Los Sureños 13. Ellos entregaban al cártel de La Unión en Tepito 30 mil pesos mensuales para poder tener su bodega con mariguana y cocaína y no ser molestados. Los Sureños 13 distribuyen droga y cometen delitos en la Ciudad de México.

Pero no son ni remotamente los únicos pandilleros norteamericanos que han llegado a refugiarse a nuestro país.

Las pandillas constituyen una pieza fundamental para la distribución de droga. Son las que generan la mayor violencia, porque no pelean los grandes mercados, sino luchan por la esquina o la localidad donde se vende la droga al menudeo. Son las que secuestran, roban y distribuyen los estupefacientes.

Por ejemplo, en Ciudad Juárez cuando hace unos años se desató la violencia fue por la batalla que libran Los Aztecas y Los Artistas Asesinos, hoy bastante disminuidos. Todo empezó con el enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa y el de Juárez; los sinaloenses contrataron a Los Artistas Asesinos para encarar en las calles a la pandilla que controlaba Vicente Carrillo. La enorme mayoría de las muertes registradas en Juárez deviene del choque entre ambas bandas.

Los líderes de estas pandillas, al igual que Los Sureños 13, se formaron en Estados Unidos, muchos en los propios penales; por ejemplo, de El Paso, Texas.

La banda de Los Aztecas fue fundada en 1986 por un chicano de origen chihuahuense llamado Longo Fernández. Él formaba parte del Sindicato de Texas, una fuerte agrupación de Estados Unidos, pero él se independizó y diseñó una pandilla mexicana con base en el Segundo Barrio de El Paso, Texas, y en el barrio Azteca, de Ciudad Juárez. Longo fue asesinado hace más de diez años, pero cientos de jóvenes de Texas y Chihuahua se unieron al grupo para defenderse cuando fueran encarcelados.

Los Maras, por ejemplo, también aparecieron en Estados Unidos, en Los Ángeles, en la década de 1980, comandados por inmigrantes centroamericanos y se expandieron hacia otras zonas de Estados Unidos, Canadá, México, América Central y España. La mayoría son guatemaltecos, salvadoreños y hondureños.

Su presencia en Centroamérica es debido en gran medida igual a lo que vemos ahora con Los Sureños 13, a la deportación de delincuentes desde la Unión Americana a sus países de origen.

Éstos son sólo algunos casos de pandillas, pero en el año 2014 la PGR reconoció que en México operan nueve cárteles de la droga compuestos por 43 células criminales. Gran parte de éstas está conformada por pandilleros.

Y es que precisamente estas pandillas son las que más afectan a la seguridad cotidiana. Son las que pelean los territorios de las esquinas para vender drogas. Pueden llegar a ser muy violentas y saben que su expectativa de vida puede ser muy baja, pero no les importa porque quieren dinero fácil en el momento.

Estos grupos o pandillas matan de forma distinta. Venden drogas y no tienen piedad con sus rivales. Se cree, por ejemplo, que los Maras son de los más violentos. Los cárteles siempre tienen como aliados a los pandilleros para que peleen el territorio y distribuyan la droga. Y en nuestro país las pandillas norteamericanas siempre han estado muy ligadas al crimen organizado.

Trump dice que México exporta criminales a Estados Unidos. Sería bueno que alguien le explique que en muchos casos es al contrario, como lo hemos venido viendo con estos pandilleros, que han llegado a territorio mexicano desde Estados Unidos para causar disturbios y generar violencia.

bibibelsasso@hotmail.com

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