Trump rompe con la prensa

Trump rompe con la prensa
Por:
  • montserrats-columnista

Cuando el presidente estadounidense llamó a la prensa opositora “enemiga del pueblo” desató un debate en torno a si realmente se daba cuenta de las implicaciones y la carga política e histórica que tenían las palabras usadas.

Como cada vez que su Twitter personal se activa con desenfrenada furia, los analistas no saben si adjudicar esos efectos a una estrategia genial o una total falta de sentido lógico y crítico. ¿Qué tenemos entre manos un infante impredecible o un mago manipulador?

Llamar a la prensa “enemiga del pueblo”, pedir que se prohíban las fuentes anónimas y bloquear el trabajo de los medios que no son afines al líder supremo han sido características de gobiernos autoritarios que todos quisiéramos olvidar. Para un país que se jacta de contar con un amplio historial democrático y de ser un férreo defensor de la libertad de prensa dentro y fuera de sus fronteras, esto es un escándalo.

La presidencia de Trump ha optado por el famoso “America first”. Sin embargo, esto puede ser peligroso cuando se descuida el efecto que tiene lo que pasa en casa en el resto del mundo. En los mismos días en los que el mandatario aumentaba el calor en su pleito con la cadena CNN, Nicolás Maduro vetaba a esta misma empresa de noticias en Venezuela. El resultado fue el silencio obligado de Trump ante un acto de opresión del dictador venezolano, algo atípico en la historia reciente entre estas dos naciones.

¿Cómo criticaría Estados Unidos a Maduro cuando su argumento es básicamente el mismo que el de Trump?

¿Se dará cuenta Trump de los tintes negativos que está tomando su mandato? Se dice que las encuestas de aprobación están cayendo estrepitosamente pero este dato es engañoso. La economía está estable y creciendo, éste es el factor primordial que califica a un mandatario. Por lo demás, distraer la atención del mundo con este tipo de declaraciones mientras se enfría el tema de la injerencia rusa en las elecciones es una gran idea.

Ignoro si este personaje es el autor de semejante estrategia o si es un títere de un poder misterioso que utiliza sus arranques como ariete. Lo que me parece claro es que hay características similares en los gobiernos autócratas y éstas tienen que ver con el uso de la violencia verbal, la dominación y la polarización de la sociedad. El marcar un nosotros muy reducido y el resto denominarlo como “enemigo” es una señal de un régimen cerrado al diálogo, al sano disentimiento y a la democracia misma.

Crear confusión, desconfianza y división es una estrategia efectiva para consolidar el poder. Cualquier respuesta de la prensa afianza la impresión de la base de Trump de que su presidente está siendo sistemáticamente atacado. Es una medida tan efectiva como inmoral.

msalomonf@gmail.com Montserrat Salomón.