Un año después

Un año después
Por:
  • antoniof-columnista

“La muerte no existe, la gente solo

muere cuando la olvidan”

Isabel Allende

Después de una tragedia, el cerebro nos ayuda a sobrevivir de una mejor manera mediante un mecanismo que nos hace olvidar lo sucedido, también  en la sabiduría popular se dice que el tiempo lo cura todo, pero en el caso del terremoto de la ciudad de México, sucedido el 19 de septiembre del 2017, hace un año exactamente, no podemos olvidarlo por más que nuestro cerebro lo intente y pasen los meses.

El terremoto del año pasado no podemos olvidarlo, simplemente por que los edificios dañados siguen ahí, recordándonos la tragedia, recordándonos que la justicia tarda o nunca llega, todo lo prometido está pendiente,  del fondo para la reconstrucción no se sabe casi nada, las investigaciones para dar con los responsables tampoco se han concluido, mientras que las autoridades coludidas con los constructores ni una pista, sin embargo los edificios derruidos o dañados no olvidan lo sucedido, como tampoco las victimas que siguen pidiendo justicia.

Como muchas veces, ante los problemas y escándalos de los funcionarios, los gobiernos apuestan al olvido de la población, que pase el tiempo y todo siga igual, pero en el caso de los terremotos, los habitantes de la ciudad de México no podemos olvidarlo, además de la presencia de los edificios dañados, tenemos algo más tenebroso, que son las alarmas sísmicas, el sonido que emiten nos paraliza, entra al fondo de nuestra memoria para rescatar los recuerdos más desgarradores y tristes que nos pueden  hacer estallar en llanto o hacer salir despavoridos, por ello las autoridades se equivocan al apostar al olvido, ya nunca olvidaremos lo sucedido, por ello las autoridades deben de ser proactivas en el esclarecimiento de los responsables de los daños causados y enjuiciar a quien resulte responsable sea quien sea.

Un año después, el reglamento de construcción de la Ciudad de México no se ha modificado, las construcciones ilegales continúan en todas partes, mientras no se castigue a los responsables el costo-beneficio sigue a favor de los que violan la ley y de los corruptos, que en las diferentes instancias del gobierno otorgan  los  permisos sin ningún fundamento, y tampoco castigan a los que construyen en contra de las normas previstas.

El nuevo gobierno  y la asamblea legislativa de la Ciudad de México, tienen una tarea muy importante,  que consiste en  generar una nueva cultura de la construcción, donde se respete los limites y se sujeten a los proyectos autorizados para cada región, de lo contrario en el próximo terremoto tendremos las mismas desgracias de hace un año.

Un grave problema en materia de construcciones tiene que ver con que sea de índole local, es decir, cada Municipio del país debe de contar con su propio reglamento de construcciones, y eso no sucede, pues de dos mil cuatrocientos Municipios solo 165  cuentan con reglamento,  y de esos 165 solo 75 reglamentos contienen normas para construcción, los restantes tan solo son administrativos, regulan  las licencias y tramites, por ello se debe de emprender una reforma para que la materia de construcciones sea estatal y así cada estado regule de forma más eficiente esta materia tan delicada, ya que las autoridades Municipales no han podido hasta ahora, y con ello abonaríamos para tener construcciones de mejor calidad y evitaríamos las irregularidades.