Un poco de filosofía en la vida diaria

Un poco de filosofía en la vida diaria
Por:
  • larazon

Dr. Abel Jaime Navarro

El gran dilema de los humanos es compaginar su existencia con la esencia de su vida. Ése ha sido el tema de los grandes filósofos y esto ha originado diferentes escuelas del pensamiento. En cualquier libro de historia de la filosofía, se pueden encontrar los argumentos sobre estas reflexiones.

El objeto de este tema es tratar de hacer una interrelación entre esta dicotomía de la existencia del hombre y su comprensión de lo que es esencial en su vida y cómo puede superar los valores que se le han transmitido en el seno familiar y entender lo que le enseñan su micro y macrosociedad día a día.

Todo en la vida social se mueve a base de valores antropológicos. En distintas épocas de la Humanidad el hombre ha forjado el progreso o la destrucción.

Mucho se ha debido al poder económico y político de sus dirigentes, por llamarlos así. Sin embargo, su actuación dependió fundamentalmente de los valores que tenían y por lo general, de los aspectos psicológicos de su comportamiento.

La gama de valores de los hombres y las mujeres van desde los ideales del progreso y desarrollo hasta la concentración del poder. Todo se fundamenta si lo que se realiza está en función de los demás o es para la satisfacción de su propio ego.

Los grandes hombres y mujeres han surgido de las circunstancias especiales en que han nacido y vivido. Unos han salido de la pobreza total, que han sido la mayoría, y otros de las circunstancias favorables de un proceso educativo.

Tener genio o ingenio, es una cualidad personal que se desarrolla por una alta motivación interna; donde desde su niñez, sea por la instrucción de los padres o la familia en su conjunto, le enseñan una serie de valores que persisten por lo general de generación en generación.

Los niños sueñan y tienen su propia realidad o fantasía, aspiran a la comprensión y el reconocimiento de sus actos de superación. Este conocimiento se refiere a la forma de expresión y al aprendizaje de sus habilidades personales que complace a la familia.

Cuando se van desarrollando y madurando, sus sueños se disipan, pero queda en ellos los gratos recuerdos de la niñez.

En la juventud los jóvenes, vuelven a soñar en cosas tan simples y naturales, como son las aventuras y la conquista de alguien del sexo opuesto y, sobre todo, empiezan a aspirar y a reafirmar su personalidad en el grupo de amigos con quienes convive.

A veces requiere aceptar otros valores, con tal de pertenecer a un grupo determinado. Esta época de su vida es esencial para su futura supervivencia. O se traza una trayectoria de lograr objetivos ideales o se entrega al proceso de rebeldía y autodestrucción, por falta de autoestima.

Cuando se inicia la edad adulta joven, los ideales de trabajo y superación son esenciales en su proceso de formación. Las pequeñas decisiones pueden alterar el transcurso de su historia personal. No existe suficiente experiencia para visualizar en forma clara lo bueno y lo malo de la actuación personal y en grupo.

Vivimos en un mundo de contemplación inerte, pero convivimos con seres humanos que luchan, algunos en forma pasiva y otros en forma agresiva, para lograr cada quién sus objetivos personales.

Se tiene un concepto de que el fin justifica los medios. Pero a este tipo de valores a veces le han dado un período regresivo a la Humanidad, porque los hombres utilizan el poder para hacer la guerra y complacer su espíritu de conquista.

Lo único que podemos conquistar es el afecto de los demás, tan simple como eso y en primer término, está el cariño de la novia o la pareja que nos conduce al matrimonio y a la formación de la familia.

Posteriormente se pasa a la edad adulta madura, donde los conceptos de autoridad, responsabilidad y respeto llevan al fortalecimiento de sus propios valores. La vida y su tiempo es lo más preciado del hombre y la mujer y poca gente lo disfrutan plenamente, simplemente porque no han reflexionado sobre el significado de su propia existencia y el destino que ellos mismos se quieren forjar. Les ha faltado darle esencia a su propia vida.

Cuando se llega a la vejez el hombre vive de sus recuerdos y del afecto, cariño y amor y hasta a veces compasión y ternura de los que constituyen su familia y sus amigos más cercanos.

En esta etapa de su vida quisiera transmitir sus buenas y malas experiencias y, sobre todo, el pequeño grupo de valores que constituyó lo esencial en su vida.

Su vida quizá esté llena de errores que cometió por falta de valores, madurez o experiencia; sin embargo, la filosofía que adquirió en la vida diaria le permite reflexionar:

Por esta razón, el objetivo de este comentario es motivar a todas las personas, en las diferentes etapas de su vida, a reflexionar y darle sentido a su existencia y a determinar por sí mismos lo que es esencial en el tiempo limitado de su propia existencia, que al final de cuentas, es menor de cien años.

¡Quien no reconoce su pasado está condenado a repetirlo!

George Santayana