Literatura

Dedica versos a los recuerdos en nuevo poemario

Javier Cravioto Padilla presenta Los que se fueron, los que llegaron; “escribo para dar testimonio del fuego que siempre ronda la vida”, dice a La Razón

El poeta, en una imagen de archivo.
El poeta, en una imagen de archivo.Foto: Abiscos Casa Editorial
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Circula en librerías Los que se fueron, los que llegaron (Abismos Casa Editorial, 2020): poemario de Javier Cravioto Padilla (Ciudad de México, 1962) donde los fulgores del recuerdo son pliegues y huellas sobre la piel desnuda. El poeta habla de la “evasiva luz tras la ventana” y de la noche que “oscurece el renegrido tragaluz”. Unos se fueron y otros llegan: el rastro, estampa de aquello que fue impregnado hoy en la presencia.

Dos direcciones enmarcan este cuaderno: el rumor que palpita en la evocación de lo que ya no está; y la sustancia del acontecer de lo que llega. Versículos de rondas metafísicas en que lo melancólico se funde con el paisaje de la infancia y se hace palpable en el discurrir.

“Me interesa un yo lírico imbuido en el pasado, pero atado al presente. Hay en estos poemas la búsqueda de la duración que se nutre de recuerdos: testimonio de todo aquello que no está en la apariencia, pero sí en los vestigios. ¿Por qué hablamos de huellas? ¿Por qué esa mirada a todo aquello que estuvo con nosotros y que ahora no está?”, expresó en conversación con La Razón el también filósofo y ensayista, Javier Cravioto Padilla.

¿Tono reposado con índices de furor y melancolía? Así llegan los recuerdos. Lo melancólico, muchas veces, se mezcla con el arrebato y la impotencia del dolor.

¿Amor juvenil, aprensión y clemencias? El libro discurre por las sendas de las trazas que han dejado los que se fueron y, asimismo, en el convencimiento de que nada perdura. De ahí el recelo y la compasión de un yo confesional.

¿La visión de una mujer amada que renace en el presagio? El erotismo aquí se vislumbra en los designios de la ausencia que en un momento fue presencia. El poeta duda, no puede decir el nombre y de decirlo sería uno de un “sonido equívoco/ enloquecido”.

¿Por qué el recurso de los versos endecasílabos? Creo en el verso impulsado por la respiración. Sílabas que juegan con la cadencia de un habla de natural pronunciación. El endecasílabo se impone en las progresiones de la versificación castellana.

Los que se fueron, los que llegaron
Los que se fueron, los que llegaron
Los que se fueron, los que llegaron
  • Autor: Javier Cravioto
  • Género: Poesía
  • Editorial: Abismos Casa Editorial, 2020