Descubren la obra de arte más antigua del mundo

Arqueólogos de la Universidad de Griffith, Australia, descubrieron en una cueva, ubicada  en la Isla de Célebes, en Indonesia, la pintura rupestre más antigua que se conoce hasta el momento, pues tiene, al menos, 44 mil años y representa una escena de caza.

La investigación, publicada ayer por la revista Nature, describe la obra como un grupo de figuras abstractas, que combinan características humanas con animales, las cuales se observan persiguiendo a grandes mamíferos con lanzas y utencilios.

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La representación de los cazadores a través de estas figuras antropomórficas, detallaron los expertos, posiblemente es la prueba más antigua que existe de la concepción de seres sobrenaturales por parte de la humanidad, “la piedra angular de la religión”.

Hasta ahora, las imágenes reconocibles más antiguas de humanos y su interacción con fauna correspondían a piezas rupestres descubiertas en Europa, proveniente del periodo paleolítico superior, con una antigüedad de entre 14 y 21 mil años.

El equipo de la investigación, liderado por los arqueólogos Maxime Aubert y Adam Brumm, encontró dichas manifestaciones en la cueva Leang Bulu’ Sipong 4, descubierta en 2017 en una región kárstica de piedra caliza en Célebes.

“La pintura rupestre de Leang Bulu’Sinpong 4 sugiere que no hubo una evolución gradual del arte paleolítico desde lo más simple a lo más complejo hace 35.000 años, al menos no en el sureste de Asia. Los grandes componentes de una cultura artística avanzada estaban presentes en Célebes, hace 44 mil años, incluyendo arte figurativo, escenas y teriántropos”, explicó Aubert.

El estudio consistió en una medición la degradación radiactiva del uranio generado en los dibujos de la cueva, sobre unos 4.5 metros de pared, el cual dio como resultado una franja de edad que oscila entre 35.1 y los 43.9 mil años.

En las pinturas, describe el estudio, aparecen al menos ocho figuras humanoides y seis animales (dos cerdos y cuatro búfalos enanos), realizados al mismo tiempo  con pigmentos rojos, en la misma técnica estilística. Están dibujadas con trazos simples y estilizados, con caras alargadas que evocan hocicos y bozales y otras características propias de aves, reptiles y otros animales de la zona.