LA OPORTUNIDAD

LA OPORTUNIDAD
Por:
  • raul_sales

“En relación a lo que ha pasado en la última década, baste decir que lo vinimos avisando desde hacía mucho más tiempo, era solo cuestión de que la población llegara al punto crítico para que los recursos no fueran suficientes y quizá, hubiéramos llegado a ese punto en unos doscientos o trescientos años más pero, si a eso le sumamos la cantidad que desperdiciamos, el ritmo en que lo hacemos y el crecimiento exponencial de nuestras necesidades reales y las impuestas por nuestro consumismo desenfrenado que ya cruzamos, desde inicio de año, el punto de no retorno. Hagamos lo que hagamos... estamos condenados”.

El mensaje del vídeo era repetitivo, mal expuesto, alarmista incluso y, no obstante, las imágenes y la musicalización del mismo le daban un dramatismo que lo hizo viral. Por supuesto, eso se debió a “nuestro activismo en redes” ya saben, el ver alguna causa y compartirlo o darle “like” creyendo que con eso ya contribuimos a salvar al mundo, como si el hecho de estar sentado en un dispositivo electrónico no fuera producto del consumo, de la necesidad de plástico, de desvío de ríos o metales pesados para la generación de energía, de hacerlo mientras desgastamos hasta la médula nuestro planeta. Sí, lo hicimos viral como parte de la “concientización” pero del ser “conscientes” al dejar de hacerlo había un largo, muy largo trecho.

El ser humano, gregario por naturaleza; el ser humano, el poseedor indiscutible de la cima de la cadena alimenticia; el ser humano, el único que para satisfacer una necesidad insignificante actual, puede destruir futuros sin pestañear. Eso somos o eso nos hicieron, ya ni siquiera puedo considerarnos gregarios, cierto, seguimos juntos en manada pero cada uno va conectado a su propio mundo, cada uno creando miles de fórmulas químicas cancerígenas bajo el supuesto de hacernos la vida más fácil, para que las manzanas envenenadas se vean rojo brillante al comerlas. Sí, el video se hizo viral porque tenía una verdad que sabíamos y nos empeñábamos en negar... estamos condenados.

Lo sé, soy uno de esos que ve nubes en un día soleado aunque, en este caso, todo mi pesimismo rozaba apenas la base de una realidad devastadora y quizá por eso, porque me había preparado para lo peor incluso en el mejor de los días es que pude encontrar una solución... tal vez solución no sea la palabra correcta, más bien, encontré la oportunidad, ahora venía lo complicado que era convencer a los que no quieren ser convencidos, de una verdad que saben que es verdad pero, que prefieren mantenerse en la mentira por sanidad mental.

La oportunidad era de una simpleza abrumadora, solo teníamos que seguir como estábamos pero poniéndole más empeño, en otras palabras, era envenenara aún más nuestro planeta para que casi la tercera parte de la población desapareciera y los que quedaran tuvieran una oportunidad con los escasos recursos que quedaran mientras el resto de la tierra se curaba lenta y paulatinamente sin la plaga que representamos actualmente. No, no me juzgues tan rápidamente como el más despreciable de los genocidas, al fin y al cabo, el hecho de que te hagas de la vista gorda con los transgénicos, con los miles de químicos de tu shampoo, acondicionador, gel de pelo, del jabón de trastes, ropa, manos, pisos, del uso de tu carro para ir a la esquina, de los insecticidas, plaguicidas, de las ceras para que las frutas se vean “nice”, de cambiar de celular solo porque el otro es dos milímetros más grande o su pantalla es de sepa Dios que, o de su capacidad que estoy seguro, segurísimo que usas de manera correcta, o de tu laptop que solo usas para internet o ya puestos en eso de lo superfluo, que tal tu maquillaje que no solo fue probado en animales sino que además es veneno puesto con mucho cuidado para mentirte y mentirle a los demás. No, no me juzgues, yo solo haré lo que hemos estado haciendo pero, con un motivo, es más, lo mío será más humanitario que desplegar un centenar de aviones para bombardear ciudades llenas de niños y mujeres para poder controlar el poco petróleo que queda o el agua, o los minerales necesarios para poder seguir construyendo cosas innecesarias de manera acelerada para que las sigas comprando con un papelito que dice que vale pero que no hay nada atrás que lo respalde excepto una mentira que queremos creer por comodidad.

Seguro piensas que me será imposible convencer a alguien para que me ayude, que nadie querrá mancharse las manos, ¡vamos! No hablaba de convencer a los que deben ayudarme, ellos ya lo están haciendo, a ellos solo les deseo hablar de que habrá más utilidad hoy y que se pudra el mañana y estarán en el bolsillo, no, hablo de convencer a los demás, de decirles que solo así habrá una oportunidad para nuestras generaciones futuras, que sí, que nos dolerá pero es similar a un caso de gangrena, o nos cortamos el pedazo o nos consumirá. Dime, ¿no darías tu vida por tus niños?

Es hora de empezar, pronto me verán, es cierto, me odiarán, si pudieran me quemarían en leña verde o me despellejarían con cuchara de plástico pero, podrán odiarme, quemarme o despellejarme hoy, en unos cientos de años, los hijos de los hijos de sus hijos... me darán las gracias.

“El día de hoy la policía capturó al terrorista que amenazó hace unos días a la población. En la bodega en que se encontraba, hallaron miles de litros de una fórmula química desconocida, los análisis preliminares hablan de un compuesto que aceleraría los efectos de los componentes de nuestros productos de limpieza y belleza”.

“La empresa señalada como proveedor del terrorista capturado hace unos días se deslinda de cualquier responsabilidad, el abogado y el apoderado legal, presentaron una denuncia interpuesta por el robo de los productos un día antes de que fuera capturado. La pregunta que hicimos aún no ha sido respondida ¿Por qué no lo presentaron desde el momento en que se les señaló?”

“Una rara y mortal enfermedad fue descubierta hace unos días, los médicos están desconcertados ante la rapidez  de su propagación y su alta tasa de mortandad...”