LOS OTROS YO

LOS OTROS YO
Por:
  • raul_sales

-No lo entiendo.-

-Es que no debes entenderlo. Para explicarlo tendría que hacerte pasar por una serie de ecuaciones matemáticas que no entenderías ni volviendo a nacer.-

-Inténtalo poniéndolo en términos simples para “una simple mortal” cómo yo.-

Suspiró ruidosamente y empezó la explicación como lo haría un padre a un hijo de un tema no acorde a su edad, un maestro a un alumno con problemas de aprendizaje o un hombre brillante a su no tan brillante pareja.

-Existen universos paralelos, millones de ellos, no tiene nada que ver el espacio o el tiempo, eso es lo que hace que no nos entre en la cabeza. Estamos acostumbrados a cuatro dimensiones y a seguir las leyes físicas, pensar en que hay algo fuera de lo que sentimos o vemos, es demasiado para nuestro cerebro y automáticamente lo eliminamos o se clasifica de manera diferente para mantener la cordura.-

-Ajá.-

-¿Lo ves? Para que te lo explico.-

-Es que no me estás explicando que estamos haciendo aquí.-

-Necesito ponerte en contexto, pero ahí te va con peras y manzanas. Cada vez que tomas una decisión, la teoría dice que hay dos posibles caminos, ambos existentes, ambos verdaderos y mientras en una realidad uno se difumina y desaparece, en otra, es la opuesta y así, entre bifurcaciones exponenciales se crean infinitas posibilidades. Por supuesto, hay decisiones “vectoriales” que hacen que diferentes universos se “toquen” creando la posibilidad de visitarlos.-

-¿Visitar qué?-

-Los universos.-

-¿Que universos?-

-¿Me estabas escuchando?-

-Sí pero, no entendí lo de las decisiones.-

-A eso me refería con que no tenía caso explicártelo. Mira, evitemos esto y prosigamos.-

-Es que no quiero que me pongas esa cosa rara en la cabeza.-

-No es una cosa rara, es un lector de onda que podrá alinearte con tus “otros yo” en algún momento y puedas visitarlas... visitarte.-

-Eso es lo que no entiendo.-

-Y regresamos al asunto. Digamos que en algún momento, tus ondas cerebrales, que son únicas, coinciden en determinado momento basado en emotividad, temperatura, nivel de alerta, etc... con uno de tus otros “yo” y eso te permitirá entrar como observadora durante un breve momento y será como si recordaras lo que viviste en ese otro universo y... ok, demasiadas explicaciones, si sigo, ni yo mismo lo entenderé.-

-¿Pero no me electrocutaré con tantos cables?-

-Solo te diré algo... a preguntas necias... oídos sordos. ¡Ponte el casco!-

-¿Por qué no te lo pones tú?-

-Porque alguien tiene que manejar el sintonizador.-

-Ok.-

-Empiezo.-

-¿Y bien? ¿Qué tal estuvo?-

-¿Qué cosa?-

-El viaje.-

-Pero si aún no haces nada.-

La mirada de asombro le dijo más que las palabras -Llevas treinta minutos en estado de inconsciencia.-

-Pues no, lo siento.-

-¡Carajo! Hay algo mal entonces. Mañana lo intentamos de nueva cuenta.-

[caption id="attachment_936628" align="alignnone" width="696"] Foto: especial[/caption]

Despertó y su sueño aún estaba fresco, era uno de esos en los que recordaba cada detalle. En él, había sido ingeniera diseñadora de feromonas y aunque nunca había escuchado algo así, sabía a detalle el proceso de modificación de las sustancias químicas liberadas, de hecho, era una de los más famosas diseñadoras y recordaba perfectamente la decisión y el corazón roto que la había encaminado en esa dirección y como, esa sensación de desamparo emocional había sido su motor en ese nueva disciplina que no se tomaba en cuenta pero que en el tiempo de sus sueño era usada desde la medicina hasta la moda y pasando, por supuesto, en el “marketing” y el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Su pareja estaba en el laboratorio, ahí se había pasado los últimos tres años de matrimonio y si bien recordaba haberse enamorado por su cerebro, también su cuerpo le pedía atención y desde hacía años que ni siquiera la tocaba... quizá si hiciera un coctel “passion débridée”... no, había sido un sueño.

-Ya lo calibré ¿Estás lista?-

Estuvo a punto de contarle su sueño pero, se abstuvo, si creía que su sueño era una visita, dejaría de necesitarla y la verdad, sentirse necesitada, la hacía sentir especial. Asintió una sola vez.

Caminaba por una enorme sala de juntas, “su” sala de juntas, era la más joven socia directora de la firma, su tasa de éxito en los juicios era una marca perfecta y mucho tenía que ver con los que aceptaba y con los acuerdos a los que llegaba. Su primer gran éxito fue su divorcio y fue un éxito porque nadie creyó que la “esposa trofeo” del prominente abogado fuera capaz de hacerlo trizas en el tribunal y no solo quedarse con la fortuna sino mandarlo a la cárcel como merecería cualquier patán capaz de pegarle a una mujer. Desde ese juicio, su fama se fue a las nubes y ahora, era no solo ejemplo sino inspiración del movimiento feminista.

-¿Ahora sí?-

-¿Sí qué?-

-¿Viajaste?-

-No. Lo siento.-  Lo dijo bajando la mirada para que no se notara la mentira en sus ojos. Viajaba literalmente y si bien, le gustaba sentirse necesitada, en este momento, la emoción predominante era la curiosidad. Pues se dio cuenta de que no solo sabía de un tema que nadie en este mundo conocía sino que ahora, además, era experta en leyes especializada en divorcios.

Física, piloto, arquitecta, modelo, científica, actriz, astronauta, presidenta, CEO, periodista, escritora, cantante, empresaria, doctora...

Ama de casa, refugiada, desposeída, rea, violada, víctima, asesina, ladrona, prostituta, demente...

Era todo, era nada. Cada vida era diferente, todas eran suyas, ninguna lo era. Tenía grabado el conocimiento de cada una, la especialización de cada una, el dolor de todos sus yo.

-No más.-

-Amor, estamos casi listos.-

-No, la máquina está lista desde hace meses, he viajado, he conocido, he aprendido... he sufrido.-

-¡Entonces soy un genio!-

-Y un patán, acabo de decirte que he sufrido y solo pensaste en ti. Era lo único que quería saber. El hecho de que no notaras los cambios en mí, en el uso de mi léxico, en los “consejos” que te daba para mejorarla, en como casi te supliqué que me prestaras atención y te negabas con un gesto.-

Se envaró al escuchar las palabras y apenas conteniendo su ira levantó la mano -¡No me hables así! ¡Soy tu marido y me respetas!-

-El respeto se gana, el amor también, en esta vida me enamoré de tu cerebro y nunca me consideré a tu altura, de hecho, a veces me preguntaba como alguien con tu inteligencia pudo fijarse en alguien que era tan tonta. Pero eso ya no es verdad, ahora soy infinitamente más inteligente, culta y preparada de lo que tu jamás podrías ser y ahora entiendo la manera reiterativa en que me sobajabas, me humillabas y manipulabas para controlarme. No, si algo me quedó claro es que fui exitosa cuando estuve sola y me hundí en el fango cuando dependí de ti u otros como tú.-

-¿Qué otros?-

-No lo entiendes ¿verdad? No giró alrededor de ti, el mundo no gira alrededor de ti, los universos no están ni por asomo girando alrededor de ti. Eres, somos, apenas un grano de arena a la deriva en el infinito, con tu aparato yo soy un guijarro pero, en comparación tuya, soy la montaña más alta del universo.-

-Ya no te necesito, ahora viajaré yo.-

Sonrió cansinamente y sopló un polvillo al rostro de su marido... -Eres tan predecible.-

-Lo siento mucho señora. Comprendo su dolor pero, entienda que la aseguradora tenía suspicacia en relación a que una millonaria póliza de vida fuera contratada dos meses antes del fallecimiento. Era lógico que solicitaran una autopsia a detalle. Le pedimos una disculpa.-

-Claro, no hay motivo por el cual disculparse, entiendo perfectamente. ¿Me puede decir de qué murió?-

-Los ataques cardíacos son aleatorios, pueden sucederle a cualquiera en cualquier momento. Su marido parece que estaba bajo mucho estrés y eso terminó por cobrarle factura.-

-Era muy bueno, no sé que haré sin él.-

-Lamentó su pérdida señora pero, de lo malo, agradezca que la dejo protegida y con la enorme suma que recibirá, usted podrá hacer lo que quiera.-

-Sí, así lo haré.-

Nunca antes, en sus múltiples vidas, una verdad tan profunda había sido dicha, “hacer lo que quiera”... ser lo que quiera... y saber como hacerlo. Agradeció en silencio a sus “otros yo”, a las buenas, a las malas, a las grises, ningún universo había tenido a alguien como ella y si bien, no pensaba “viajar” nunca más, todo lo que había aprendido la harían cambiar el suyo... como mejor le pareciera.