Exhibe San Ildefonso obsesiones de Cauduro a través de medio siglo

Rafael Cauduro (Ciudad de México, 1950), artista disidente que ha incursionado en el dibujo, escultura, muralismo, caricatura y pintura con un aval de cinco décadas de trayectoria que la exposición retrospectiva Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro), instalada en las salas del Antiguo Colegio de San Ildefonso, celebra a través de un acercamiento a más de 156 piezas, las cuales dan testimonio de sus significativas contribuciones al arte plástico de México.

Muestra que forma parte de la celebración de los 100 años del muralismo mexicano, abre sus puertas a partir del próximo jueves 24 de febrero hasta el domingo 26 de junio de 2022, gracias a la colaboración de la Casa de Estudio Rafael Cauduro, UNAM, Secretaría de Cultura y la Suprema Corte de Justicia. Distribuida en un área de mil 103 metros cuadrados (siete salas del Colegio de San Ildefonso) las obras de Cauduro dialogan con la arquitectura barroca novohispana del recinto donde aún se atesoran rastros del muralismo mexicano.

En conferencia de prensa ayer —previa a un recorrido por la exposición para los medios—, que contó con la presencia de Liliana Pérez Cano, directora de la Casa Estudio Rafael Cauduro, y de la modelo Elena Cauduro Pérez —hija del pintor—, la curadora Alesha Mercado destacó: “La obra de Cauduro habla por sí sola, no se presta a equívocos. El espectador menos familiarizado es capaz de reconocer sus pinturas, lo cual refleja la creación de su propio alfabeto estético. Esta exposición valora sus aportaciones en técnicas y en narrativas a la historia del arte mexicano. Trayectoria de 50 años, los visitantes serán testigos del trabajo de un artista completamente autodidacta que creó su propio camino”.

Retrospectiva pictórica que no tiene una estructura lineal ni progresiva de las diferentes etapas creativas del pintor del popular mural del Metro Insurgentes Escenarios subterráneos: Alesha Mercado explicó que se tomaron como ejes las ideas y obsesiones que marcan la voluntad de su imaginario visual: sala introductoria con caricaturas políticas iniciales en seguimiento de óleos sobre la migración infantil, la violencia contra la mujer, el erotismo, la violencia, la vulnerabilidad y la discapacidad hasta confluir con los murales.

Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro) parafrasea el verso de Gertrude Stein (“Una rosa es una rosa, es una rosa”) en la propuesta de que quien entra a las coordenadas visuales del autor del mural Los 7 jinetes mayores, ubicado en la escalinata de la Suprema Corte de Justicia, se da cuenta de la originalidad de su mundo pictórico.

Un cuadro de Rafael Cauduro: una invitación a ver la vida a través de su mirada enclavada en verdades, quimeras, deseos y frustraciones. La familia forma parte de muchas piezas: el nacimiento de su primera hija Juliana hizo que Cauduro reflejara en sus lienzos a la discapacidad desde una configuración de asombrosa ternura en la concepción de una serie de obras enclavadas en esa temática, la cual se podrá apreciar en esta instalación.

Se brinda al público la opción Ruta Cauduro con el objetivo de conocer a fondo la trayectoria del artista: Edificio Cauduro de la Condesa, Metro Insurgentes, Suprema Corte de Justicia y finalmente el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Un programa de actividades complementarias acompaña a la exposición con charlas y conferencias sobre el trabajo del pintor. “La creación del mural El Condominio”, conversatorio a cargo de Antonio Cordero (10 de marzo, 19 horas); “Rafael Cauduro y una nueva propuesta de muralismo”, coloquio impartido por Paola Pineda (7 de abril, 17 horas); y “Discapacidad: motor de la cultura” con la participación de Jorge Font ( 28 de abril, 17 horas), entre otras programaciones didácticas.

Un Cauduro es un Cauduro (es un Cauduro).