Después de 50 años, La Máquina le repite la dosis a Rayados
Esta vez no fallaron, no decepcionaron; obedecieron a su historia, la cual ha sido raquítica en los últimos años, pero parece que esta camada de celestes comienza a reivindicarse.
Cruz Azul, sin sudar mucho, le ganó la final de la Copa MX a los Rayados del Monterrey, en un cotejo donde los capitalinos jugaron relajados y tuvieron un par de destellos para quedarse con el cetro, el cual nutre su legado. Los regios, por su parte, quedaron cortos, desaparecieron y volvieron a vivir la bochornosa historia que hace medio siglo ya habían protagonizado.
La Máquina llegaba a esta instancia con el antecedente que arrastraban de hace 50 años, cuando en la temporada 1968-1969 del torneo, los de La Noria se impusieron al Monterrey por marcador de 2-1 en el Azteca. Con este resultado, los cementeros no sólo obtuvieron el campeonato copero, también se llevaron Liga y Campeón de Campeones de la campaña.
La Máquina celeste del Cruz Azul visitó tierras regias cargando una losa bastante pesada, la de ser el favorito y quedarse con el título; para ello, el tiomonel luso Pedro Caixinha, quien estuvo en las tribunas, echo mano de Guillermo Allison en la portería, Adrián Aldrete, Julio César Domínguez, Igor Lichnovsky y Pablo Aguilar en la zaga, mientras que Iván Marcone, Elías Hernández, Javier Salas y Josué Domínguez se encargaron de poblar el medio campo; claro estaba que los celestes fueron a la casa de Rayados de forma precavida.
[caption id="attachment_821022" align="alignnone" width="696"] Al minuto 11, Funes Mori tuvo la primera para Monterrey, pero la zaga celeste tapó su tiro y cambió el desarrollo del juego. Foto: Mexsport[/caption]
En la punta, Roberto Alvarado sirvió como enganche para aligerar el esfuerzo del único delantero, Caraglio, quien cual lobo solitario apretó la salida de los de casa. Por su parte, los anfitriones, comandado por el timonel uruguayo, Diego Alonso, fueron mucho más precavidos en la zona de atrás, pues nutrieron por demás a su defensa, poniendo a Carrizo en su meta, con Basanta, Vásquez, Molina, Gallardo y Cantú como centinelas, forjando una muralla que en el papel lucía infranqueable.
Ortiz y Rodríguez fueron los hombres que trabajaron con pico y pala el medio campo para tratar de acarrear las pelotas a Pabón, Funes Mori y Lajud, quienes representaron un peligro para la visita.
[caption id="attachment_821021" align="alignnone" width="696"] Hernández anotó el 1-0 a favor de La Máquina al 33’ con un disparo de primera intención, tras un rechace de Carrizo. Foto: Mexsport[/caption]
Y fue justo el Mellizo quien tuvo la primera del partido, cuando estuvo franco frente al portero celeste y ejecutó casi a la perfección, pero Domínguez se atravesó y evitó la caída de los suyos. Los capitalinos se sacudieron la displicencia y se distribuyeron mejor, aunque también dejaron más espacios, lo que permitió que el esférico rodara de lado a lado.
Así se fue la primera media, hasta que al 34’, el portero Carrizo rechazó un centro complicado, pero para su mala suerte la redonda quedó a placer para Elías Hernández, quien aprovechó que no tenía marca y se tomó tiempo y espacio para golpear de manera magistral el esférico y darle dirección a portería; un zaguero de Rayados intentó evitar la caída, pero desvió la pelota y la empujó a su marco.
[caption id="attachment_821020" align="alignnone" width="696"] Cauteruccio sentenció el triunfo celeste con un tanto al 53’, cuando quedó solo frente al marco rayado y empujó. Foto: Mexsport[/caption]
Para el complemento, la Máquina otra vez comenzó a apretar, de ahí que al 53’ pusieran el segundo, cuando Alvarado le acomodó un pase filtrado a Hernández, quien terminó sirviendo un centro, el cual fue rematado por el uruguayo Cauteruccio, para lograr el 2-0 que ya resultaba lapidario.
Monterrey se despabiló y comenzó a arrinconar a los celestes, pero, ya sea por suerte o precisión en su zaga, los visitantes contrarrestaron los embates, hasta que pasado el minuto 65 las cosas se fueron asentando y el encuentro cayó en el tedio.
La agonía fue de mero trámite, con llegadas tibias, aguatando el resultado por parte de los capitalinos y con jugadas sin idea del lado local. Al final, como se había predicho, la gloria fue celeste.
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El Dato: Desde 1996, Cruz Azul no ganaba una final en tiempo regular; a finales de los años 90 lo hizo ante Toros Neza, también en Copa.
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