No se asusten, así es Tim

No se asusten, así es Tim
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Por Israel Hernández

El Síndrome de Tourette afecta al 4 por ciento de la población mundial infantil, se inicia generalmente entre los 7 y los 10 años de edad y aunque es controlable, no es curable. Aquellos que lo padecen sufren de movimientos motores repentinos, emiten sonidos vocales involuntarios, hacen muecas y gestos, y en los casos más dramáticos tienden a golpear, insultar o imitar lo que les rodea.

El portero titular de la Selección de Estados Unidos, Tim Howard y del Everton de la Premier League, padece el Síndrome de Tourette desde los 9 años de edad.

En la pasada Copa Confederaciones 2009, celebrada en Sudáfrica, en la que el equipo de las barras y las estrellas terminó como subcampeón, Howard ganó el “Guante de Oro”, distinción que otorga la FIFA al guardameta más destacado en alguna competencia avalada por el organismo.

Sobre la cancha Howard llega a realizar alguno que otro movimiento brusco, pero no le representa gran peligro a sus compañeros o rivales.

“Existe mucho prejuicio y escaso conocimiento sobre los portadores del síndrome”, expuso el guardameta, al ser cuestionado en Sudáfrica, acerca de su padecimiento.

A pesar de que en su carrera como profesional de 12 años ha conseguido contener el síndrome que parece, de pequeño en su natal, North Brunswick, New Jersey, sufrió de discriminación y fue estigmatizado como le sucede pasar a las personas con esta enfermedad.

“Los niños son los animales más crueles del mundo, y a los otros niños, los que padecen este síndrome, los comienzan a catalogar como ‘niños raros’, porque hacen movimientos raros con su cuerpo.

“Estos pacientes copian las formas en las que habla la demás gente, son imitadores excelentes, copian sonidos de animales o hacen sonidos medio raros al tragar, al respirar, al hablar y eso, pues no está bien visto,. Si le agregas que tienen movimientos extraños que pueden ser catalogados como obscenos, los cuales pueden incomodar a mucha gente, da como resultado que estos pacientes sean estigmatizados y sufran de rechazo”, explica Octavio Arroyo, quien es médico neurocirujano del Instituto de

Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

En el juego del Azteca. Para el partido de esta tarde en el Estadio Azteca es probable que el arquero de los Estados Unidos presente algún tipo de manifestación, pero sus actuaciones en competencias con sus clubes y con su selección nacional demuestran que no le han afectado para su labor bajo los tres postes.

“Puede ser que de repente usted pueda notar alguna alteración leve. El señor Howard es un atleta de alto rendimiento, así que no creo que vaya a existir alguna alteración, pero en medicina nada es 100 por ciento seguro”.

En la actualidad Tim Howard es miembro de la Unicef y se ha unido a la campaña de la propia Unicef y la FIFA “Unidos por la infancia, unidos por la paz” y también es parte del Consejo de Administración de la Asociación para enfermos del Síndrome de Tourette de New Jersey y en el 2001 fue galardonado con el premio humanitario 2001de New York Life por sus esfuerzos en el estudio de este padecimiento.

Howard

Inició su carrera en el club North Jersey Imperials (1997-98) para después jugar con el MetroStars de NY (1998-2003). Llegó a Inglaterra, al Manchester United (2003-2006) para finalmente integrarse con su actual club, Everton (2007-2008).

Está la reventa por las nubes

Si de última hora un aficionado decide ir al Azteca para presenciar el duelo México-EU, puede llevarse tremendo chasco, ya que los precios de los boletos para el encuentro máximo de la CONCACAF han elevado sus precios hasta casi 10 más de su valor original.

En los alrededores del Coloso de Santa Úrsula y por la vía del Internet, la revanta ha alcanzado niveles de locura. Los boletos de la zona más económica, llamada General, que originalmente tenían precio de 130 pesos, son cotizados por revendedores en $350 inicialmente, llegando a pedir, en sitios de Internet como vivastreet.com.mx o mundoanuncio.com.mx, la cantidad excesiva que oscila entre $850 y $1’300.

Los más caros, de zona Preferente, que originalmente costaban $600, ahora son revendidos entre $1’500 y 5 mil pesos.

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