Presión y ansiedad: el precio de ser los mejores del mundo

Cuando el deportista llega a la élite, fija un parámetro en el que ya no es posible bajar; de no hacerlo, las críticas llueven como cascadas.

Simone Biles volvió a prender los focos rojos y lo reflectores están en la exigencia a la que los atletas están sometidos, sobre todo cada cuatro años en los Juegos Olímpicos, pues diversos deportistas han declarado que llegan a sentir presión, ansiedad y que cargan al mundo en sus hombros.

La estadounidense suma una plata hasta el momento en Tokio 2020, pero un oro en honestidad y valentidad.

La mejor gimnasta en la actualidad decidió salirse de la competencia por equipos en Tokio 2020, pues declaró “tener demonios en su cabeza” y horas más tarde se bajó del All Around indivialdual. El equipo estadounidense de gimnasia explicó en un comunicado que Biles, de 24 años, ha decidido no competir, pero que cuenta con todo su apoyo y el Comité Olímpico Internacional resaltó que tiene la capacidad para asesorarla psicológicamente en lo que ella decida.

Las estrellas del deporte en el mundo no han dejado pasar dicho suceso y de inmediato se volcaron para apoyar a Simone con mensajes de aliento y haciéndole ver a la sociedad que también son sere humanos y necesitan estar en paz y tranquilos.

Michael Phelps, el deportista olímpico por excelencia, ganador de 23 medallas de oro, hoy retirado, ha hablado abiertamente de sus problemas sicológicos. Dijo que después de los Juegos Olímpicos de 2012 tuvo un estado depresivo que lo hizo contemplar el suicidio. Hoy analista de las pruebas de natación de la cadena NBC, que transmite los juegos en Estados Unidos, dijo que los padecimientos de Biles lo “destrozaron”.

“Desde hace 18 meses que se viene hablando bastante de los trastornos mentales de los deportistas. Somos seres humanos. Nadie es perfecto. Está bien no estar bien”, dijo Phelps.

Por su parte, la rumana Nadia Comaneci, ganadora de nueve medallas de oro, resaltó que esto debe de servir para que las cosas cambien, pues entre más medallas obtengas, más grande es la presión.

“Tienes que prepararte para recibir golpes de todas las direcciones por todo lo que hagas. Hay mucha presión porque quieres hacer lo mejor que puedas. Pero es importante recordar que quieres hacer lo mejor para ti misma y no para los demás que esperan algo más allá de lo que puedes entregar”, dijo la exgimnasta a CNN.

Biles suma su nombre a una lista de figuras, la gran mayoría mujeres, que empiezan a hablar en público de un tema que ha sido tabú en el deporte.

La tenista Naomi Osaka se retiró del Abierto de Francia, no fue a Wimbledon, y resultó eliminada tempranamente en el tenis olímpico, tras lo cual admitió que ser elegida para encender el pebetero olímpico resultó una carga demasiado pesada.

La velocista estadounidense Sha’Carri Richardson no oculta los problemas que enfrentó preparándose para Tokio 2020, a los que finalmente no fue. Dijo que usó marihuana para disimular el dolor derivado de la muerte de su madre biológica, además de las presiones que representa la prueba de los 100 metros.

El ciclista holandés Tom Dumoulin suspendió sus entrenamientos en enero para despejar su mente. Los reanudó en mayo y ya ganó la medalla de plata en la contra reloj individual.

Por otra parte, la basquetbolista australiana Liz Cambage, quien juega en la WNBA, no fue a la justa por la ansiedad asociada con el aislamiento que la esperaba en Tokio, donde no podría tener contacto con sus familiares y amigos.

La decisión de la estadounidense Simone Biles de retirarse abre las opciones de medalla en la competencia individual, un título que durante mucho tiempo se consideró adjudicado.

Con información de AP