Bad Bunny y la relación entre reggaetón y salsa

El fenómeno cultural que ha sido el reggaetón, así como sus ritmos caribeños vinculados a la salsa, ha pasado a algunas generaciones como estandarte de la música latinoamericana, siendo también una voz para las comunidades marginadas, desafiando estereotipos, manifestándose como un movimiento de transgresión y resistencia, que ha logrado escalar la escena internacional de manera exitosa

Bad Bunny en una escena de su video Baile inolvidable.
Bad Bunny en una escena de su video Baile inolvidable. Foto: Salsavida.com

Bad Bunny a inicios de 2025 lanzó su álbum: Debí tirar más fotos. El disco grabado en Puerto Rico hace un homenaje a su país natal y mezcla ritmos tradicionales de la Isla del Encanto: plena, jíbaro, bomba, salsa y reggaetón. Este último estilo musical es el más nuevo: surgió en las zonas marginales en los 90 y se intentó prohibirlo por la carga sexual en las letras y el perreo (baile). La grabación también va en contra de la gentrificación y alza la voz por la explotación turística. Incluso es un ejemplo de que la música pop puede ser rebelde. Según Marie-Jose Azzi, periodista del Servicio Árabe de BBC radicada en Líbano, canciones como “DTMF” han sido usadas donde vive y en Gaza para recordar a través de redes sociales cómo eran las ciudades antes de que comenzara el conflicto con Israel. La periodista además explicó que alguien hizo la traducción de la melodía en TikTok y se viralizó.

No obstante, Bad Bunny igual es tendencia por Baile inolvidable, salsa que forma parte de Debí tirar más fotos. Pero no está haciendo algo nuevo: en Puerto Rico artistas de reggaetón como Tego Calderón ya habían experimentado con el ritmo basado en el compás latino clave. En su disco de 2003, El abayarde, viene un cover de “Planté bandera” (1975), melodía que Tommy Olivencia y Su Orquesta Con Chamaco Ramírez dieron a conocer cuando la salsa vivía su mejor época. Benito, incluso en su más reciente disco homenajeó a otra orquesta icónica, El Gran Combo: en la primera canción, “Nuevayol”, sampleó con el ritmo del reggaetón “Un verano en Nueva York” (1975), tema representativo de la salsa.

Aun así, el Conejo Malo no está innovando, pues ha habido otros exponentes ligados a la música urbana que samplearon antes a El Gran Combo. Gypsy La Fe y Kaydy Cain en “Cangrejos de río en su salsa primo” (2016) usaron “Ojitos chinos” (1964), tema clásico del conjunto boricua. El caso de estos dos es interesante: se trata de jóvenes españoles que por crecer en entornos donde viven migrantes de distintas naciones, se hicieron melómanos de estilos musicales relacionados con la calle. Por lo mismo, es normal que artistas urbanos hagan mención de salseros o que se atrevan a hacer sus propias versiones de temas de salsa.

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EN MÉXICO SE HAN DADO CASOS. Destacan el que hicieron Eme Malafe y Jorge Carmona. Ambos son de Tepito, el barrio más popular de CDMX, donde se da una mezcolanza musical. En su salsa “El niño” (2022) rapean y cantan sobre un infante llevado por el mal camino. Eme Malafe, en el videoclip aparece con un traje parecido al del salsero Héctor Lavoe, en la portada de su disco Live de 1997.

Pero ¿por qué la salsa tiene relación con el reggaetón y está conectando con nuevas generaciones? Se tendría que mencionar el contexto callejero que tiene. Sin embargo, la raíz viene del boogaloo, un ritmo que mezcla sonidos afrocubanos y soul estadunidense, que en la década de 1960 se convirtió en la música de los jóvenes caribeños y latinos de Nueva York. Joe Bataan es de los artistas más representativos. Fue pandillero, estuvo en prisión —ahí aprendió a tocar el piano—, al salir formó su grupo y en sus canciones comenzó a hablar sobre la vida cotidiana en barrios de clase trabajadora. A finales de los 60 y durante los 70, cuando se dio el boom de la salsa, surgieron orquestas, cantantes y sellos discográficos que mostraron la realidad social.

Fania Records, uno de los sellos más populares, recreó en el arte de los discos y en canciones la vida de los gángsters, tomandocosas del cine y del boogaloo. Esto fue gracias a Izzy Sanabria, director de arte que creó legendarias portadas de álbumes. Una de las más icónicas es la del disco de 1970, La gran fuga, donde aparece una foto de Willie Colón como si lo estuviera buscando el FBI. Cuando se promocionaba en las calles, laabuela del músico creyó que lo buscaba la policía.

EN CUANTO A LETRAS, la canción “Juanito Alimaña” (1983) de Willie Colón y Héctor Lavoe habla de un delincuente astuto y sin escrúpulos; el reggaetonero Julio Voltio hizo un tema parecido: “Julito Maraña” (2005). “El Negro Bembón” (1958) de Ismael Rivera, además de abordar la muerte, denuncia el racismo; cuenta la historia de un afrocaribeño asesinado por tener labios gruesos.

Otra cosa que relaciona a la salsa con el reggaetón es el soneo, improvisación de versos sobre la clave. Se da en la parte más rítmica y los salseros parece que rapean. Por lo tanto, relacionándolo con la música urbana, los reggaetoneros que improvisan sobre el ritmo del dembow heredan el soneo; es algo que hizo Bad Bunny en algunas partes de “Baile inolvidable”.

Entonces, no es que la salsa se esté poniendo de moda, más bien la juventud descubre la raíz de la música urbana, aun cuando desde hace décadas los reggaetoneros han plasmado en canciones la pasión que tienen por ese ritmo. Aparte, la salsa jamás ha desaparecido, sólo se ha mantenido en su nicho.

Incluso el mismo Willie Colón, leyendasalsera, reconoció que Bad Bunny está dándole su lugar al género musical: “En un momento en el que la salsa y Puerto Rico necesitan un impulso, Benito, lo hiciste de una manera reflexiva y respetuosa. Me alegra ver esta evolución”, dijo.

Aun así, el Conejo Malo seguirá siendo odiado, pero nunca es tarde para comenzar a escuchar y bailar salsa o reggaetón.

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