Un milagro llamado Pixies

EL CORRIDO DEL ETERNO RETORNO

Portada del libro "Engañar al mundo, la historia oral de una banda llamada Pixies"
Portada del libro "Engañar al mundo, la historia oral de una banda llamada Pixies" Foto: Cortesía del autor

La vida a veces hace las cosas bien. Pero en ocasiones se luce. Como el día que hizo confluir en un mismo espacio y tiempo a tres bostonianos y una chica proveniente de Ohio. Este cuarteto decidió conformarse como banda, se bautizaron Pixies, y se convirtieron en una leyenda tan grande que inauguraron un nuevo rumbo para el rock de finales del siglo.

Pero como todo lo que gravita alrededor de Pixies no está exento de magia, su historia habita ahora un libro: Engañar al mundo. La historia oral de una banda llamada Pixies (Liburuak, 2023), cuyo origen ocurrió de manera un tanto circunstancial. Josh Frank, fan de la banda y dramaturgo, un día decidió montar una obra de teatro sobre los Pixies, el grupo se encontraba inactivo, le contó su plan a Frank Black, su ex líder, y se dedicó a entrevistar a los principales implicados alrededor del fenómeno. El resultado fue una memoria coral que cuenta la historia de una de las bandas más sensacionales que haya pisado la tierra.

Publicado en inglés en 2005, al adentrarse en las páginas de Engañar al mundo uno se pregunta por qué tardaron tanto tiempo en traducirlo. No fui sino hasta casi veinte años después que Liburuak vino al rescate y lo puso al alcance del lector en español. Como todas las historias orales, tiene un encanto particular, que es escuchar de voz de sus protagonistas el cómo, cuándo y dónde del meollo del asunto. Una suma de testimonios que rayan en una honestidad dolorosa, escapando así de la mera cuestión del reporte meteorológico, sus protagonistas se abren las venas. Y aunque el libro termina con la reunión de la banda en 2004, da pistas de las razones por las cuales la bajista Kim Deal no forma más parte de la alineación en el presente.

El título Engañar al mundo está tomado del que sería el último disco oficial de la banda antes de su disolución: Trompe Le Monde (1991). No podría resultar más apropiado para el libro. Porque mientras los personajes del cuarteto y sus conocidos no se cansan de insistir en que se trata de personas comunes y corrientes, no existe nada más alejado dela verdad. Detrás del aparente convencionalismo de estos músicos se esconden unos auténticos revolucionarios. Sin su influencia, el rock de los noventa o no habría sido lo que hoy conocemos o se habría tardado más tiempo en conseguir amalgamar el sonido que hizo posible al grunge.

Viene a ser algo así como la mina de oro para los fans de Pixies que compraron cada revista que anunciaba un artículo de la banda. Aquí está por fin la historia completa. Contada de primera mano. Y que viene a rellenar esos huecos que dejaron huérfanos a un cúmulo de seguidores fieles que no se explicaban por qué Pixies había bajado la persiana. Esa y muchas historias, como las razones por las cuales nunca se presentaron a la gira con Nirvana, están por fin a nuestra disposición para nuestro completo deleite. De haber sido posible esa gira, ahora se trataría de una absoluta leyenda. Gran parte de la popularidad tardía de Pixies se debe a las alabanzas que no se cansaba en derrochar Kurt Cobain y la influencia que había tenido en su idea de lograr un sonido.

No es de extrañar que Frank Black confesara que una de sus máximas influencias es David Lynch. De ahí proviene en gran medida el carácter inescrutable de sus letras y de su personalidad. Su madre se encargó de difundir el relato de que de niño había sido abducido por extraterrestres. Y eso cazaba a la perfección con los ovnis y planetas que poblaban sus canciones. Elementos que llamaron la atención de grandes transgresores como David Bowie. Los fans más grandes de Pixies eran músicos. La prestigiosa lista incluye a PJ Harvey, Beck, Courtney Love, Billy Corgan, etcétera.

La admiración que despertó Pixies en muchos de sus congéneres fue para bien y otras para no tan bien, como fue el caso de U2. Parece meme, pero siempre que se habla de los irlandeses desde hace veinte años (o poco más) tiene que ser de manera negativa. Engañar al mundo relata el vergonzoso trato que recibió Pixies cuando por error aceptaron ser teloneros de U2 en una gira. La manera en que Bono y sus músicos pusieron una barrera entre ellos y los aparentes chicos sencillos de Nueva Inglaterra. Después de escuchar (leer) la bajeza de este episodio, la simpatía que sentimos por Pixies no hace sino acrecentarse, lo mismo que el repudio hacia U2.

Pero no todo es un valle de lágrimas, aquí se cuentan los pormenores de su asociación delictuosa con Steve Albini, la mano maestra detrás de Surfer Rosa, el científico loco encargado de registrar la grabación de clásicos atemporales como “Gigantic” y “Where’s My Mind?”. Y el ascenso meteórico de una banda que parecía no tener un lugar en unos años ochenta dominados por el hair metal, pero que diseñó un estilo que permanece enteramente joven, ese surf punk que tantos admiradores cosechó en Europa. La máquina Pixies también incluye a otro proyecto surgido de sus entrañas: The Breeders de Kim Deal.

Gran parte de Engañar al mundo hace hincapié en las eternas peleas entre Deal y Frank Blanck, aderezadas de alcohol y mariguana, ni tan santos eran, aclaro, que propiciaron el final de la banda. Al partirse en dos, arrancaron dos nuevas carreras: la de Frank en solitario y la de Kim y compañía. Como solista, Black entregó al mundo un disco sensacional, poco valorado en su momento, hoy considerado todo un clásico: The Teenager of The Year. Pero Deal entregó Last Splash, cuyo mayor hit, “Cannonball”, fue el único en competir en popularidad con los hits de su antigua banda. Quizá esa es la razón por la cual muchos de los fans disfrutemos más a Kim que a Frank en la era postPixies.

Todo lo anterior contado por las voces que, como si te adentraras en una novela, produciría el efecto de ir desenrollando una enorme cinta donde están grabados con letras de oro los acontecimientos que hicieron grandes a estos cuatro inadaptados. No exagero si afirmo que Engañar al mundo se puede situar dentro de las mejores diez biografías del rock. Hay que darle las gracias a la pandilla de Liburuak por haberse puesto las pilas y obsequiarnos semejante libro.

Hay dos tipos de bandas, dice Frank Black. Las que se separan y las que no. Los Pixies se separaron. Pero dejaron cinco discos magníficos, y ahora que he terminado el libro puedo afirmar, con riesgo a que me linchen, que Trompe Le Monde es el mejor disco de la banda. Abro debate.