Babas en México

El corrido del eterno retorno

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Cientos de pisadas se aglutinan en las escaleras del metro. Pareciera hora pico. No lo es. Mejor dicho, es la otra rush hour: la que arrastra la multitud hacia la salida con similar adrenalina. Todos comparten la misma urgencia: esta noche toca Babasónicos.

El nombre de la gira es Bye bye, pero pese al nombre no es una despedida ni mucho menos: obedece al título de una canción de Trinchera, el disco más reciente. En todo caso el adiós que anuncia es el de una antigua piel, porque el grupo ha mutado de dermis una vez más. Y sin embargo, sigue sonando a ese pop de factura impecable que ha practicado desde hace más de dos décadas.

Las filas para ingresar al auditorio son largas, el evento está sold out y en el aire flota la expectación, mezcla de emoción y nerviosismo. Los fans sabemos que ésta es una noche especial. No se trata de un festejo explícito, pero nadie ignora que Babasónicos cumplió treinta años en el 2021, durante la pandemia. Así que este concierto es una especie de celebración secreta. Y qué mejor manera de hacerlo que con un álbum bajo el brazo como Trinchera.

Babasónicos cumplió treinta años en el 2021... Este concierto es una celebración secreta

Da gusto ver el Auditorio Nacional repleto, desde la primera fila hasta lo más alto del recinto. Muchos fans de Babas se han quedado en el camino. No están aquí esta noche. Son aquellos que siempre que suena la banda en un coche o en una fiesta no se cansan de repetir que mejor pongas una rola de Babasónica o de Dopádromo. La audiencia se compone de los viejos fans que hemos seguido a la banda en sus múltiples transformaciones y una camada de nuevos seguidores que no vivieron el sonido noventero pero que se han enganchado a partir de los dosmiles.

Las luces se apagan y la banda sale al escenario. Aunque Trinchera salió a la luz apenas unos días antes, el 28 de abril, cuando toquen algunos de los temas el público los conocerá a la perfección y los coreará completitos. Y es que uno se familiariza con ellos de inmediato. Sí, porque se trata de un disco de Babas, posee el estilo que ya es inconfundible, pero también porque las melodías son tan pegajosas que se te adhieren desde la primera escucha.

La parte de Trinchera que va del track uno a “Anubis” posee una gracia pop tan delicada que pareciera que hacer música es lo más sencillo del mundo. Sin embargo, lo que se deduce de esto es que entre más pasa el tiempo los integrantes de Babasónicos menos se toman en serio a sí mismos y que no tienen nada qué proteger en cuanto a cuestión sonora: hacen lo que se les pega la gana y para nuestra buena fortuna suenan mejor que nunca.

A PARTIR DE “LA IZQUIERDA DE LA NOCHE” el disco sigue otra ruta. Una que es el resultado del camino recorrido durante tantos años, el mismo que esta noche pone a la gente a bailar. “Bestia pequeña”, “Carismático”, “Yegua”, “Sin mi diablo”, “Ingrediente”, “La pregunta”, “Los calientes”, muestran a unos Babasónicos en plena forma. Pareciera que no acaban de atravesar por meses de inactividad a causa de la pandemia. Como banda no les duele nada. Y eso se nota canción a canción. También salta a la vista que se la pasan en grande arriba del escenario. Qué bien se la pasan, es lo primero que se piensa. Y que se la pasen tan bien en lo que hacen se ve reflejado en Trinchera. Y así como “La izquierda de la noche” parte el disco en dos, también divide el show.

Adrián Dárgelos se transforma arriba del escenario. Durante el día puede vérsele caminar por la calle con ropa sin marca, un tapabocas demasiado grande, que le cubre casi todo el rostro (pasa desapercibido por completo), pero por la noche se coloca la banda en la cabeza y pone a bailar al Auditorio Nacional. “Pendejo”, “Irresponsables”, “Desfachatados”, “El colmo”, “Vampi”, “Putita”, pasan a la velocidad del sonido. Dicen que el tiempo vuela cuando te la pasas bien, deber ser cierto porque en este punto ya han tocado más de veinte canciones, y cierran con “Bye bye”.

La banda regresa para un encore de tres canciones más del nuevo disco: “Mimos son mimos”, “Paradoja” y “Anubis”. El show ha llegado a su final y aunque lo sabemos, muchos no queremos que termine. Tan es así que si Babasónicos tocara la siguiente noche volveríamos. Pero mientras esperamos su regreso a la Ciudad de México nos dedicaremos a reproducir Trinchera día y noche.