Cuestionario K-Punk del libro • 17

Le fascina hablar de libros y no lo puede ni quiere evitar. Basta dar una vuelta por su exitoso canal de YouTube, El Librero de Valentina —con más de 150 mil suscriptores—, para darse cuenta de ello. En esta entrega 17 del Cuestionario K-Punk del Libro, Valentina Trava nos cuenta, entre anécdotas personales y descripciones de su quehacer como lectora empedernida, las razones que la hacen quedarse con ciertos libros y deshacerse de otros, sus volúmenes predilectos desde que era niña y los que la han atrapado en los últimos tiempos

Portada del libro "Guillermo Arriaga. Salvar el fuego"
Portada del libro "Guillermo Arriaga. Salvar el fuego"Foto: Especial
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1. ¿Cuántos libros puedes contar en tu biblioteca?

La última vez que uno de mis hijos se puso a contar libro por libro, en las estanterías tenía alrededor de 2500 ejemplares. Después de un par de años de seguir comprando y recibiendo, calculo que serán unos tres mil en total, sin contar los de la biblioteca digital. No he tenido la oportunidad de leerlos todos, pero no pierdo la esperanza de algún día poder hacerlo. Conservo títulos que han cambiado mi acercamiento a la lectura, libros con valor sentimental, todos los clásicos que compré en mi época universitaria. Solía ser muy desconfiada con ellos, pero con el paso del tiempo he aprendido a desprenderme, a depurar y quedarme con los más significativos y que verdaderamente me gustan, aquellos que ojalá mis hijos leyeran algún día. Otros los regalo o los dono a personas a quienes sé que pueden gustarles.

2. ¿Cuál es el título del último libro que compraste?

Fue Los 120 días de Sodoma, del Marqués de Sade. Lo adquirí en la versión digital porque, aunque tengo un volumen con varias de sus obras, entre las que venía ésta incluida, la letra es muy chiquita y el libro resulta muy pesado. En lo personal disfruto mucho leer en digital, es muy práctico porque puedo llevar varios a todos lados y no me preocupo por el espacio. Éste lo escogimos en un club de lectura que buscaba algo transgresor y ¡vaya sorpresa! Lo imaginábamos porque ya habíamos leído cosas del autor, pero la experiencia de compartir un libro tan polémico y nada sencillo resultó un aprendizaje maravilloso. Sólo Sade puede superarse a sí mismo.

3. ¿Cuál es el último libro que leíste?

Terminé hace unos días No es país para viejos, de Cormac McCarthy. Descubrí al autor hace un par de meses, después de su muerte. Por varias recomendaciones leí La carretera y me encantó, no sé por qué me tardé tanto en llegar a él, pero me puse como objetivo conocer gran parte de su obra y en eso estoy, alternándolo con otras lecturas aunque sin soltarlo. Tengo pendiente en la fila Meridiano de sangre y no veo la hora de comenzarlo. La capacidad de McCarthy para contar historias es sorprendente, lo mismo la construcción de sus diálogos y los temas, es un escritor al que, definitivamente, hay que leer; además, las adaptaciones que se han hecho al cine de sus libros son bastante buenas. Disfruto mucho la emoción de descubrir a un autor y su obra.

Conservo títulos que han cambiado mi acercamiento a la lectura, libros con valor sentimental, los clásicos que compré en mi época universitaria .

4. Menciona cinco libros que significan mucho para ti.

Es una pregunta difícil, pero aquí van: primero, un libro de poemas que escribió mi abuelo. Tiene un valor entrañable porque soy la única nieta a la que se lo regaló, con todo y dedicatoria especial. Está encuadernado de manera muy rústica, escrito a máquina y con anotaciones que él mismo hizo a lo largo de toda su vida. Incluye poemas dedicados a sus hijos, a mi abuela, a situaciones cotidianas, todos salpicados con una buena dosis de humor y groserías. Cada Navidad, desde hace años, mis primos me piden que les pase las copias y no lo he hecho. Prometo ya no tardarme más. En segundo lugar, las obras completas de Shakespeare, que me dieron mis hijos en mi último cumpleaños. No suelen regalarme libros porque dicen que tengo muchos, pero también saben que me hacen feliz. La edición es preciosa y sé lo que significó para ellos buscarla, pagarla entre los dos y regalármela; me encanta que es-tá en inglés y en pasta dura. Se volaron la barda y aunque tengo varios volúmenes del autor por separado, ésta es muy especial. Lo más chistoso es que desde días antes de que llegara me decían que mi regalo me iba a encantar y sí. En tercer lugar, Salvar el fuego, de Guillermo Arriaga. Lo leí en la pandemia y se volvió uno de mis favoritos. Me confrontó, me hizo cuestionarme cosas. Lo compré en todos los formatos, porque no podía dejar de leer. Amé compartirlo con los grupos de lecturas, ver de qué manera la historia movía a cada quien en diferentes aspectos. Además de la historia, la estructura narrativa y el uso del lenguaje son impecables. Lo recomendé hasta el cansancio. En cuarto lugar, Momo, de Michael Ende. Aún conservo la edición que me compró mi mamá cuando tenía ocho años. Lleva con mi letra el grado en el que iba (segundo de primaria) y mi nombre; me da mucha nostalgia abrirlo e imaginar a esa niña lectora que seguro no entendió el verdadero significado de la historia, pero lo intentó. Se lo dejaron leer a mis hijos en el colegio y compré uno nuevo, antes que soltar mi edición, que ha sobrevivido mudanzas y una buena cantidad de años. Finalmente, Terapia literaria. El libro: Manual de supervivencia para lectores. Mientras estudiaba Letras me dijeron que escribir un libro es muy difícil, que yo sería mi peor crítíca, por lo que esa posibilidad no cabía en mi mente. Después de muchos años de dedicarme a la lectura, de compartir el amor por los libros y buscar nuevos lectores hasta debajo de las piedras, hubo la oportunidad de escribir éste, en coautoría. No voy a negar que la emoción era inmensa, pero también el miedo a que no salieran bien las cosas. Fue todo un reto, pero le ha ido muy bien y a los lectores les ha gustado. Valió la pena superar los miedos.

5. Nomina a cinco personas para responder este cuestionario.

Sergio Avilés, Sofía Segovia, Alma Delia Murillo, Maura Gómez, David García Escamilla.