La creación y la imprudencia

La creación y la imprudencia
Por:
  • eduardo rabasa

Solicité como buen incauto, vía el contacto de relaciones públicas de The National, una entrevista con Matt Berninger, aproximadamente tres días antes del concierto en la Ciudad de México. Evidentemente, no recibí respuesta. Entonces recordé que Carin Besser, esposa de Berninger y autora de muchas de las letras de The National, fue editora durante años en el New Yorker. Así que le pregunté a Jon Lee Anderson, uno de los principales periodistas de ese medio, si acaso la conocía. Un par de días después recibí un correo del manager de la banda. Me concedió la entrevista para el día del concierto, en el hotel Four Seasons de Reforma.

Una vez ahí, las encargadas de pren-sa me dijeron que encontrarían la forma de darme diez minutos. Cuando terminó sus entrevistas, Berninger se acercó muy amable a saludar y me preguntó si estaba esperando para hablar con él. Lo que sigue transcribe cuarenta minutos de una conversación en la que abordó con gran candor los principios fundacionales de la que, sin duda, es una de las principales bandas de rock contemporáneas.

Quiero comenzar con el proceso que condujo a su más reciente disco, I Am Easy to Find. En una entrevista con el director de cine Mike Mills, contaste que todo comenzó con un correo electrónico, ¿podrías detallar un poco al respecto?

Acabábamos de sacar Sleep Well Beast y mi amigo Casey Reese había hecho todos los videos para ese disco. Habíamos terminado todo el material necesario, estábamos a punto de irnos de gira para promocionarlo, cuando escribió Mike Mills. Creo que pensaba en hacer algún video para Sleep Well Beast. Yo soy un gran fan de su trabajo y me emocionó tanto que nos contactara que le dije que si él tenía tiempo y quería trabajar con nosotros, hiciéramos algo un poco más duradero. No quería perder la oportunidad. Mi intención era que colaboráramos en algo más que un solo video musical y se lo dije. Le mandé canciones nuevas y cuando las recibió se entusiasmó mucho con las posibilidades que ofrecía ese material.

Al mismo tiempo, la actriz Alicia Vikander le había escrito para proponerle trabajar con él, y Mills le contó que quizá comenzaba un proyecto extraño con nosotros. Al parecer ella es fan de The National, así que comenzaron a discutir la idea para la película. Nosotros teníamos algunas canciones a medio cocinar, bueno, ni siquiera a medio cocinar, eran comienzos de canciones. Algunas sí estaban terminadas, como “Rylan”, y otras más estaban avanzadas, no recuerdo cuáles, pero Mills comenzó a desmenuzarlas, pues se las mandamos separadas por canales: la batería sola, las cuerdas solas, la voz sola. Él empezó a deconstruir el material que le mandamos y a ensamblar fragmentos musicales desconectados del resto de elementos que nosotros habíamos compuesto como una canción. Las empleó como fragmentos en su película, de formas distintas, lo cual nos dio la oportunidad de escribir nuevas canciones y de maneras variadas.

Al incorporar a alguien que nunca había producido un disco, pero que sabe perfectamente bien cómo trabajar con el sonido y contar historias y demás, lo situamos justo en el medio de nuestro proceso. De alguna manera le pasamos la estafeta en varios temas y lo dejamos ser quien dirigiera el proyecto.

"Es muy estimulante escribir para que alguien más lo interprete. Es un cambio radical que queríamos probar: romper el molde del sonido de nuestra banda".

Me parece interesante que si bien la película trata sobre la vida de una mujer, no fuera eso necesariamente lo que tenían en mente cuando escribieron la primera versión de las canciones.

Bueno, una canción que habíamos escrito antes de enviárselas a Mike, por ejemplo “Rylan”, trataba sobre una especie de personaje andrógino, pero aún así pienso más en Rylan como un personaje femenino, así que encajaba bien con este proyecto. Y mi mujer, Carin Besser, ha escrito canciones para The National desde hace mucho tiempo. Yo también escribo mucho sobre mujeres, sobre ella, sobre la paternidad (tengo una hija de diez años), así que a Carin y a mí nos resultó sencillo escribir para este personaje, pues ambos escribíamos desde su perspectiva y desde la nuestra, ya que escribíamos bastante sobre nosotros mismos. Mike escribía desde su perspectiva, pero a través tanto del personaje como de la red de personajes que conocemos a su alrededor.

El personaje de Alicia Vikander nos permitió adentrarnos en ese camino y nos proporcionó un disfraz flexible para escribir con mayor honestidad. ¿Ya sabes cómo en Halloween a veces te sientes más honesto, más verdaderamente tú y más libre, porque estás disfrazado de otra cosa? Pues curiosamente Alicia fue como nuestro disfraz, incluso el de Mike, para contar también nuestras propias historias y comunicarlas sutilmente a los demás. Creo que cualquier tipo de escritura debe ser personal para que pueda entablar una conexión, escribir de alguna forma siempre sobre ti mismo, aunque en ocasiones se exprese mediante un personaje, una obra de teatro, una película o una canción. Ése es el empaque, pero la escritura a menudo es sumamente personal.

En el disco hay una fuerte presencia de cantantes mujeres. ¿Escribieron tú o Carin específicamente para ellas, sabiendo que esas partes no las cantarías tú?

Sabíamos que contaríamos con varias cantantes más para este disco, pero creo que mientras escribíamos las canciones, ni Carin ni yo teníamos una idea tan específica que hiciera que una determinada parte tuviera que ser interpretada por una mujer. La letra y las voces que aparecen en el disco y la película no necesariamente están escritas desde una perspectiva específica de género. Buena parte de lo que cantan las mujeres está escrito desde mi perspectiva, y yo canto varias canciones que escribió mi esposa, por ejemplo “Hey Rosey”. En varios de los temas en los que yo soy el cantante principal, ella escribió la mayor parte de la letra. Pero llevamos muchos años haciéndolo así. Ella ha escrito muchas letras en las que yo soy la personificación de sus ideas. Así que me permito personificar las ideas de alguien más, y permito que mis ideas sean personificadas por otras cantantes y por Alicia en la película. Creo que eso nos libera a la hora de escribir y nos permite hacerlo con más honestidad, el hecho de saber que alguien más va a interpretarlo.

Estamos trabajando también en un musical, en el que habrá muchos actores y actrices, cantantes, bailarinas y bailarines, y nosotros escribiremos los temas. Es muy estimulante escribir para que alguien más lo interprete. Es un cambio radical que queríamos probar: romper el molde del sonido de nuestra banda. La gente piensa que nuestro grupo es como una especie de diario personal mío, que lo es, en un 75 por ciento, pero nuestra banda no se limita a eso. Quizá yo era el más ávido de salirme de los reflectores, no ser la punta de la lanza o algo así.

[caption id="attachment_1052347" align="alignnone" width="696"] Fuente: wweek.com[/caption]

Tengo una pregunta sobre la canción “Not in Kansas”, en particular la frase “No puedo regresar ahí / Desde que el opio de la extrema derecho se viralizó”. Con la referencia a El mago de Oz, ¿habla esta canción sobre la imposibilidad de volver a casa, como una metáfora del quiebre del sueño americano?

Esa canción se escribió muy rápido, casi como en un flujo de conciencia. Por lo general incluyo todo tipo de cosas y no pienso: “Esto es para esta canción, esto va en el saco de esta otra, esta idea embona con este tema”. Jamás escribo así. Todas las canciones contienen ideas muy diversas. Es cierto que algunas hacen referencia a asuntos políticos, como lo de la extrema derecha y demás en Ohio, pero creo que los otros temas son igualmente políticos. Cualquier canción de amor que empatice con emociones complejas y nudos extraños, difíciles de desentrañar —emocionales, sociales, familiares—, pienso que es política. No creo que la referencia explícita a temas o personajes sea lo que vuelve política una canción. De nuevo: una buena melodía de amor que exprese sentimientos honestos y la propia situación, es a menudo más política que una referencia directa.

Dicho esto, no creo que se pueda separar a la política del arte. No sé por qué alguien quisiera hacerlo. Es como querer separar el amor, el sexo o el humor de la expresión artística. Es parte del material del que todos mascamos y digerimos y procesamos. Si tratas de separarlo de la expresión artística te genera estrés. No creo que haya que expresar una plataforma política, pero no sé cómo se puede evitar el asunto, simplemente con lo que ocurre hoy en día, en todo momento. Para alguien como Nina Simone, la idea de no estar políticamente involucrada en todo lo que hacía le parecía un sinsentido. ¿Cómo se puede ser un artista y no hacer arte sobre la materia de tu época? No conozco a nadie que piense en lo que está ocurriendo y no se quede despierto por las noches, sin importar dónde viva. No sé cómo puede cualquier estadunidense no pensar seriamente sobre lo que ocurre. Si un artista procura evitarlo, para mí, no sé si lo hace podría considerarse arte, pues un artista lo deja todo en su obra y no sé cómo alguna mente podría filtrar estos asuntos. Yo sé que no puedo, así que ni lo intento.

Quizá sepas que su música ha sido considerada depresiva u oscura, como reflejo del espíritu de los tiempos. No sé si te gustan Los Simpson, pero en el episodio en el que Homero se va de gira con Sonic Youth y los Smashing Pumpkins, cuando conoce a Billy Corgan, le dice: “Gracias a su música sombría, mis hijos han dejado de soñar con un futuro que yo no puedo ofrecerles”, a lo que Corgan responde: “Gracias, tratamos de marcar la diferencia”. No digo que les dé gusto deprimir a la gente, pero creo que el público conecta con los sentimientos expresados en su música, porque es algo que de alguna manera viven todos los días.

Nosotros no pensamos en nuestra banda como algo deprimente. Sabemos que se usa ese adjetivo, pero la reacción de la gente es la contraria. Yo me siento liberado de la tristeza, la depresión y la ansiedad cuando escribo. Es cierto que nuestro material trata sobre relaciones y se asoma al margen, hasta el fondo del abismo; digamos que quitamos tantas capas de la cebolla como nos sea posible, ¿pero por qué no llegar hasta el núcleo de la parte blanda, por qué no sujetar el cable de alta tensión, o caminar por el lago con una delgada capa de hielo en la superficie? Después de todo, con la creación artística nadie se muere y nadie sale lastimado. Hay una responsabilidad y el arte irresponsable a menudo trae consecuencias, pero yo creo que hay que incluir todo en la expresión, que hay que ser irresponsables, imprudentes y temerarios al momento de crear.

Quizá sí incluyo asuntos deprimentes en las canciones, pero no creo estar más deprimido que nuestro público. Me considero bastante feliz, creo algo a partir de esas emociones y me parece que es lo que le gusta mucho a la gente. El público acude en masa a nuestros conciertos y hacen fila para cantar juntos estas canciones tan tristes. A veces la gente viene sola a los conciertos y casi todas las canciones se escriben en soledad, así que es maravilloso ver a miles de personas juntas, cantando con tanto placer y alegría, emborrachándose. Hay algo muy saludable en el hecho de convertir en arte nuestros miedos mayores y lo que más aborrecemos de nosotros mismos, las cosas de las que el mundo nos dice que deberíamos sentirnos avergonzados. Y aunque quizá sí deberíamos sentirnos avergonzados, creo que de todos modos hay que convertirlas en arte, porque además te permiten conocerte mejor. Siento que me conozco mucho mejor por haber dedicado tiempo a pensar sobre estos temas y tratar de crear algo a partir de ello.

"Es un buen ejemplo de cómo, a veces, piensas que una canción está terminada y en el último momento te das cuenta  de que no está tan bien como debería, que podría mejorar, y en ocasiones lo que falla es la letra".

Una de mis canciones preferidas de The National es “Mr. November”. Siempre pensé que se trataba de una suerte de parodia del personaje de la canción, que se considera “la nueva sangre azul” y “la gran esperanza blanca”, pero después leí que tiene que ver con políticos como el candidato presidencial John Kerry, y que incluso el mismo Obama la había utilizado durante su campaña presidencial.

“Mr. November” trata sobre alguien que... Recuerdo haber pensado: “¿Qué tipo de persona quisiera ser presidente de Estados Unidos?”. Se necesita algo de delirio... Hay que ser una persona un poco loca para pensar: “Yo puedo hacer eso”. Y creo que en ese momento me imaginaba: ¿cómo te motivas frente al espejo para salir y decir: “Voy a ser presidente de Estados Unidos”? Una meta así atrae a las mejores y las peores personas.

Fue una canción escrita antes de Obama. En ese momento era senador y ya estaba de alguna manera en el radar, pero no trata sobre él. No es una canción para echar porras a quien quiere ser presidente. Es más bien algo similar a la escena de Taxi Driver donde Travis Bickle se ve en el espejo y se motiva hablando solo, pero en este caso aplicado a alguien cuando se pone un traje y se dice: “Tengo la madera para ser presidente”. Que es algo muy loco. Creo que es una canción sobre lo absurdo que es el ego.

Pero es curioso que Obama sí terminó usándola...

Sí, me parece increíble. Obama fue un presidente sumamente inspirador, en un marco que durante toda mi vida había sido muy poco estimulante. No creo haber sido inspirado antes por muchos políticos. “Fake Empire” fue escrita de manera distinta, pues de alguna forma trataba de bloquear y evitar la realidad. Irónicamente, creo que se ha convertido en nuestra canción más política. Ha sido utilizada en todo tipo de contextos políticos, lo cual me parece bien, siempre y cuando la utilice gente con la que simpatizo.

[caption id="attachment_1052346" align="alignnone" width="696"] Fuente: datebook.sfchronicle.com[/caption]

Te quiero preguntar sobre “The System Only Dreams in Total Darkness”. Por cierto, tengo que mostrarte esto (le muestro mi tatuaje con el título de la canción en el brazo, a lo que responde: “Oh, nice”). ¿Es una canción sobre los Estados Unidos de Donald Trump?

Una cosa interesante es que justo cuando casi terminábamos la canción, el coro decía: “Aaron takes his acid trip through Copenhagen”. Como puedes ver, una frase con el mismo número de sílabas, creo. Nos gustaba mucho la canción, pero algo no funcionaba y mi esposa, justo antes de terminarla —creo que literalmente fue el día que íbamos a terminar y masterizarla—, dijo: “¿Sabes qué? Esa letra tiene problemas”. Así que se puso a buscar en mis archivos y encontró algunos pensamientos míos —porque a veces murmuro cosas sobre pistas de canciones, para después ver si puede haber alguna buena idea ahí. Se puso a buscar algo que me permitiera probar con otra letra —nos hacía falta el coro— y encontró una frase que le sonaba: “The System Only Dreams in Total Darkness”. Nadie sabe qué murmuré, pero ella escuchó eso y pensamos: “¡Perfecto!”. Así que bien pudiste haber tenido en tu brazo un tatuaje que dijera: “Aaron takes his acid trip through Copenhagen”.

Es un buen ejemplo de cómo, a veces, piensas que una canción está terminada y en el último momento te das cuenta de que no está tan bien como debería, que podría mejorar, y en ocasiones lo que falla es la letra. Fue lo que sucedió cuando Carin dijo: “No has hecho bien tu parte, todos los demás hicieron bien la suya”. Ella armó buena parte de esa canción y terminó escribiendo una parte sustancial de la letra (y de varias más). Desde que la conozco era editora y escritora, y esto muestra lo que una buena editora y escritora puede hacer. Es un miembro más de la banda. Creo que ahora somos unas veinte o veinticinco personas, y Carin ha sido parte desde hace casi quince años.

Pero, ¿qué significa la canción? Creo que la razón por la que nos gustó es que a veces las cosas tienen que terminar de desmoronarse para armarlas de nuevo. Pienso que los nuevos autócratas están causando mucho daño a nivel global, pero también que mucha gente se está dando cuenta de lo corrupta y conectada que está la red global, las reglas del juego, el sistema entero: el petróleo y el poder y las corporaciones y Wall Street y las grandes empresas tecnológicas y los medios de comunicación: un sistema masivo, interconectado, fraudulento, y la gente se está dando cuenta de cuán corrupto y engañoso es. Principalmente a favor de los hombres blancos. Sabemos por ejemplo que la Iglesia Católica es un sistema fraudulento que favorece a los hombres blancos.

Así que la generación más joven, mucha gente que tiene menos de cincuenta, incluso de cuarenta años, se está dando cuenta de que los cambios pequeños, incrementales, no nos condujeron a ninguna parte. En Estados Unidos, Obama sí logró ampliar la cobertura de la sanidad pública, pero tenemos que realizar cambios mucho más profundos y eso está por suceder.

"Si Trump no hubiera ganado, creo que me habría quedado más en las tinieblas y es terrible, porque se está produciendo un genuino sufrimiento, irreversible".

Creo que estamos sumidos en la oscuridad, aunque las cosas estén mejor que hace poco. Creo que la oscuridad comienza a ceder, que la luz comienza a filtrarse. Esa canción es un reconocimiento de que este pequeño movimiento de péndulo no ha sido suficiente para que el mundo avance, y que Trump es este gigantesco movimiento de péndulo que nos conmina a darnos cuenta de que tenemos que  romper el péndulo, hacerlo pedazos contra el suelo y comenzar de nuevo.

Me emociona pensar en lo que va a hacer la siguiente generación de políticos y artistas. Ya está sucediendo, principalmente con el lenguaje que comienzan a utilizar. Las circunstancias están cambiando rápidamente y aunque la marea está muy lejos, las cosas están horribles y estamos sumidos en el abismo, aun así se siente —o al menos yo lo siento— que está por producirse una gran transformación.

Me siento más consciente, con mayor información, siento que conozco el mundo un poco mejor, cómo funciona y cuál es mi papel, que hace un par de años. Creo que Trump, lo que está sucediendo en Estados Unidos, en Inglaterra y por todos lados resulta iluminador. Lo ha sido para mí: en última instancia me siento con un pensamiento más sano y con un mejor plan sobre lo que voy a hacer. Si Trump no hubiera ganado, creo que me habría quedado más en las tinieblas y es terrible, porque se está produciendo un genuino daño real y un genuino sufrimiento, irreversible e irreparable. Sin embargo, también se produce la conciencia de que necesitamos cambiar las cosas drásticamente, desde el núcleo hacia afuera. Es un reto pensar que todo apunta a que se trata de algo imposible, pero yo no lo veo así. En fases como la actual se han producido cambios radicales: por ejemplo, la lucha de los derechos civiles en Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970, que fue una antesala de lo que estamos por experimentar.

Entonces piensas que de todo lo actual pueda emerger algo bueno...

Creo que mucho. Bueno, también están ocurriendo muchas cosas terribles. Hay gente muriendo y sufriendo, pero cada vez más gente sabe que la solución no radica en modificaciones ligeras a un sistema que no deja de ser completamente corrupto. Prefiero volver a perder ante Trump desde un lugar progresista, más visionario y sano, que ganar desde un centro podrido que ya es corrupto de antemano. No funciona en ningún sentido.

Trump fue elegido después de Obama, así que cómo va a suceder esto, no lo sé, pero es palpable la necesidad de un cambio, se siente que va a ocurrir. Así que estoy optimista.

Quiero preguntarte sobre proyectos como el documental de tu hermano, Mistaken for Strangers, donde a través de la metanarrativa de una película que trata sobre la imposibilidad de hacer una película, muestran las —no sé cómo explicar esto en inglés— entrañas del grupo...

Se abre el telón para mostrar lo que hay, lo que está escondido detrás.

Exactamente. Y también sobre la pieza que hicieron con un artista, cuando tocaron “Sorrow” sin parar durante seis horas...

Ah, sí, con Ragnar Kjartansson.

[caption id="attachment_1052345" align="alignnone" width="696"] Foto: Shadia Cure[/caption]

Sí. Para mí son dos ejemplos donde el proyecto de The National va más allá de la música, hacia algo integral desde el punto de vista artístico, quizá como han hecho antes bandas como Pink Floyd. Entonces quería preguntarte cómo conciben su expresión artística al incorporar otros elementos, más allá del principal que es la música.

Cuando formas un grupo de rock, le pones un nombre, también a tu primer disco, y te parece que el mundo acaba ahí, se convierte en todo tu mundo. Nuestra identidad entera se convierte en “Matt, el de The National” y “Bryan, el baterista de The National”. Todos nos convertimos en personas que pertenecen a esta cosa y es maravilloso, es lo que uno busca, que la banda sea famosa, la gente sepa el nombre de la banda antes que el de uno mismo, es increíble. Pero creo que todos nosotros, después de tanto tiempo, nos dimos cuenta de que esta idea de lo que es un grupo de rock no corresponde con la realidad, en el sentido de lo que implica mantener a cinco amigos y sus familias y todo lo que viene aparejado con ello, como los viajes y cómo evolucionan las cosas. Y no somos los Beatles, que tampoco ellos fueron los Beatles durante mucho tiempo. Todo el mundo tiene una idea sumamente romántica de una banda de rock y algunos grupos como U2 o los Rolling Stones logran sostener por siempre esa idea de permanecer juntos como grupo. Pero en algún momento se convierte en una marca, en un logo, y nosotros no queríamos ser solamente The National tocando sus grandes éxitos. Queríamos continuar evolucionando como artistas en todo lo que hacemos —todos teníamos grupos antes de The National, todos trabajamos con otras personas y tenemos intereses más allá de sólo grabar discos e irnos de gira. Así que cuando algún artista de otro campo nos invita a hacer algo que tenga que ver con el grupo, desde un punto de vista diferente, como hizo Ragnar cuando nos pidió tocar la misma canción una y otra y otra vez...

¿Cuántas horas fueron?

La tocamos como 104 o 105 veces, fueron seis horas.

Y la cantaste...

Sin parar, sí. Creo que fui al baño una vez, pero todo el mundo se tomaba un pequeño descanso y volvía. Ragnar incluso nos trajo alitas de pollo y café. Pero su idea detrás del proyecto era: ¿Qué es un grupo? ¿Qué es una canción? ¿Qué pasa con una canción cuando la tocas tantas veces? Él se obsesionó con “Sorrow”, la escuchaba sin parar, hasta que la canción empezó a modificarse frente a él, así que quería ver si lo mismo pasaría con nosotros. La idea era desmenuzar qué es una canción, un concierto, un grupo, un video, un disco. Porque terminan por ser ideas bastante flexibles: un disco puede ser muchas cosas, no tiene que ser 45 minutos divididos en 12 ideas distintas. Puede ser una sola idea. O puede que no haya disco, sólo una cinta. En algún momento pensamos en no sacar el disco, sino sólo la película. Todo esto es interesante, porque abre ventanas y puertas para que intentemos cosas distintas.

Es realmente una gran fortuna que un grupo de amigos emprendieran un proyecto artístico y que la gente pague por escuchar algo que haces con amigos. Es bastante irreal. Pero también se vuelve raro, porque es como si hicieras una película con tus cinco mejores amigos, y luego otra, y durante veinte años intentaras hacer películas exactamente con el mismo equipo... En ocasiones te conduce a pensar que es difícil hacer las películas que quisieras hacer. Y nos ha pasado que empezamos a hacer las películas que la gente pensó que deberíamos hacer. No es que cediéramos, pero a veces sentimos que teníamos que cumplir los deseos de nuestros fans, o darles lo que esperaban, y justo ahí nos topábamos con sequías creativas y empezábamos a pelear, a no llevarnos bien, porque nadie sentía una real motivación interna.

A veces el impulso es salirse de este grupo y trabajar con otra gente, así que cuando permitimos que ese impuso se convierta en algo sano y sea bien recibido, traemos a otras personas a trabajar con nosotros. De manera que The National se ha convertido en una red de amigos que tratan de respetarse entre sí y juntarse lo más posible para hacer canciones. De eso se trata nuestra banda.