Vicente Ortega Colunga en la revista Hoy

Vicente Ortega Colunga en la revista Hoy
Por:
  • miguel angel morales

Hacia 1937 la prestigiada Fotografía El Bello Arte, de la céntrica calle Victoria, en Saltillo, era atendida por la viuda Carmen Sosa —hija de fotógrafos duranguenses y ella misma fotógrafa— y su hijo Alfonso Sánchez, según señala el historiador Ariel Gutiérrez Cabello en Escribidores de luz: Fotógrafos en Saltillo. 1846 a 1920 (Instituto Municipal de Cultura de Saltillo, 2015). Vicente Ortega Colunga (1917-1985) trabajaba en calidad de aprendiz con Alfonso, quien lo conoció como garrotero en una cantina. El veinteañero debió empezar a conocer entonces los secretos del revelado y la ampliación en el cuarto oscuro. Fuera del estudio acompañaba a Alfonso Sánchez a los eventos nocturnos de Saltillo, para ayudarlo en la iluminación. Por esos años el fotógrafo pedía a los retratados posar unos minutos, para que el asistente lanzara el lumínico frasco de magnesio y luego él accionara la cámara. Pronto llegaría el flash eléctrico integrado.

Las enseñanzas de doña Carmen Sosa y de su hijo fueron decisivas para el joven, quien una vez aprendido el oficio pensó en independizarse. Como era difícil montar un estudio fotográfico optó por realizar fotografías de eventos sociales, las cuales no se conservan.

Al buscar nuevo horizontes, Ortega Colunga decidió probar fortuna en Monterrey, ciudad industrial a una hora de Saltillo. “Algunas de sus fotos habían salido del estudio a las secciones de sociales de periódicos como El Porvenir o El Norte y, por medio de un corresponsal, a la revista Hoy”, evocó su hijo Roberto Diego. Más tarde decidió viajar a la Ciudad  de México, sin desligarse completamente de Monterrey. Alexg (con g) Contreras, autor de una página sobre fotografía antigua en Jalisco, me enlaza a la página de la Fototeca del Tecnológico de Monterrey, donde están hospedadas once fotografías del saltillense, fechadas en 1945 y de julio de 1947. Corresponden a las instalaciones del plantel, alumnado y ceremonias de los directivos. Su nerviosa firma aparece estampada en el ángulo inferior izquierdo: “Ortega Colunga”, con las g y l más grandes que las restantes.

En 1941 decidió quedarse en la capital a probar fortuna. Se instaló en el Hotel Meave, en el número 8 de la callejuela del mismo nombre, casi esquina con Eje Central y cerca del rumbo prostibulario de las Vizcaínas. Era reconocido como hotel de rato, al grado de que en 1937 apareció una foto de su marquesina en el semanario Vea, para ilustrar las “posadas del amor” o “albergues del pecado” en “...Y después del cabaret”, firmado por L. Larrari Rivas (Carlos Rivas Larrauri, el poeta del arrabal). Roberto Diego escribió que su padre recordaba a los inquilinos “como una insomne cofradía de beisbolistas y bongoseros que entrenan o que ensayan a cualquier hora del día”. Desde hace más o menos diez años el Hotel Meave fue transformado en centro comercial.

También empezó a colaborar “como fotógrafo en la revista Arena, del doctor Alfonso Gaona”. La publicación —me comenta Pedro Barrios, gran coleccionista de historietas y otros papeles— comenzó a circular el lunes 10 de noviembre de 1941. Comenta que tenía el kilométrico subtítulo de “Lo que se ve se dice. Semanario rotográfico de Toros-Cine-Radio-Deportes-Teatro”. El ejemplar en sepia de 16 páginas costaba 15 centavos. Gaona, paisano de Ortega Colunga y optometrista metido a empresario taurino que promovía la construcción de la Plaza México, tenía sus oficinas en Vallarta número 1 y era el director-gerente.

Hoy, revista de 38 x 28 centímetros y también impresa en rotograbado, tenía su domicilio en ese mismo edificio, casi en contraesquina del Monumento de la Revolución en la colonia Tabacalera. A sus 24 años, Ortega Colunga debió conocer en el trajín cotidiano a sus vecinos que competían con Todo, Revista de revistas, Así, México al día y otras publicaciones ilustradas. Gaona quizá lo relacionó con Vicente Miranda, dueño desde 1938 de El Patio, centro nocturno en el número 9 de la calle de Atenas, al costado norte de la Secretaría de Gobernación y a unos metros del Reloj Chino, en la avenida Bucareli. Recuerda Roberto Diego que su padre convenció a Miranda de que “le comprara una cámara Speed Graphic, que le pagaría con su trabajo”.

"El fotógrafo pedía a los retratados posar unos minutos, para que el asistente lanzara el frasco de magnesio y luego él accionara la cámara. Pronto llegaría el flash integrado".

EL PERIODISTA TABASQUEÑO Regino Hernández Llergo estaba al frente de la revista Hoy, fundada por él mismo en 1937 (su primo José Pagés Llergo tomó el relevo en enero de 1948, antes de fundar su influyente semanario Siempre! en 1953). Para entonces, el caricaturista Antonio Arias Bernal desbanca en las portadas al reconocido fotógrafo Enrique Díaz. Aún aparece la columna “La semana pasada”, con el veneno de Salvador Novo. Jorge Piñó Sandoval tiene a su cargo “Este México!”, de comentarios políticos. El poeta Xavier Villaurrutia deja de ser crítico de cine. Lo sustituye José María Sánchez García, quien ofrece 12 stills con sus respectivos comentarios. Carlos Bravo y Fernández (el famoso Carl Hillos) escribe sobre chismes del cine nacional. Armando Rivas Torres propone su panorama del “Radio”. Rulford se dedica a las notas “Deportivas” y Rasa Seldi, al “Consultorio espiritual”.

Dos fotógrafos fundadores de Hoy colaboran todavía en 1942, aunque sin la intensidad de los primeros años: el empresario fotográfico Enrique Díaz e Ismael Casasola, miembro de la dinastía. También participan Juan Guzmán (el alemán-español-mexicano Hans Gutmann), los enviados a Oaxaca Manuel Álvarez Bravo y Doris Heyn (en otro reportaje la bautizan como Hay; en realidad, Heydn, su segunda esposa), el magistral colombiano Leo Matiz, el venezolano Ricardo Razetti, Jesús Grovas (sin duda stills de su distribuidora), Enrique Delgado, Manuel García, Luis Zendejas (los tres del grupo periodístico de Díaz) y, desde luego, Vicente Ortega Colunga, quien llegó en el momento oportuno a la revista indicada.

Un miércoles de febrero de 1942 Arias Bernal se casa con Sofía Correa, cronista de sociales de Hoy, y el concurrido convivio tuvo lugar en El Patio. El sábado 21 de ese mes un redactor se burlaba de su soltería (se rumoraba que era gay de closet, escribió Rius) y celebraba su fin bohemio en “Consumatum est!”. Las fotografías —cada una con su crédito correspondiente— son del afamado Enrique Díaz y de “Ortega Colunga”.

[caption id="attachment_838401" align="alignright" width="304"] Collage de Miguel Ángel Morales.[/caption]

DESPUÉS DE ESTE INICIO brillante se ausenta hasta mediados de mayo de 1942, cuando son hundidos el barco-tanque Potrero del Llano y el Faja de Oro. El presidente Manuel Ávila Camacho declara la guerra a Alemania, Italia y Japón. En la portada del sábado 30 de ese mes, titulada “La quinta columna”, Arias Bernal caricaturiza a Adolfo Hitler como un simio que sostiene el globo terráqueo con su larga cola. En este mismo ejemplar, Ortega Colunga publica imágenes de un convivio en El Patio, con un elegante Mario Moreno (opuesto a su personaje cómico Cantinflas), el productor Jacques Gelman y Esperanza Iris, la reina de la opereta, con su invitado: el compositor vienés Oscar Strauss.

Para el 6 de junio presenta a Salvador Flores Olmedo, sobreviviente del Potrero, y al pintor guatemalteco Alfredo Suárez Gálvez, quien exhibe cinco carteles antihitlerianos en la Galería Decoración de la calle de Venustiano Carranza 30. El sábado 27 le acreditan la imagen que captó en el bar de la residencia de Hernán Dorner, a la cual asistieron el cónsul y el agregado militar de Argentina, el cónsul de Uruguay, el productor Jesús Grovas y esposa, José Pagés Llergo (no sale en la foto), el Trío Los Calaveras, el Che Falgas, Néstor Mesta Chaires y otros.

El sábado 4 de julio es evidente que se ha integrado a los fotógrafos de Hoy. Comparte crédito con Enrique Delgado y Luis Zendejas en las fotos de El Patio para conmemorar los 25 años como periodista de Regino Hernández Llergo. Al convivio concurren Agustín Lara (quien platica con los primos Llergo), la esposa de Nemesio García Naranjo, Félix F. Palavicini —fundador del periódico El Universal y la revista Todo—, la galerista María Asúnsolo (amante de Siqueiros), Arias Bernal, la actriz y rumbera Margarita Mora y su esposo Issac Díaz Araiza, exdirector de la censurada Vea, entre otros. Seguramente fue idea de Ortega captar en forma chusca al pequeño Regino bailando una conga con la obesa señora Palavicini.

Ya como reportero gráfico de planta tiene los medios necesarios para alquilar una habitación en una casa de huéspedes ubicada en el número 20 de la céntrica y ahora peatonal avenida Madero. En sus días de esplendor había sido residencia de Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de 1872 a 1876. Estaba situada frente al Palacio de Iturbide, entre Bolívar y Gante, y hoy es un centro comercial que luce escaleras eléctricas. Escribió Roberto Diego que su padre “con 150 pesos logra cubrir desayuno, almuerzo, comida, cena, aseo del cuarto y ropa limpia”.

Para el 18 de julio de ese mismo 1942, da a conocer diez imágenes del 7 de ese mes en El Patio. Esa noche la Cruz Roja organizó una cena con el fin de recaudar fondos para ayudar a niños chinos inválidos. A la “suntuosa fiesta” asistieron las más distinguidas personalidades: el ministro chino Ching Tien Ku, Ezequiel Padilla —secretario de Relaciones Exteriores—, el exRey Carol de Rumania y su amante madame Lupescu, Dolores del Río, Mario Moreno Cantinflas y los integrantes del Ballet Theatre: Alicia Markova e Irina Boranova, entre otros. Dolores del Río pidió 500 pesos por un beso suyo y niños chinos vendieron a Karol varios boletos para participar en la rifa de cuadros que donaron “famosos pintores”.

El primero de agosto, seis fotos inauguran su efímera sección “Vida de media noche”, que a la semana siguiente aparece como “medianoche”, donde da a conocer el bar La Jungla, decorado con pinturas de Arias Bernal. El 22 de ese mes firma “Una noche de vodevil”, uno de los mejores reportajes del ambiente artístico de esos años. A toda la plana se despliega la imagen de una contorsionista. En la siguiente aparecen tres enanos cargando jocosamente a un hombre. Abajo hay un ventrílocuo con dos muñecos y tres fotos de un malabarista que carga con sus piernas un tambor, arriba del cual está una joven, lista para dar marometas. En las páginas siguientes se ve a dos patinadoras norteamericanas. Enfrente una modelo, luciendo sostén negro, está recostada sobre el piano de Lara. Abajo está con Chelo Flores, en traje de noche y a prudente distancia del músico-poeta. A toda la plana presenta a La Panchita y en las páginas siguientes se incluye un homenaje escénico a la Virgen de Guadalupe. Aparecen Diana Dubois y Donato, el cómico cansado.

En agosto viaja a los Altos de Jalisco enviado por la revista. El 5 de septiembre aparece su reportaje “Hoy en San Juan de los Lagos. Fiesta de la Virgen”, donde retrata un grupo de cinco mil devotos. El martes 8 los noticieros radiales y periódicos difunden los cuatro asesinatos del joven Gregorio Goyo Cárdenas. El caso es tan sonado que un anónimo director filma la versión porno, con subtítulos en español e inglés, del estudiante de la Facultad de Ciencias Químicas teniendo sexo con tres prostitutas. Hoy no menciona los crímenes de Tacuba. Cosa rara en Regino Hernández Llergo, el futuro editor de Alarma! (1963-1986), una de las más morbosas y sangrientas publicaciones, y de la fotonovela Casos de Alarma! (1971-1974).

"Ortega Colunga publica imágenes de un convivio en El Patio, con un elegante Mario Moreno (opuesto a su personaje cómico Cantinflas), el productor Jacques Gelman y Esperanza Iris, la reina de la opereta".

DEL 12 DE AGOSTO a fines de diciembre de 1942 Vicente Ortega Colunga desaparece de las páginas sepia. ¿Qué sucedió? ¿Cómo sobrevivió esos tres meses? ¿Volvería a Arena? ¿Trabajaría en Así?

Pronto, Colunga (Renato Leduc lo llama Colungón) vuelve con nuevos ímpetus a la revista. De enero a junio de 1943 lanza al estrellato su Graflex Speed Graphic, similar a la que utilizaba Arthur Fellig Weegee durante sus andanzas neoyorquinas para registrar la fauna nocturna. El 9 de enero debuta con su sección “Frente a mi cámara” firmada “Por Ortega Colunga, Reportero Gráfico” y redacta sus propios textos.

Su cámara registra la carpa circense instalada en Clasa durante la filmación de El circo (Miguel M. Delgado, año de producción: 1942). Aparece Mario Moreno con incipientes bigotitos cantinflescos taqueando al filo de la media noche. También los hermanos Soler. Fernando, en el rodaje de ¡Qué hombre tan simpático! (Fernando Soler, 1943) y Domingo Soler, en El padre Morelos (Miguel Contreras Torres, 1942). El 16 de enero publica “Dolores del Río, la mujer y la estrella”, donde la actriz narra haber firmado el contrato para encabezar Flor Silvestre (Emilio Indio Fernández, 1943). En una foto aparece el gerente de Films Mundiales, Agustín J. Fink (a quien Salvador Novo atribuye virtudes descomunales en La estatua de sal), Diego Rivera y el Indio Fernández. En otros sets aparecen close-ups de Miguel Contreras Torres, María Antonieta Pons, Ernesto Cortázar (guionista) y Roberto Gavaldón.

Para el sábado 6 de febrero de 1943 le publican 17 fotografías, de las páginas 68 a 73, tomadas en El Patio, donde la noche del viernes 29 de enero se celebra la III Cena Anual de la Unión de Periodistas de Cine, durante la entrega de los premios a lo mejor de 1942. “Fui allá, al elegante feudo de don Vicente Miranda, con mi cámara: ¡Mejor animación, en ningún lado!”, escribió el ya entonces exitoso reportero gráfico. Una foto en picada informa de la nutrida concurrencia. En otras están Mario Moreno con la copa a la mejor actuación cómica, cedida por Maximino Ávila Camacho —secretario de Comunicaciones y Obras Públicas y poderoso hermano del presidente—, y la espigada Susana Guízar, quien recibió de manos del poeta Xavier Villaurrutia un trofeo por su actuación “dramática” en la película Alejandra (José Benavides, 1941). La hermosa actriz aparece a página completa. Ortega Colunga ya se da el lujo de escribir: “Creo, modestia aparte, que he logrado una buena fotografía”. Finaliza con fotos de Emilio Tuero en la cinta Resurección (Gilberto Martínez Solares, 1943).

Una plática nocturna con Rodolfo Gaona le da la idea de retratar a los matadores Lorenzo Garza y Silverio Pérez, a quienes publica el 13 de febrero. A Garza lo capta de traje y corbata haciendo suertes en una azotea, seguramente la del edificio de Hoy. Son más alegres las fotografías que le dedica a Silverio, a quien presenta con una muleta en el Toreo. En las de su casa, sale riéndose con su gracioso baile por peteneras.

[caption id="attachment_838400" align="alignnone" width="945"] Anton Dolin y Alicia Markova, entre otros, integrantes del Ballet Theatre. "Vida de medianoche", Hoy, 18 de julio de 1942. Foto: Ortega Colunga[/caption]

EL 27 DE FEBRERO hay tres fotografías del elenco de Flor Silvestre y ocho del sexto aniversario de la revista. Entre éstas sobresalen las de Regino Hernández Llergo abrazando a Dolores del Río, a Fernando Soler y al periodista Fernández Bustamante. Donde está con el cine-fotógrafo Gabriel Figueroa, se da el lujo de botanear al director: “Don Regino ‘robó cámara’ que dio gusto. A veces pensé que no tardarían en proponerle un contrato para el cine”. En otras fotografías están María Félix (futura estrella de la historieta concebida por Ortega Colunga: La vida deslumbrante de María Félix), David Silva, Mapy Cortés con los redactores de la revista, entre ellos el Che Burstein, Luis Alcalde y Carl Hillos.

El 13 de marzo presenta a sus lectores al mago británico David T. Bamberg, conocido como Fu Manchú, quien debuta en el cine mexicano con Los mil y un fantasmas. Posa en bata con el pequeño Narciso Busquets, Emilio Tuero, René Cardona, Fernando Soler y Cuca la Telefonista (famosa por su frase radial “Ay, qué flojera”). Incluso aparece en una selfie recibiendo un trofeo de la Asociación de Periodistas Cinematográficos. Ortega Colunga escribe:

No hay truco. Aunque ustedes no lo crean, aquí me tienen posando para mi propia cámara. ¿Difícil? Nada de eso. Me bastó con sincronizar mi cámara automática para poder captar el momento en que el productor de La virgen morena, don Alberto Santander, me hace entrega del trofeo...

A FINES de ese mes realiza otro viaje pagado por Hoy: va a Mazatlán para hacerle una entrevista al actor José Luis Jiménez, protagonista de La virgen morena (la penúltima cinta de Gabriel Soria, 1942), quien está recluido en su casa de Playa Sur. Al retratarlo en los acantilados escribe: “Esta fotografía, que modestia aparte es muy buena, la ofrezco a José Luis como una cuelga. Se la tomé el 19 de marzo... en El Vigía”. En otra indica: “[pueden] verlo ustedes, como yo lo vi, estudiando la vida del Dulce Santo amigo de los animales”.

El 10 de abril Hoy comienza a dar seguimiento a la erupción del volcán Paricutín. A la semana siguiente, Ortega Colunga acompaña a los integrantes de Artistas Pro-Aliados, quienes eligen al general Maximino Ávila Camacho presidente honorario de su organización. Entre los asistentes se cuentan María Luisa Zea, la Duquesa Olga y Eduardo Montemayor. Retrata a Howard Randall, propietario de RCA Víctor, quien festejó en Clasa a los técnicos de Walt Disney. El fotógrafo registra que “la cosa se puso mejor cuando engullíamos sandwiches y paladeábamos vino”. En la fiesta a José U. Calderón, en los estudios Azteca, apunta que hubo pulque, “chile, tortillas, mariachis, mujeres hermosas y una alegría desbordante”, más una becerrada donde estuvo Fidel Velázquez, el líder obrero que sustituyó al cardenista Vicente Lombardo Toledano, y su incondicional Enrique Solís.

"Una plática nocturna con Rodolfo Gaona le da la idea de retratar a los matadores Lorenzo Garza y Silverio Pérez, a quienes publica el 13 de febrero. A Garza lo capta de traje y corbata haciendo suertes en una azotea".

EL 24 DE ABRIL aparecen quince fotografías dedicadas a Dolores del Río por su onomástico. Inician con la serenata que Films Mundiales llevó a la estrella en su domicilio de Ámsterdam número 62. Después asiste al Casino Militar donde encabeza un banquete para mil conscriptos clase 1924. Casi al término de la filmación de El Norteño, rebautizada como Jesusita en Chihuahua y realizada en los Estudios Azteca, retrata de lejos a Pedro Infante, quien al fallecer trágicamente sería protagonista de otras dos historietas editadas por Ortega Colunga: La vida y amores de Pedro Infante (1957) y Los amores íntimos de Pedro Infante (1964).

En Hoy del primero de mayo hay fotos del estreno de Flor Silvestre en el Palacio Chino, la entrega de premios en el Hipódromo de las Américas y de locaciones en Tuxpan, Veracruz, donde Alejandro Galindo filma Konga roja (1943), con María Antonieta Pons. Para el día 15 retrata a María Félix sentada pulsando una guitarra, a Jorge Negrete en el estreno de El Jorobado (Jaime Salvador, 1943) en el Palacio Chino y también la rigurosa cena en el Ciro’s. Le dedica diez gráficas a David Silva con motivo de la premiere de su cinta Resurrección (Gilberto Martínez Solares, 1943) en el cinema Palacio y repite cena en el centro nocturno del Hotel Reforma, adornado con desnudos de Diego Rivera.

En 22 de mayo describe cómo es que “¡Cantinflas llega dos veces! Broma a quienes fueron a recibirlo”, tras una gira por Centro y Sudamérica. Apunta: “No fue precisamente una vacilada. Lo que ocurrió en sus dos llegadas sólo mi cámara lo captó”. El 22 aparece “Lupe Vélez en México”: la estrella de Hollywood vino a firmar el contrato para encabezar la cinta Naná (Celestino Gorostiza, 1943). A la semana siguiente asegura que “La madre de Miguelito Valdés es mexicana”, capta la “recepción de Cantinflas a los diplomáticos sudamericanos”, de nuevo en el Ciro’s, y refiere el banquete al término de El hombre de la máscara de hierro (Marco Aurelio Galindo, 1943).

El 5 de junio abre con diez retratos de las estrellas cinematográficas de una década, de Andrea Palma a Susana Guízar, estudios proporcionados por las compañías fílmicas. Ortega Colunga pudo captar el rostro de la cubana Carmen Montejo, protagonista de la película No matarás (Chano Urueta, 1943) y a otras personas en las “Celebraciones en El Patio”. El sábado 12 su sección se divide en tres partes. En “Mario Gil” dedica cinco gráficas al maestro de ceremonias de El Patio, crooner, actor y a quien retrata bailando con Irina Zorova. Siete días después consigna el triunfo del trío Los Calaveras en el Ciro’s y, desde luego, en El Patio.

[caption id="attachment_838399" align="alignleft" width="275"] La revista Hoy, en la etapa dirigida por José Pagés Llergo. Portada de Antonio Arias Bernal, 1948.[/caption]

En este número de fines de junio la sección de Ortega Colunga se divide en cuatro partes y ocupa nueve páginas. Las primeras dos corresponden al rodaje de San Francisco de Asís (Tito Gout, 1943). Seguramente pidió a alguien del set que lo retratara con el actor disfrazado más de Cristóbal Colón que del pecador y disoluto junior italiano. Aparece sonriente apuntando en una libreta. No faltó a la “suntuosa fiesta” privada en El Patio. La segunda se titula, en son de broma, “Silverio Pérez cogido al descubierto en la inauguración de la casa de Regalos Gaona”, en la calle 16 de Septiembre número 3. En la tercera parte capta a Diego Rivera y su esposa Frida Kahlo cuando asisten a la proyección privada de La luna y seis peniques (Albert Lewin, 1942). La “nueva cinta de Artistas Unidos, en donde introduce la innovación de narrar las películas”, que describe la vida de un cojo pintor londinense en los barrios bohemios de París y termina su vida en Haití (el hijo de Gauguin protestó por esta versión). Otra foto da cuenta de la inauguración de Le Rendez Vous, en Reforma e Ignacio Ramírez, bajos de la Casa Latinoamericana. Una más del segundo nacimiento de la “Pareja Ideal”, ganadora del certamen convocado por Hoy. En la cuarta y última parte, “Figuras del Follies”, regenteado ahora por el empresario Manolo Ferrandiz, retrata al actor Rafael Banquells, a la cantante francesa Gabrielle, al cómico Donato y a los Kíkaros, pareja de bufos excéntricos.

HASTA EL CUELLO de adeudos, sin publicidad suficiente y tras intentos infructuosos de hablar con el presidente Manuel Ávila Camacho, el viernes 2 de julio Regino Hernández Llego se ve obligado a vender sus acciones al licenciado Rafael Nebrija, quien lo ratifica como director. Al día siguiente circula normalmente Hoy. En “Frente a mi cámara” hay fotografías de Fernando y Mapy Cortés, Consuelo Guerrero de Luna, la rubia Lina Montes, Julio Villarreal y Carlos Amador, quien hizo un control remoto para la XEW. “Posteriormente —escribe el renombrado fotógrafo—, cuando cenábamos en Ciro’s, [Julio Villarreal] me dijo: ‘Siento una gran felicidad al haber contribuido con mi modesto trabajo al engrande-cimiento de nuestra cinematografía’”. La vanidad y el humor involuntario también invadían a los retratados por su Gaflex.

La página 5, del ejemplar del 10 de julio de 1943, trae una noticia que no esperaban los lectores: “Hernández Llergo se va de Hoy”. Ortega Colunga dedica su última colaboración de “Frente a mi cámara” a “Cómo visten las estrellas que actúan en Ave sin nido o Anita de Montemar” (con diseños europeos de Isabel Limantour); también a la enorme popularidad de Jorge Negrete, al presentarse en el Estudio Azul y Plata de la XEW, en un concierto patrocinado por la Lotería Nacional. En “Tormenta en la cumbre”, sube a las faldas del Iztaccíhuatl para ahí captar a Pituka de Foronda y escenas del rodaje de la película que dirige Julián Soler.

"Vicente Colunga Ortega sigue meses después a Regino Hernández Llergo en Mañana, y participa en 1953 en la fundación de Siempre! Crea la editorial Publicaciones Ortega Colunga, con oficinas en Ezequiel Montes".

VICENTE ORTEGA COLUNGA sigue meses después a Regino Hernández Llergo en Mañana, y participa en 1953 en la fundación de Siempre! Crea la editorial Publicaciones Ortega Colunga, con oficinas en Ezequiel Montes, muy cerca de Hoy y Arena, para difundir las vidas (imaginarias) de María Félix en 1956 y de Pedro Infante en 1957; injerta sus rostros fotográficos en historietas, recurso que explotó en los cuarenta el afamado Pepín (1936-1958).

Años después continuaba como editor: Pedro Barrios me señala que el número uno de la historieta Monstruos fue publicado el 4 de julio de 1963, mismo año en que Ortega Colunga lanzó a la circulación Manicomio e Islas Marías. Por esos meses editó el periódico Pueblo “con el dinero que había ganado de las historietas”, me dice Roberto Diego. A finales de 1964 publicó Los amores íntimos de Pedro Infante. Instalado en el cuarto piso de Bucareli 18, cerca de El Patio, nombra a su hermano Tomás como director de Latin Señoritas: Text in english y español (Dallas, 1966), revista erótica prohibida en septiembre de 1967 por las autoridades diazordacistas ante el supuesto reclamo de padres de familia ofendidos. Ya como editor erótico da a conocer Yo Su Revista, Su Revista Yo y Su Otro Yo (1975-1985): los cambios de título le permitieron burlar exitosamente la censura.

COMO ES POSIBLE DEDUCIR, la etapa fotográfica de Vicente Ortega Colunga en Hoy anticipa sus futuras rutas editoriales, referencias obligadas que marcaron toda una época. Con su actividad en el semanario de Regino Hernández Llergo se convirtió, sin lugar a dudas, en un importante foto-reportero de la noche dorada de los primeros años del sexenio de Ávila Camacho. Documentó gráficamente lo que no pudieron hacer reporteros y fotógrafos de esa publicación, quienes intentaron asomarse al mundo nocturno. Ignorada hasta hoy por investigadores e historiadores, la fotografía de Ortega Colunga merece una justa revaloración.