Adiós al emblema del nuevo glamour

Adiós al emblema del nuevo glamour
Por:
  • argelia villegas

El color negro, preferido de Karl Lagerfeld, fue el tono que ensombreció ayer al mundo de la alta costura tras confirmarse que el prestigioso modisto de origen alemán falleció en el Hospital Americano de París, ubicado en el lujoso municipio de Neuilly-sur-Seine.

Su imagen, pulida de forma puntillosa de perfil erguido, eternas gafas oscuras, trajes con alzacuellos y su coleta plateada, recorrió las redes sociales y portadas de destacados medios de comunicación en todo el mundo a los pocos minutos que la vocera de Chanel, Angelique Riviere, confirmó su muerte.

Según medios franceses, el diseñador creativo de la firma Chanel desde hace décadas, había ingresado la noche del lunes de urgencia y trascendió que la causa de su muerte fue por cáncer de páncreas.

La pérdida del diseñador exclusivo de Chanel y Fendi, sumada a las de Saint Laurent, Givenchy y Alaïa, supone la desaparición casi definitiva de una generación de modistas de la que ya sólo sobrevive Valentino Garavani.

Directo, crudo, y algunas veces cruel era su estilo, pero nunca reparó ni temió ser criticado. Fue hace un año cuando habló de la muerte en Magazine Number.

"Nunca uses la palabra ‘barato’. Hoy, todo el mundo puede parecer chic con ropa que no sea cara (los ricos también la compran). Puedes ser el más estiloso del mundo con  una camiseta de algodón y unos vaqueros; depende de ti, pero nunca uses esa palabra”

Karl Lagerfeld

“¡Qué horror! No habrá entierro. Antes muerto, respondió el Káiser. Pedí que me incineraran y que mis cenizas se dispersaran con las de mi madre... y las de Choupette —su gata—si ella muere antes que yo”, respondió el artista de la alta costura que siempre ocultó su edad y hoy se sabe que tenía 85 años.

Lagerfeld fue celoso de su vida privada, y el único referente de sus orígenes son algunas biografías que señalan que nació un 10 de septiembre de 1933 en Hamburgo, Alemania, y se crió a 40 kilómetros de esa localidad portuaria, en una casa burguesa, fabricada en madera y rodeada de árboles.

Karl Otto Lagerfeldt, como realmente se llamaba, fue hijo de un comerciante de origen sueco y de una madre prusiana, en 1952 se trasladó a París con su madre, Elisabeth, la capital francesa fue su casa donde estudió y el primer concurso que ganó fue del Secretariado Internacional de la Lana con el dibujo de un abrigo escotado en la espalda.

Ese galardón le abrió las puertas al universo que sería su hogar y comenzó a colaborar en talleres como el de Pierre Balmain o la casa Chloé. Consiguió en 1965 su primer contrato con la firma de moda italiana Fendi, sin embargo, fue 1983 el año que marcó su vida para siempre, pero también la del mundo de la moda.

Lagerfeld aceptó el reto que ese año le hizo la fundadora de la firma, Coco Chanel, para revitalizarla y en menos de una década la resucitó, apoyándose en modelos como Inés de La Fressange, Cindy Crawford, Carla Bruni, Naomi Campbell y Claudia Schiffer.

"Compra algo sólo porque te excite, no sólo por el acto de comprarlo. Eso es muy infantil. Ir de  tienda en tienda es, posiblemente, el mayor símbolo de ansiedad cultural hoy en día. Hay muchísimas formas y más constructivas de gastar tu tiempo”

Chanel también le sirvió de plataforma para crear su propia marca Karl Lagerfeld y construir su imagen como un referente universal de elegancia, pero también de controversiales valoraciones que le hicieron, como todo grande, ser admirado y odiado.

Dibujante, creativo, diseñador de objetos y fotógrafo durante más de tres décadas de Chanel, fue precursor al llevar la interpretación y creación escénica a las pasarelas; sus desfiles algunas veces incluían cohetes, jardines, hielo, incluso reconstruyó supermercados en sus desfiles para matizar sus colecciones.

Así fue Lagerfeld: elevado y único. Su personalidad le ayudó a hechizar y atraer los reflectores como el buen estratega que lo caracterizó siempre.

El mundo permanecía atento a sus decisiones, su cuenta de Instagram con cinco millones de seguidores, fue referente de polémicas, críticas y alabanzas.

Sin reparos siempre sostuvo que “diseñar para pobres o siluetas poco canónicas era el equivalente a meterse en una bañera con agua hirviendo”, sus comentarios no le restaron puntos para ser ahora uno de los modistos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX.

Llevo al límite su vida profesional pero también la personal y sorprendió cuando bajó más de 30 kilos para poder usar los diseños que impuso un joven Hedi Slimane para Dior Homme.

Siempre estuvo un paso más adelante no sólo de la moda, también de las limitantes y temáticas que nadie se atrevía a tocar en los años noventa, y lo demostró cuando utilizó versos del Corán en una de sus colecciones para Channel.

Al igual que todos los grandes, su legado trascendió no sólo en el mundo de la moda, así lo demostraron cientos de mensajes que inundaron las redes sociales provenientes de personalidades políticas como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien reconoció al artista que “acompañó durante toda su vida a las mujeres en su libertad y su afirmación”.

El portavoz del Gobierno francés, Benjamin Griveaux reconoció los aportes del artista: “Francia y París le deben tanto”.

El modisto con reputación de ser duro pero brillante, viajaba en avión privado acompañado de susa sistentes, se reivindicaba como una persona independiente que sólo soportaba la compañía de su gata Choupette, felina con dos empleadas domésticas a su servicio, quien será la heredera de una parte de su fortuna.

El amigo preferido de personalidades como las modelos Claudia Schiffer, Naomi Campbell, la princesa Carolina de Mónaco, el modelo Brad Kroenig, la modelo Kaia Gerber y su musa preferida en los años 80, Inès de la Fressange, se ha ido dejando una estela grande y una ausencia profunda.

El icono que rompió límites en la cultura pop

La imaginación del emperador no tuvo límites, sus creaciones conquistaron a los más exigentes, sus desfiles cautivaron como verdaderos espectáculos donde la mesura en cuanto a presupuestos o innovación no conocieron un tope. Calificado como un “verdadero artista de la moda”, Lagerfeld se atrevió a reinventar a Bob Esponja en 2009, cuando la caricatura cumplió su décimo aniversario.

[caption id="attachment_874333" align="alignright" width="299"] Harper’s Bazaar vistió a Los Simpson con atuendos de Lagerfeld.[/caption]

El creador de Chanel se inspiró en su propio look para diseñar un Bob Esponja dorado vestido con gafas negras, corbata y guantes. El muñeco fue bautizado como Bob Lagerfeld, fue vendido en una subasta organizada por la cadena Nickelodeon en París, con el fin de recaudar fondos para la organización ecologista WWF.

Incluso, la revista de moda Harper’s Bazaar, en 2007, hizo referencia al artista de la moda, cuando la familia amarilla se va de viaje a París, y Lagerfeld observa con rigor el modelo que utiliza Marge.

Otro ejemplo fue en 2017, cuando la marca alemana Steiff, fundada hace 135 años, creó un muñeco inspirado en su querida gatita Choupette, que tuvo un costo de 500 euros, nueve mil 500 pesos mexicanos considerando el tipo de cambio de la divisa en ese año. Fueron diseñadas dos mil copias de la felina elaborada con tejidos en piel y pintada a mano.

La pieza se vendió acompañada de un pequeño ratón magnético en cuero negro. “Choupette es tan bella y famosa que cuando me pidieron hacer eso, ni siquiera estaba sorprendido”, dijo Karl Lagerfeld sobre su gata birmana.

Incluso protagonizó dos videojuegos, Grand Theft Auto (2008), que mostraba al diseñador con un traje negro o morado, según eligiera el jugador, además de ambientar el video con su voz, mientras que en otro proyecto llamado Je Veux Les Lunettes De Karl (Quiero las gafas de Karl)creado por Optic 2000, distribuidora exclusiva de la colección de gafas del modisto en Francia, retaba a los jugadores a quitarle sus lentes de los que nunca se separó por años.