El baile de los 41 visibiliza la represión histórica a la comunidad LGBT+ en México

Un día de 1901 tuvo lugar una redada en un inmueble de la colonia Tabacalera, en la Ciudad de México, en la que fuerzas policiales detuvieron a 42 hombres de la comunidad LGBT+, la mitad de ellos vestidos de mujer, quienes celebraban una velada clandestina. Uno de ellos fue liberado y su nombre se borró de los registros: Ignacio de la Torre y Mier, entonces yerno del presidente Porfirio Díaz. El baile de los 41, la más reciente película de David Pablos, cuenta su historia.

“Éste es un evento que ha permanecido en el imaginario colectivo y que sigue siendo un tabú, porque nunca terminó de salir del todo a la luz, por lo que me pareció que era pertinente narrarlo, pues una parte de nuestra sociedad se sigue pareciendo demasiado a la del porfiriato y porque para mí, como realizador, era necesario retratar a la comunidad LGBT+ desde un ángulo distinto”, señaló Pablos en conferencia de prensa.

Contó que cuando estaban buscando financiamiento para la producción, gran parte de las personas a las que se les acercaron rechazaron la película por el tema LBGT+, “la gente tiene homofobia en nuestro país”, lamentó. Por ello, aseveró que la producción que estrena mañana en cines generará una gran reflexión en torno al tema, pues el séptimo arte es capaz de contar historias a partir de la empatía.

“Me gusta ver al cine como la posibilidad de ponerte en los zapatos de alguien más; literal, la mente del espectador es manipulada para que entre en él, el punto de vista que el director decide. Y lo que hace esta película es dar una multiplicidad de perspectivas, como el de Ignacio y el de Amada, su esposa”, detalló.

Por este motivo, apuntó que El baile de los 41 no sólo toca la llaga de la homofobia, sino también la del racismo y el clasismo. “Creo que la visibilidad es una forma de combatir y que en la ciudad haya anuncios de la película en los que Alfonso y Emiliano están sin playera a punto de darse un beso es importante. A los personajes no los retrato desde la caricatura ni la victimización, sino desde la celebración”, agregó.

Alfonso Herrera, quien interpreta a Ignacio de la Torre, señaló que para construir al yerno de Profirio Díaz se basó gran parte en libros, como El exilio, de Carlos Tello Díaz, el cual contiene fragmentos que dejan ver algunos esbozos de quien fue De la Torre. Además, comentó que fue un reto encontrar información acerca del baile de los 41, porque existe poca y la mayoría de ella hacía una caricatura del evento o lo ridiculizaba.

Añadió que el proyecto le permitió darse cuenta de aquellos detalles que llevan a la sociedad hacia el machismo, la homofobia y el racismo: antes de que saliera a la luz el escándalo del baile, los hombres eran más afectuosos entre ellos.

“Cuando se supo de esto, la gente tuvo que lidiar con el tema gay y tomar partido y eso, sin darse cuenta, hizo que los hombres ya no fueran tan afectuosos por el temor a ser percibidos como homosexuales. Esta cinta genera conversaciones y te hace pensar en que, aunque no te percibas como machista, tienes estos dejos que aprendiste; es saber aprender de estos estos errores que nos dio la sociedad para ir mejorando”, aseguró.

Por su parte, Mabel Cadena, quien da vida a Amada Díaz, la hija de Porfirio Díaz, compartió que el filme le permitió ver lo afortunada que es al tener su color de piel: “que hombres y mujeres morenas puedan verse reflejados en un producto audiovisual mexicano me empodera para salir y dejar de reprimir mis emociones y mi manera de ver la vida.

“Después de El baile de los 41 sí hay otra Mabel y otra forma de pararse en la vida. Lo mismo ocurrirá con los espectadores, a su manera”, finalizó.