Spielberg expande su lado dramático en nueva película
Pocos lo imaginan porque sus imágenes, en las que caben desde dinosaurios hasta extraterrestres, llenan la cabeza de todos aquellos que fueron niños en los 70, 80, 90 y lo que va del siglo XXI, pero ayer Steven Spielberg cumplió 70, años de los cuales lleva poco más de 50 años dedicados a un mundo que corre en tiras de celuloide. Su próximo proyecto The Kidnapping of Edgardo Mortara, amplía la otra parte de la filmografía en la que el drama humano se coloca por encima de la fantasía.
El rey midas de Hollywood fue el creador de una parte de la industria del cine como la conocemos hoy: en 1975 presentó ante el mundo el primer blockbuster del verano, Tiburón, y el mundo no volvió a ser el mismo. Ahora el cine se divide entre esa época y la temporada de premios, quien quiera ganar un Oscar debe presentar su filme en los últimos meses del año, pero quien quiera golpear las taquillas y hasta destrozarlas estará preparado para esa temporada del año en la que las casas productoras ponen todas sus esperanzas.
El trabajo de Spielberg tiene lo mejor de ambos mundos, y la Academia y el público se lo han reconocido. Y seguirán haciéndolo, ya que el cineasta no baja la marcha, además de director es productor y ha estado atrás de Volver al futuro, Transformers y Mundo jurásico, entre otros.
En el pasado Festival de Cannes en el que el cineasta presentó Mi amigo el gigante declaró: “Cuanto peor está el mundo, más necesaria es la magia”, sin embargo no se abstrae de las problemáticas humanas. Su nuevo proyecto, que se espera para el final del próximo año, recrea una polémica entre judíos y católicos en la segunda mitad del siglo XIX cuando los Estados Pontificios ordenaron el secuestro del niño judío de nueve años, Edgardo Mortara, con el pretexto que había sido bautizado como católico y lo separaron de sus padres.
Desde la sinopsis la historia tiene tintes de digna competidora para los Oscar, a los cuales ha estado nominado 16 veces entre las categorías Mejor Película y Mejor Director. Ha ganado tres por los dramas La lista de Schindler, de 1994, que triunfó en esas dos y otras cinco nominaciones, por Rescatando al soldado Ryan fue elegido Mejor Director en 1999.
Sin embargo, el Color púrpura, su primer drama sin efectos especiales, fracasó en cada una de las categorías en las que estuvo nominada para los Oscar, incluso Whoopi Goldberg, quien fue llamada a protagonizar la cinta, después de que Spielberg la viera en un show de stand up, perdió ante Geraldine Page, quien competía por Regreso a Bountiful.
La desgarradora historia de una mujer afroamericana a principios del siglo XX en EU, marcó una de las vertientes del cine del director de Parque jurásico: la historia, oficial o no, de su país. Las ya mencionadas La lista de Schindler y Rescatando al soldado Ryan, muestran la crudeza de las guerras, la desesperación de sus personajes al estar atrapados en situaciones hostiles, lo mismo ocurre en Caballo de guerra y Puente de espías. Con Lincoln se consolidó como el narrador cinematográfico de la historia de EU y le dio a Daniel Day-Lewis su tercer Oscar.
La fantasía siempre será la marca de Spielberg, pero también ha logrado conmover al público y causar lágrimas, porque ha sabido equilibrar sus dos mundos de una manera casi de película.