Repudian los supercierres de fin de semana en Chihuahua

Los supercierres de actividades no esenciales los fines de semana, ordenados por el Gobierno de Javier Corral en Chihuahua ante el aumento de contagios por Covid-19, golpean principalmente a los trabajadores y a las empresas, en uno de los estados fronterizos con amplia vocación en la industria maquiladora.

Mientras en buena parte del país los gobiernos estatales buscan el retorno gradual a la normalidad, con la apertura de comercios, estrategias de regreso a clases e incluso el retorno a oficinas, en Chihuahua, el único estado de la frontera norte que continúa en naranja en el semáforo epidemiológico y cuyos contagios han aumentado en 5.1 por ciento en la última quincena, los cierres de comercios no dan tregua a los habitantes.

Susana Prieto Terrazas, abogada laboral y defensora de los derechos de los trabajadores, explicó que estos cierres afectan principalmente a los obreros, quienes regularmente cobran los viernes y que entre sábado y domingo adquieren los productos de la canasta básica e insumos para el día a día.

“La fecha de pago de la mayoría de los trabajadores es entre viernes y sábado, y los días en que tienen forma de adquirir su despensa y hacer sus pagos, son los sábados y los domingos, y el mayor número de centros comerciales que pueden ofrecerles la canasta básica a precios más accesibles permanecen cerrados”, lamentó.

En entrevista con La Razón, la activista denunció además que, pese a la ley seca que se ordenó en todo el estado, durante el supercierre del pasado fin de semana, “a los bares y restaurantes se les cerró por completo”, pero las tiendas de conveniencia “sí pudieron vender cerveza, entonces ahí vemos una gran injusticia”.

Estos cierres de fin de semana, que comienzan el último minuto del viernes y concluyen a las 6 de la mañana del lunes siguiente, también incluyen la suspensión de mítines político-electorales.

Prieto Terrazas destacó que los cambios en el semáforo epidemiológico no coinciden con las cifras en los municipios, pues a lo largo de la pandemia, expuso, Ciudad Juárez había concentrado 60 por ciento de los contagios del estado, pero para el cierre del 23 al 26 de abril se informó que el mayor número de contagios se centraba en los otros 66 municipios del estado.

“Hay algo muy raro en Chihuahua respecto a los contagios, los cierres y la cancelación de eventos públicos estando en plena campaña (...) Es imposible que haya más Covid en el resto del estado que en Juárez, porque el 65 por ciento de la población económicamente activa está en Ciudad Juárez y del ámbito formal trabaja en la maquila”, añadió.

Los cierres tampoco son bien vistos por el sector privado. El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Ciudad Juárez, José Mario Sánchez Soledad, lamentó la implementación de esa estrategia y dijo que se requiere acelerar el esquema de vacunación, pues la pandemia no sólo ha provocado la muerte de seres humanos, sino que está matando a las empresas.

“Necesitamos pensar que no solamente las personas están en riesgo, también los empleos y las empresas. Las personas morales también mueren y cuando esto sucede se destruyen miles de empleos y se impacta a miles de familias”, dijo.

Alejandro Rosas, empleado de una cremería en el municipio de Chihuahua, externó a este medio su temor de que se sigan aplicando estos cierres, que tienen consecuencias para su economía y el bienestar de la familia.

“Ha sido un año duro para todos; meses difíciles”, dijo el habitante, al explicar que uno de los problemas a los que se enfrenta es la “baja en la compra de los productos”, pues la gente compra de lo más barato y poco.