Pueblos Mágicos, un legado de riqueza cultural y natural

El encanto y la belleza que posee el Estado de México se manifiestan a través de sus 11 Pueblos Mágicos en los que se aprecia la riqueza del pasado prehispánico, el esplendor de sus paisajes naturales, su imponente arquitectura y el sabor de la gastronomía típica para vivir una experiencia única.

Uno de estos sitios emblemáticos es Aculco, se ubica entre los municipios de Acambay, Timilpan y Jilotepec, y es ideal para hacer turismo de aventura.

El Cañón de Aculco es uno de los mejores lugares para practicar rapel en México. Sorprende por los colores de sus prismas basálticos y por la cascada “La Concepción”, que tiene una caída de 25 metros y sus aguas son alimentadas por la Presa Ñadó, en donde se puede pasear en lancha, hacer pesca deportiva y montañismo. También está la cascada “Tixhiñú” y se recomienda visitar ambas en época de lluvias.

Una parada obligada son los vestigios del Camino Real Tierra Adentro, reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, por haber sido el camino más antiguo de América y la ruta comercial que unió a la Ciudad de México con Santa Fe, Nuevo México, hoy Estados Unidos.

Otro sitio es el casco de la Exhacienda de las Diligencias Arroyo Zarco, donde se hospedaron personajes como Maximiliano de Habsburgo, Guillermo Prieto y Porfirio Díaz.

Por otra parte, está El Oro, se localiza en la parte montañosa, al noroeste de Toluca, y destaca por su arquitectura afrancesada reflejada en el Teatro Juárez y en el Palacio Municipal que cuenta con el mural “Génesis Minero” del artista mexicano Manuel D’Rugama, alusivo a la época del esplendor minero de este municipio.

El Museo de Minería permite conocer cómo era la vida de sus habitantes y da un vistazo en el pasado a la Antigua Estación de Trenes.

Se puede visitar la Presa Brockman para andar en bicicleta, montar a caballo, hacer pesca deportiva o pasear en lancha mientras se admira el paisaje boscoso.

Para quienes buscan descanso está Ixtapan de la Sal. Uno de los principales atractivos son las aguas termales que, según los habitantes del lugar, contienen minerales con poderes curativos. Cuenta con spas que ofrecen masajes relajantes, tratamientos de belleza, terapias de recuperación física con profesionales certificados, además de vapor y saunas.

También tiene un parque acuático que es considerado uno de los más grandes de América Latina, donde hay diversión para toda la familia, desde toboganes de distintos tamaños para los más aventureros, paseos en lancha y chapoteaderos para los más pequeños de la familia.

Malinalco se caracteriza por ser uno de los destinos más frecuentados. Una de sus atracciones es el Convento de la Transfiguración y la Iglesia del Divino Salvador, que fueron construidos por los agustinos a mediados del siglo XVI.

También se puede visitar el Cauhcalli, un templo monolítico único en México y de los pocos existentes en el mundo, junto con el de Ellora en la India, los de Abú Simbel en Egipto, y Petra en el Mar Muerto.

Para los amantes de la aventura, Malinalco ofrece vuelos en parapente, rapel, escalada, paseos en bicicleta, a caballo o realizar una expedición para pernoctar en una caverna a más de 35 metros de altura.

Metepec es conocido por las Fiestas de San Isidro, por el tianguis prehispánico en el que se practica el trueque, pero sobre todo por la elaboración de la pieza artesanal de barro “Árbol de la vida”, la cual tiene su origen en la época colonial. El máximo esplendor de los árboles de la vida se encuentra en la cima del Cerro de los Magueyes, donde se aprecia un mural que da vida a esta increíble pieza artesanal, a un costado de la Iglesia del Calvario, desde la cual se disfruta de la vista panorámica del Valle de Toluca.

También en Metepec está el Museo del Barro, que cuenta con una colección de piezas premiadas en diversos concursos nacionales. Mientras que el Centro de Desarrollo Artesanal ofrece materias primas a los artesanos, las cuales también pueden ser adquiridas por los turistas.

San Juan Teotihuacán y San Martín de la Pirámides son dos de los lugares más místicos y visitados del mundo, comparten la denominación de Pueblo Mágico, porque en ellos se ubica la zona arqueológica de Teotihuacán, en la que se puede recorrer la Calzada de los Muertos, plazas y explanadas y admirar la magnificencia de las pirámides del Sol y la Luna.

Otras actividades son los vuelos en globo aerostático que se realizan al amanecer y se elevan a una altura de casi 80 metros sobre las milenarias pirámides. Hay touroperadores que ofrecen paseos en cuatrimotos semiautomáticas o bicicletas, para conocer distintos puntos del Valle de Teotihuacán, principalmente el Acueducto del Padre Tembleque, una joya del periodo virreinal en México.

Tepotzotlán es un Pueblo Mágico que se caracteriza por su gran riqueza histórica y arquitectónica. Este municipio es el destino perfecto para los amantes de la adrenalina. En el parque ecoturístico Arcos del Sitio se encuentra el acueducto que le da nombre al lugar y se trata de una monumental estructura de la época virreinal que sorprende a cualquiera.

En ese lugar también se puede hacer tirolesa, organizar días de campo, montar a caballo, campismo, natación y ciclismo de montaña. Para más diversión extrema está el Parque Xochitla, ideal para pasear en bicicleta, caminar por sus magníficos jardines, senderos y disfrutar del pequeño tren y de la exhibición Tierra Jurásica para los más pequeños de la casa.

El Pueblo Mágico de Tonatico ofrece bellezas naturales y culturales como el Santuario de Nuestra Señora de Tonatico, que data de 1660. Están las Grutas de la Estrella, donde se aprecian formaciones de cristales solidificados, donde el reto para todo visitante es llegar a ellas al descender 450 escalones para encontrarse con un río subterráneo y tres cascadas, donde se puede hacer un recorrido acuático, rapel y espeleísmo; asimismo, cuenta con un museo interactivo virtual.

Otro sitio importante que se debe visitar es la Capilla del Señor de la Salud y el Pueblo Viejo, el cual es un lugar histórico donde se han encontrado vestigios de pinturas originarias, y donde también se localizan las ruinas del antiguo Templo del Señor Santiago.

Mientras que en el Salto de Tzumpantitlán hay una cascada de más de 50 metros de altura y se pueden realizar actividades como campismo y caminar por puentes colgantes.

Valle de Bravo, con sus calles empedradas y sus casas de adobe con tejas rojas, tiene todo para disfrutar en pareja, con amigos o en familia: aventura, rincones naturales de ensueño, sitios antiguos y espacios de paz.

Es la capital internacional del vuelo en parapente y ala delta; también ofrece experiencias de esquí acuático, escalada o rapel, así como tours en motocicleta o practicar senderismo para disfrutar de sus bosques, ríos, arroyos y cascadas como “Velo de Novia”.

Para una experiencia de meditación, se tiene que visitar la Gran Stupa Bön, construida con el objetivo de incidir en la paz mundial.

Finalmente está Villa del Carbón, ideal para disfrutar de aire puro, rodeado de montañas, bosques y presas que facilitan el ecoturismo.

Un lugar imperdible es la Presa Taxhimay, en la que se observan los restos del antiguo pueblo de San Luis de las Peras, que quedó sumergido bajo el agua. Se puede pasear en lancha hasta llegar a las cúpulas de las iglesias que yacen en el fondo.

El Cerro de la Bufa es perfecto para practicar alpinismo o nadar en el río, gracias a los manantiales que ahí nacen. Villa del Carbón es “La Capital del Botín Charro” por su tradición de elaborarlo en piel.