Nos recomiendan no despegar el ojo de Veracruz, en donde ayer iniciaron los cómputos de los comicios municipales en medio de incidentes como bloqueo de sedes electorales, sabotaje, destrucción de papelería y el incendio de una casa de campaña, entre otros. Buena parte de este conflicto poselectoral está relacionado con el pleitazo que se traen Morena, PT y PVEM, partidos que a nivel federal son aliados, pero que en Veracruz están enfrascados en una suerte de batalla campal, de todos contra todos. Los observadores ven en estos tres partidos un comportamiento nada civilizado, pues optaron por acciones de presión y resistencia, muy cercanas a la violencia, en lugar de esperar a que las inconformidades se diriman por las vías institucionales. Ayer no pudieron empezar los cómputos en varias demarcaciones, debido a estas acciones. La fractura del oficialismo en Veracruz desató los demonios y, al parecer, no hay alguien que sea capaz de amarrarlos. Pendientes.