En año de críticas por dispendios, CNDH gasta 2 mdp en “eventos” recreativos

En 2020, año en el que colectivos feministas criticaron el trabajo y los gastos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a cargo de Rosario Piedra Ibarra, este órgano autónomo realizó una adjudicación directa por un millón 929 mil pesos para “gastos relacionados con actividades culturales, deportivas y de ayuda extraordinaria (eventos)”, entre enero y marzo.

De acuerdo con una solicitud de transparencia, el organismo autónomo adjudicó de manera directa servicios con la agencia de viajes El Mundo es Tuyo SA de CV. En la Plataforma Nacional de Transparencia tampoco se especifica qué tipo de “eventos” se realizaron o qué empleados fueron beneficiados, pues el proveedor tiene experiencia en el área de turismo, inclusive la CNDH tuvo otro contrato con esta empresa para boletos de viajes aéreos para el personal que tuvo comisiones o viajes oficiales.

Los únicos documentos disponibles en la plataforma detallan que la adjudicación se trató de un “convenio modificatorio” de un contrato que se realizó desde 2018; es decir, este servicio ya se realizaba en el pasado, aunque para 2020 el presupuesto aumentó 20 por ciento.

La Razón buscó a la Comisión para preguntar por qué se realizó esta adjudicación, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.

No es el único contrato sobre actividades recreativas que ha realizado el organismo, pues el 22 de septiembre pasado, dos semanas después que colectivos feministas tomaron la sede de la CNDH en el Centro Histórico de Ciudad de México, el órgano autónomo realizó una adjudicación directa por 100 mil pesos con un parque temático para celebrar el “Día del niño”.

La institución pagó 445 boletos en el safari Bioparque Estrella, en medio de un huracán de señalamientos, donde incluso se cuestionó a la CNDH por tener cortes finos de carne en su sede del Centro Histórico de Ciudad de México, según consta en documentos obtenidos por La Razón en la Plataforma Nacional de Transparencia.

Respecto al contrato para “eventos” culturales o deportivos, Yesenia Zamudio, madre de María de Jesús Jaimes Zamudio —víctima de feminicidio en 2016— y quien estuvo en la toma de la sede de la CNDH, expresó sus dudas sobre a quiénes se benefician con esos gastos, pues si fueran capacitaciones “se entendería”. Inclusive la activista cuestionó que no haya mucha información sobre esta adjudicación: “no son tontos”, agregó.

Dijo a este diario que el día de la toma, le extrañó ver cortes de carne, así como instrumentos de cocina de tipo industrial al interior de edificio: “había más carne que expedientes, y los de la CNDH lo negaron, pero yo los vi, yo hace unos años tuve un restaurante y sé que eran cortes finos sellados al vacío. Además, tenían una cocina industrial, con refrigeradores enormes. Pareciera que ahí les importaba más la cocina que hacer su trabajo”.

Según documentos oficiales, sí existen refrigeradores y campanas extractoras industriales en la institución. A tal grado que para su mantenimiento, la CNDH realizó un contrato por 200 mil pesos con un hombre llamado Cirilo García Rojas para darle mantenimiento durante 2020 a estos aparatos en sus oficinas de Ciudad de México.

En septiembre pasado, La Razón publicó que en lo que va de 2020, la CNDH pasó de 500 mil a casi 900 mil pesos su gasto en alimentos para su personal dentro de las instalaciones, según datos disponibles en el Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (Sipot).

En 2019 —cuando no había una política de “austeridad republicana”— el gasto para los alimentos fue de 1.7 millones de pesos, y en 2018 de 1.6 millones. Hasta el momento, la CNDH ha pagado 152 mil pesos en alimentos para su personal, aunque no existe detalle de lo que se ha comprado, pues no lo ha transparentado.

Para este 2021, la CNDH recibirá un presupuesto de más de mil 600 millones de pesos, 13.3 por ciento menos que el año pasado. A pesar de ello, organizaciones civiles, familiares y víctimas de violaciones a derechos humanos han pedido que la institución realice su trabajo. En noviembre pasado Amnistía Internacional advirtió que el órgano autónomo no tiene un plan de trabajo claro sobre cómo atender la crisis que atraviesa México, sumado a que criticó que no estaba siendo un contrapeso del poder Federal.