Tras masacre en Texas

Niños, los más afectados por la violencia, alertan

La comercialización, posesión y uso de las armas ocasiona entornos más violentos señala Redim

Familiares de las víctimas colocaron cruces en la entrada de la primaria de Texas, ayer.
Familiares de las víctimas colocaron cruces en la entrada de la primaria de Texas, ayer.Foto: AP
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La comercialización, posesión y uso de las armas ocasiona entornos más violentos, en donde los menores son los más afectados, aseguraron especialistas en infancias.

La directora de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim), Tania Ramírez, explicó en entrevista con La Razón que la violencia por el uso de armas que no es controlada por las autoridades, no genera garantías para que los niños accedan al derecho fundamental de la vida.

“La presencia masiva y controlada únicamente por las leyes del mercado, por una regulación muy laxa como es la que tiene Estados Unidos para el uso, posesión y comercialización de las armas, convierten a los entornos sociales, en contextos más violentos”, aseveró.

La también activista dijo que sin duda las políticas de permisión de armas hacen mucho más factible que sociedades desiguales se vuelvan violentas, ya que promueven tensión y detonación de uso y abuso de armas, lo que deja imágenes como la tragedia ocurrida en Texas, por lo que señaló la urgente necesidad de una regulación aún más severa.

Juan Martín Pérez, coordinador de la organización Tejiendo Redes Infancia en América Latina y El Caribe, indicó que los constantes ataques en las escuelas representan ya un problema de hasta orden político, y a pesar de que el presidente Joe Biden se comprometió a regular su uso, hasta ahora no ha habido avances.

“En Estados Unidos ya están más conscientes de lo que pasa por la comercialización de armas, porque se debe regular la edad para su adquisición, mientras que en México muchas de estas armas llegan y quitan vidas humanas”, destacó.

El experto mencionó que el caso en Texas recuerda sobre el riesgo de usar armas en libertad en cualquier parte del mundo, pues mientras los gobiernos no modifiquen las políticas de venta, todas las armas representan un riego potencial de muerte, lo que afecta a un menor por cada tres personas.