Llaman a replantear el sistema de protección

Piden blindar a maestros de ataques “sistémicos”

Ante agresión en kínder, especialistas pugnan por dar apoyo a profesores para que desarrollen su labor; señalan que el modelo familiar repercute en prácticas violentas en los infantes

Piden blindar a maestros de ataques “sistémicos”
Piden blindar a maestros de ataques “sistémicos”Foto: Especial
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Especialistas propusieron que las instituciones educativas y las autoridades gubernamentales replanteen la forma de proteger a los profesores de posibles agresiones por parte de los padres de familia, en un problema que consideran sistémico, debido a que el modelo familiar ha tenido un fuerte cambio y eso repercute en este tipo de prácticas, cada vez más violentas.

Dadas las recientes agresiones a una profesora en un kínder de Cuautitlán Izcalli en el Estado de México, la profesora Anabel Díaz, directora de un centro escolar en la Ciudad de México, dijo que “este caso de agresión no es aislado en el país y que los protocolos para cuidar a los profesores de este tipo de situaciones, si bien están claros en papel, muchas veces los padres se saltan lo que esté escrito”.

Este fin de semana, una jueza de Control dictaminó la prisión preventiva para Jesús “N” y Laura “N”, la pareja que agredió a una maestra y una cocinera dentro del Jardín de Niños Frida Kahlo en Cuautitlán, Estado de México.

La autoridad determinó que debían permanecer en prisión, Jesús en el penal de Cuautitlán México y Laura en el de Barrientos, en Tlalnepantla, “por el riesgo que ambos padres representan incluso para su propio hijo”, dijo la juez.

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“En el caso de este pequeño, la autoridad lo que hace es que, al detectar un caso grave de violencia sobre los menores, lo retiene en forma automática.

“Este caso fue muy grave, porque (sus padres) están replicando conductas violentas sobre su pequeño hijo de tres años”, expuso la docente.

Refirió a La Razón que, en diversas pláticas con profesores, coinciden en que es fundamental que las instituciones educativas y las autoridades gubernamentales aborden este problema que ellos consideran sistémico.

Además, de que se replantee la forma de proteger a los profesores de posibles agresiones, brindando el apoyo necesario a los maestros para que puedan desarrollar su labor con confianza; y es que, afirma, debido a que el modelo familiar ha tenido un fuerte cambio, eso también repercute en este tipo de prácticas, cada vez más violentas.

“La pandemia por Covid-19 ha dejado secuelas en la salud mental de muchos jóvenes y adultos, y hay muchos padres de familia que son muy jóvenes y que no ven a sus hijos como hijos, sino como hermanitos, lo que podría estar exacerbando diversas tensiones en el ámbito educativo y en el familiar.

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“Yo he tenido casos de todos. Una ocasión llegó una mamá y me reclamaba un rasguño que tenía su pequeña; la niña le dijo que se lo hizo la tía y la señora, insistente, dijo que fue en el plantel, lo que causó una investigación para una profesora”, refirió Díaz.

La Unicef refiere que ha apoyado a México ante la Alianza Global para Poner Fin a la Violencia contra los Niños, Niñas y Adolescentes, como uno de los primeros países comprometidos en establecer acciones concretas para contribuir a la prevención y atención de la violencia contra las infancias.

Debido a que, en México, seis de cada 10 niñas, niños y adolescentes han sufrido métodos de disciplina violentos por parte de sus padres, madres, cuidadores o maestros, y nueve de cada 10 han sido testigos de algún tipo de violencia, tanto en entornos familiares como en centros educativos.

Al respecto, Silvia Álava, psicóloga infantil y escritora del libro Queremos hijos felices. Lo que nunca nos enseñaron, refiere que “a medida que el niño crece, la situación respecto a los límites se vuelve más compleja.

Aparecen otro tipo de emociones y descubren la empatía, algo esencial para trazar las reglas de comportamiento desde el respeto a los demás.

“Todos los expertos coinciden en que poner límites a ciertas conductas es esencial. Actualmente, vivimos en una sociedad difícil, que tiene sus normas.

“Si no las siguiéramos, entonces, generaríamos situaciones incómodas a nivel social”,afirmó.

or su parte, Elisa Ortega Velázquez, coordinadora de la línea de investigación institucional “Promoción y Protección de los Derechos de la Infancia”, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, dijo que “solucionar los problemas a gritos o golpes, y decir ‘yo soy así’, son ejemplo de los altos grados de violencia que nos demuestran que la niñez y las juventudes son poblaciones en condiciones de gran vulnerabilidad, porque, por la edad, las personas adultas creen que pueden disponer de ellos como si fueran cosas”.

Asimismo, dijo que el maltrato infantil no sólo son golpes, sino que también incluye maltrato psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia en el cuidado y explotación comercial que ponga en peligro su salud, desarrollo o dignidad del niño o niña.

El maltrato infantil, agregó la experta, “es un problema mundial con consecuencias graves para quienes lo sufren y que pueden durar toda la vida; el adultocentrismo es uno de sus detonantes y ese está siendo el grave problema hoy, con estos niveles de violencia”.

“Por ello, son necesarios programas como el de las estancias infantiles, aquéllos que apoyan escuelas de horario extendido o tiempo completo, en las que permanecen seguros mientras sus madres trabajan”, consideró.

Asimismo, comentó que, en casos donde los adultos “dan ejemplo al menor de violencia ejercida, es mejor que las instituciones se hagan cargo hasta poder tener claro que su salud mental está fuera de peligro”.