Tlahuelilpan, la tragedia en el combate al huachicoleo
Una de las banderas de la actual administración fue el combate a la extracción ilegal de combustible en tomas clandestinas también conocido como huachicol, estrategia que dio a conocer en diciembre de 2018, pero que vio sus efectos en enero del siguiente año.
En ese contexto ocurrió la explosión de un toma ilegal en Hidalgo, tragedia que, según el Presidente Andrés Manuel López Obrador “fue el episodio más doloroso porque costó muchas vidas”.
El 10 de enero, el mandatario anunció la segunda fase del plan antihuachicol y ordenó el despliegue de ocho mil efectivos a lo largo de los 11 principales ductos del país y para reforzar la seguridad de instalaciones estratégicas.
El operativo cortó el flujo de distribución de combustible de las tuberías para hacerlo en pipas, lo que provocó escasez y largas filas en las estaciones de servicio en todo el país.
El 18 de enero, alrededor de las 17:00 horas se reportó una fuga en una toma de Tlahuelilpan, donde decenas de pobladores se congregaron para llenar cubetas y bidones con combustible; y aunque había elementos del Ejército y de la policía, éstos eran superados en número y prefirieron no actuar para no generar una confrontación.
Después de las 19:00 horas vino la explosión sin que hasta la fecha se hayan establecido las causas que la originaron.
El estallido dejó un saldo inicial de 73 muertos y 74 heridos; debido a la gravedad de sus quemaduras, con el paso de los meses la cifra se elevó a 134 decesos.
El Gobierno mantuvo su estrategia y restableció el abasto por ductos. Aegura que el robo de hidrocarburos a octubre tuvo una reducción efectiva de 74 mil a cinco mil barriles diarios (90 por ciento) y se evitó la pérdida de más de 34 mil millones de pesos. Además, se contabiliza el aseguramiento de 13 mil vehículos, cinco mil contenedores y la recuperación de más de 16 millones de litros de gasolina.