Y con su ausencia... se hicieron presentes

La consigna fue ni una mujer en las calles, en los trabajos, en las universidades, ni una comprando, y muchas cumplieron. Miles de mujeres se hicieron presentes con su ausencia en calles, transportes, tiendas, restaurantes, escuelas, parques, centros comerciales, oficinas gubernamentales y empresas al sumarse al paro nacional en protesta contra la violencia de género.

Apenas el domingo fueron un inmenso río color morado que tomó posesión del centro de la ciudad; ayer, su invisibilidad se reflejó en un México en el que confirmaron su contrapeso social, económico y cultural para impulsar una medida de presión que busca provocar un cambio de raíz en la impartición de justicia.

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Las Brujas del Mar, colectiva veracruzano y promotor del paro, retomó aquella lucha que comenzó en Islandia, en aquel lejano 1975, para promover un Día en favor de las Mujeres; o en Polonia, en 2016, y el más reciente: #DayWithoutAWoman (Un día sin mujeres), en marzo de 2018, contra el presidente Donald Trump.

“¿Qué hacer el 9 de marzo?”, se preguntaron en redes sociales desde el pasado martes las organizadoras de #UnDíaSinNosotras en un mensaje que difundieron a miles de mujeres que decidieron hacerse invisibles, como las mil 227 que murieron víctimas de feminicidio el último año.

En primarias y secundarias públicas de la Ciudad de México y la Zona Metropolitana, la ausencia de maestras que decidieron adherirse a la protesta motivó un cambio forzoso en el calendario escolar por la suspensión de clases.

En la primaria Profesor Librado Rivera, la leyenda del letrero en una hoja cuadriculada doble carta fue clara: “Se decidió no brindar el servicio educativo, toda vez que existen las condiciones para el cuidado y la integridad física y emocional de los alumnos y alumnas de esta escuela”.

“Es imposible dar clases sin las maestras porque son la mayoría; hay pocos docentes varones”

Juan Carlos Gómez

Director de un colegio privado

Un “puente” obligado en lunes, en el que miles de jóvenes no corrieron con mochilas al hombro para llegar a la escuela; tampoco hubo madres que llevaron a sus hijos al colegio.

“Es imposible dar clases sin las maestras porque son la mayoría; hay pocos docentes varones”, comentó Juan Carlos Gómez, director de un colegio privado.

Ni una mujer en las calles, fue la primera instrucción para este 9M, por lo que hubo espacios de sobra en el área reservada para ellas en la mayoría de las estaciones del Metro, en proporción de siete u ocho hombres a una.

En la estación del Tren Suburbano Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, se observa constante una escena: una docena o más de hombres y apenas un par de mujeres en los andenes, en los vagones o en camino a abordar el transporte. Nadie empuja, nadie reclama. Esta vez no hay prisa, hay lugar para todos.

En sistemas de transporte como el Metro desaparecieron las encargadas de las taquillas, cuyos lugares fueron ocupados por personal masculino o máquinas expendedoras, en las que había filas con 10, 12 o más personas que fueron insuficientes, y que provocaron que el uniformado abriera una y otra vez el acceso de manera gratuita.

En la capital del país, las primeras cifras muestran que hubo una disminución  en la afluencia de pasajeros del 50 por ciento, como ocurrió en Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Quintana Roo, Veracruz... en todo el país.

Sedes y oficinas de dependencias y organismos autónomos en las 32 entidades hicieron un alto en sus actividades e incluso en la Cámara de Diputados, la presidenta de la Mesa Directiva, Laura Rojas, dejó en la puerta de su oficina el letrero “Cerrado por paro”, como también lo hicieron otras legisladoras. Hoy regresarán a legislar y conmemorar el Día Internacional de la Mujer, que fue el pasado domingo.

El dato: En todo el país, al menos 11 mujeres fueron asesinadas el domingo mientras las mujeres reclamaban poner fin a la violencia contra ellas.

Incluso en los supermercados se notó esta ausencia. En uno de ellos, la señora Esthela busca en su bolsa unos billetes para pagar los productos que va adquirir, mientras comenta que no iba a salir a las calles en apoyo a su hija, quien es contadora y se sumó a este movimiento nacional.

Pero no todos tuvieron la misma suerte. En el centro comercial Vía Vallejo, Lupita, empleada de una zapatería, comentó que este lunes quería estar en su casa para sumarse al 9M, pero “gano 350 pesos diarios más comisiones, y pues no, la verdad, no puedo hacer eso”.

En su convocatoria, las Brujas del Mar recordaron que #UnDíaSinNosotras es un paro, no es una jornada de asueto, y sí, la invisibilización de mujeres  se convirtió en un mensaje directo de hartazgo en un México que ayer mostró que se cae en 24 horas sin ellas.

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