Dejan resultado en suspenso

Con oposición encarcelada, Ortega perpetra reelección en Nicaragua

Oposición en el país celebra respuesta ciudadana al llamado a vaciar las calles en rechazo al régimen; los gobiernos de EU y Costa Rica desconocen proceso, previo al cierre de la votación

Policías sandinistas asedian a ciudadanos afuera de los centros de votación en el país, ayer.
Policías sandinistas asedian a ciudadanos afuera de los centros de votación en el país, ayer.Foto: AP
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Ni informes de represión ni el rechazo internacional a las elecciones ilegítimas pudo evitar los comicios del #7N en Nicaragua; sin embargo, a falta de resultados oficiales, la oposición se alzó con un triunfo al impedir, con el mayor nivel de abstencionismo en la historia del país, la tercera reelección y cuarto mandato consecutivo de Daniel Ortega como presidente en una jornada que líderes mundiales tacharon de “farsa” del régimen.

Una Nicaragua vacía, con hasta 81 por ciento de rechazo electoral, dio la espalda al sandinista para mostrar el hartazgo a más de una década en el poder, según el observatorio Urnas Abiertas, hecho que disidentes de la Unidad Azul y Blanco aplaudieron por la respuesta ciudadana al llamado a “quedarse en casa”, mientras el mandatario avizoraba más años de represión y dictadura con una jornada que abrió con decenas de arrestos.

En medio de reclamos por la ilegitimidad y protestas de exiliados en ciudades de Estados Unidos, Costa Rica, España, Francia y Panamá, entre otros, Ortega no logró declararse como el vencedor junto a la vicepresidenta Rosario Murillo en las elecciones en la que sólo permitió la participación de cinco rivales, pues mantiene en prisión a siete aspirantes presidenciales y una candidata a la vicepresidencia, de un total de 39 disidentes detenidos desde junio pasado.

Y es que hasta el cierre de esta edición, casi cinco horas después de concluir la votación para el recuento de sufragios, el Consejo Supremo Electoral (CSE) no da con la fórmula para dar los resultados electorales, evidenciando que no esperaban el nivel de abstencionismo alcanzado ayer, dejando en suspenso el resultado de presidente, vicepresidente, los 92 diputados a la Asamblea Nacional y 20 para el Parlamento regional.

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.Gráfico: La Razón de México

En este proceso lo que no cambió fue la represión, la Policía sandinista arrestó a 21 activistas y críticos entre el 5 y 6 de noviembre; mientras que en las primeras horas de ayer sumó dos víctimas más al aprehender a los periodistas de Masaya al Día Mileydi Trujillo y Elvio Daniel Martínez durante la cobertura de los comicios, evidenciando que no daría tregua a la prensa independiente para documentar la jornada histórica en rechazo a su gestión, al limitar ésta a los oficialistas y observadores de países aliados.

La pareja presidencial acudió a mediodía a votar rompiendo el silencio o veda electoral, pues Ortega aseveró que un sufragio “no mata a nadie, no causa herida alguna, no llama al terrorismo”, en clara referencia a la oposición a la que ha acusado de promover la injerencia extranjera y advirtió que ningún poder exterior decidiría el futuro del país, para el que planea seguir en el poder a sus 75 años.

En tanto, organizaciones y el observatorio Urnas Abiertas denunciaron decenas de anomalías para disfrazar la baja asistencia a centros de votación y obligar a funcionarios oficialistas, estudiantes y ciudadanos a acudir a votar por él.

En el recuento destacan casos de intimidación por parte de policías armados afuera de los centros de votación, quienes incluso exigían a electores fotos que demostraran su voto por el régimen. No les bastaba sólo la “X” sobre la cara de Daniel Ortega exigían más evidencia como el nombre del votante sobre la imagen presidencial, para evitar ser engañados con la misma imagen. Estos uniformados también tomaron fotos de los disidentes que acudieron a votar.

Además, documentaron acarreo de votantes en vehículos oficiales y hasta ambulancias, restricciones para ingresar a votar, intimidación, compra de votos y amenazas por redes sociales. En tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reportó allanamientos y hostigamiento contra líderes y defensores de los derechos humanos.

Ante este “circo”, Estados Unidos y Costa Rica se adelantaron a los resultados nicaragüenses y desconocieron el proceso en el que la único conclusión sería una victoria sandinista.

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.Gráfico: La Razón de México

En el primer caso, el presidente Joe Biden calificó de “pantomima” la elección en la que Ortega, a quien considera un “autócrata” construyó todo a medida para encaminar todo a un solo destino: su perpetuación en el poder, como advirtió la CIDH. Recordó que encerró e intimidó a opositores y bloqueó a la prensa y agregó que ante estos actos su gobierno recurrirá a todos los medios posibles para apoyar al pueblo nicaragüense y excarcelar a los presos políticos.

En tanto, el gobierno vecino, que se ha convertido en el refugio de exiliados, refirió que no respaldará la falta de garantías democráticas y reiteró el llamado a restituir los derechos a los afectados.

Al rechazo se sumó el Consejo Nacional Empresarial de Guatemala que urgió a la comunidad mundial a adoptar medidas para recuperar la democracia que Ortega le arrebató al pueblo.