El de Isabel II, el mayor funeral de Estado de la historia reciente

Pese a los llamados para ya no formarse afuera del Salón de Westminster, cientos de británicos acudieron al recinto con la esperanza de despedir a la reina Isabel II.

Tras varias advertencias de que en instantes finalizaría la fila, a las 22:40 horas (tiempo de Gran Bretaña) el Departamento de Digital, Cultura, Medios y Deporte impidió que más personas se unieran a la hilera en Londres, misma que se extendió por varios días, y al cierre de esta edición sólo unos cuantos más ingresarían a la capilla ardiente, previo al funeral con unos dos mil invitados.

Según medios locales en el último día la fila disminuyó a sólo seis kilómetros, con un máximo de hasta siete horas de espera para ingresar a rendir honores a su majestad, casi la tercera parte de lo que aguardaron los primeros en ver el ataúd custodiado por una Guardia Real.

No obstante, no se detalló cuántas personas permanecían formadas cuando se puso fin a la fila, que llegaba casi hasta el Puente de Londres, ni el total de los que honraron a la reina por días, pues según las previsiones hasta 750 mil británicos y turistas ingresarían al inmueble.

En tanto, miles de ciudadanos y líderes internacionales, reunidos en la nación por el funeral de Estado de hoy, se sumaron anoche al minuto de silencio por su majestad. En punto de las 20:00 horas la población rindió un último homenaje a difunta reina, aunque en Big Ben no resonó como estaba previsto.

En la fila kilométrica se observó el momento en simultáneo en que ciudadanos y agentes de la Policía Metropolitana bajaron la cabeza en honor a la reina más longeva a 10 días de su muerte, mientras que a unas cuadras hizo lo propio la primera ministra, Luz Truss, frente al número 10 de Downing Street.

Pese a los protocolos, quienes seguían a la espera de acercarse lo más posible al féretro de Isabel II rompieron el silencio sepulcral con una lluvia de aplausos en honor a quien los lideró durante 70 años.

Incluso, personas que pasaban por la zona, a pie o en transporte, detuvieron su marcha para unirse a los honores de quien falleció el pasado 8 de septiembre y de la Corona británica. Y a miles de kilómetros dedicaron ceremonias en Gales, Irlanda del Norte y Escocia, en donde destacaron las gaitas, en recuerdo de su majestad, honores que se replicaron en los juegos de la Liga Premier.

Ante estas muestras de respeto y de cariño, desde el Palacio de Buckingham Carlos III destacó el amor que el mundo le tuvo y le externa a su madre al reconocer que ciudadanos y mandatarios “han sido un gran apoyo y consuelo para mi familia y para mí en este momento de dolor”, según declaró en la antesala del funeral de Estado por el que presidentes y diplomáticos ya se encuentran en la capital Londres.

Carlos se dijo conmovido al igual que su esposa, la reina consorte Camila, por aquellos que sin importar las horas de espera, se mantuvieron firmes para estar unos segundos cerca de su difunta madre. En tanto, Camila dijo que jamás olvidará la sonrisa de Isabel II, al aplaudir la brecha que abrió como mujer en un mundo dominado por hombres.

Tan sólo en las últimas horas acudieron a Westminster a un palco especial los reyes de España, Felipe y Letizia, sus padres los reyes eméritos, Juan Carlos —primo de la difunta monarca— y Sofía, así como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a su esposa, Jill Biden, y la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, quien resaltó en el libro de condolencias “la calidez y amabilidad” de la monarca, al acudir a la ceremonia en representación de su esposo, Volodimir Zelenski.

Además, previo al retiro del féretro para trasladarlo a la Abadía de Westminster, durante una procesión real, se reportó que dos de los integrantes más pequeños de la Corona británica se sumarán al funeral.

De acuerdo con la orden del servicio, difundida por medios locales, sus bisnietos Jorge y Carlota, de nueve y siete años, respectivamente, se unirán a la procesión. Los hijos mayores de los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, caminarán detrás de sus padres y por delante de los duques de Sussex, Enrique y Meghan, como lo marca la línea de sucesión, mientras que Luis, de apenas cuatro años, no será parte del cortejo.

Ya en la Abadía se realizará la ceremonia oficial ante unos 2000 invitados, entre integrantes de la familia real y líderes internacionales, para posteriormente trasladar sus restos a la Capilla de San Jorge, ubicada en el Castillo de Windsor, para ser sepultada en una ceremonia privada junto a los restos de su padre, el rey Jorge VI, y de su esposo, el duque Felipe de Edimburgo, quien murió un año antes que ella.

Dichas acciones serán vigiladas por unos 10 mil uniformados entre policías, soldados y miembros del Ejército, en uno de los operativos más grandes en la historia de la nación.