Reaviva ira crimen racial ahora en Atlanta

Cuando las movilizaciones por la muerte de George Floyd comenzaban a relajarse, el asesinato de otro afroamericano en custodia policial puso más leña al fuego de la indignación en Estados Unidos, que tiene al país frente a su cuarta semana de protestas por la injusticia racial.

El pasado viernes por la noche, una cadena de hamburguesas denunció a un conductor que se quedó dormido en la entrada de su estacionamiento, en Atlanta. Los policías le realizaron una prueba de alcoholemia, como no la pasó, intentaron arrestarlo, pero el joven de 27 años, identificado como Rayshard Brooks, intentó huir. En el acto, una bala lo alcanzó y murió.

Entonces la indignación pública aumentó en todo el país durante el fin de semana, cuando miles de manifestantes en Nueva York, Los Ángeles y otras ciudades y pequeños poblados retomaron el pulso antirracista en las calles.

El forense determinó ayer que Brooks sufrió daños en los órganos y la pérdida de sangre y que su causa oficial de muerte fue “heridas de bala en la espalda”.

También ayer, los republicanos del Senado esbozaron una propuesta legislativa para promulgar reformas policiales, su respuesta a un proyecto de ley radical presentado la semana pasada por los demócratas de la Cámara.

Tomika Miller, la viuda de Brooks, pidió que los agentes involucrados fueran procesados. “Quiero que vayan a la cárcel. Si mi esposo les hubiera disparado, estaría en la cárcel”, expresó a CBS.

Tras el caso, el Departamento de Policía de Atlanta despidió a Garrett Rolfe, el oficial que disparó a Brooks. Su jefa, Erika Shields, entregó el cargo.

El sábado, la avenida donde ocurrió el asesinato, estaba en llamas, después de un día de protestas que continuaron ayer. Las autoridades anunciaron una recompensa de 10 mil dólares por información sobre quién inició el incendio.

Como pasó con George Floyd, en mayo, asesinado en un arresto por supuestamente pagar con un billete falso en una tienda de Minneapolis, el caso Brooks encendió el debate político.

La afroamericana Stacey Abrams, considerada en la terna de Joe Biden para la vicepresidencia de Estados Unidos, dijo que los manifestantes tienen razón al exigir responsabilidad y que deberían continuar presionando por el cambio hasta que se realicen reformas.

“Hay una legitimidad para esta ira. Hay una legitimidad para este ultraje. Un hombre fue asesinado porque estaba dormido en un camino de entrada y sabemos que esto no es un hecho aislado”, dijo la también excandidata a gobernadora de Georgia.

En medio de los crecientes pedidos de cambio a nivel nacional, los republicanos del Senado planean lanzar una propuesta el próximo miércoles, que aborde la mala conducta, capacitación y tácticas de los policías, y un sistema para que los departamentos locales informen mejor los casos en los que las acciones de los oficiales resultan en lesiones graves o la muerte; sin embargo, la iniciativa rechaza algunas voces demócratas y de manifestantes a favor de abolir a la policía por completo, lo que implicaría reemplazar los sistemas de seguridad con esquemas que fortalezcan más la prevención del delito.

Las protestas continuaron en varias ciudades durante el fin de semana. En Nueva York, miles vestidos de blanco marcharon para llamar la atención sobre la violencia contra las personas transgénero afroamericanas. Y en California, activistas y autoridades exigieron investigaciones sobre la muerte de dos afroamericanos en las últimas semanas.