ONU culpa a ambos bandos de violar normas

Israel lanza ataques masivos; hospitales en Gaza colapsan

Frustran intrusión marina de Hamas; aliados urgen acelerar ayuda y combustible a nosocomios; gobierno de Netanyahu choca con ONU

Residentes palestinos caminan entre decenas de cadáveres que saturan las morgues por nuevos bombardeos, ayer.
Residentes palestinos caminan entre decenas de cadáveres que saturan las morgues por nuevos bombardeos, ayer.Foto: AP
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El ejército israelí activó otra oleada aérea contra Hamas tras detectar y frustrar una intrusión marítima del enemigo cuando las tensiones alcanzan su peor pico por el colapso de hospitales en la Franja de Gaza, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y choques frontales con la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ante los retrasos de la incursión terrestre, que líderes atribuyen a temas tácticos, los soldados lanzaron un plan a gran escala para golpear blancos en Gaza, Líbano, Cisjordania y Siria, al sumar 400 objetivos entre mandos a infraestructura, para frenar la agresión que comenzó hace más de dos semanas.

Sin embargo, la nación sigue a la defensiva y sus fuerzas abatieron ayer a ocho buzos que pretendían irrumpir a través de Zikim y Karmia, según medios locales. A diferencia del pasado 7 de octubre efectivos en la costa alertaron de la amenaza al identificar movimientos inusuales a través de un túnel, de acuerdo con un reporte del vocero del sector, Daniel Hagari, quien confirmó tras un rastreo que no se detectó la presencia de más yihadistas.

Pero líderes palestinos denunciaron que la nueva embestida agravó el “derramamiento de sangre”, pues Tel Aviv atacó de nuevo el corredor de Rafah y supermercados y panaderías en la Franja, así como objetivos en Jenín, Cisjordania, y presuntamente escuelas y casas en Líbano, “masacres” en las que se calcula que liquidó a más de 700 inocentes en menos de 24 horas, con lo que el saldo letal en Palestina asciende a cinco mil 791 en 18 días, según el Ministerio de Salud a cargo de los extremistas, cifra cuatro veces mayor a los mil 400 en Israel.

Y países aliados y críticos redoblaron la presión para rebajar al máximo el impacto entre civiles, al exigir un cese el fuego y ampliar la ayuda humanitaria, luego de que el cuarto convoy con insumos para los gazatíes fuera frenado por horas y sólo cruzaron ocho de los 20 camiones previstos a través de Egipto, principal mediador.

El mismo día en que el presidente francés, Emmanuel Macron, visitó la región y advirtió a Irán de no abrir otro frente, Israel recalcó tajantemente que no negociará combustible, sólo por alimentos y medicinas, al referir que el otro insumo “no entrará en Gaza”, por el peligro de que termine en manos de los islámicos y los beneficie para intentar atacarlos.

Por ello, el Gobierno de Netanyahu instó a las Naciones Unidas a obligar a los terroristas a devolver los miles de litros que le robó hace días, cuando el organismo ocultó la filtración; aunque poco después la OMS reveló que entregó 34 mil litros, sólo para la operación de nosocomios.

La nación en guerra insistió que no aceptará las condiciones de los terroristas, pese a que negocien liberaciones adicionales a las cuatro concretadas y ofreció recompensas a ciudadanos de a pie para dar con los escondites de la Yihad Islámica y liberar a los más de 200 rehenes.

Además, arremetió contra la ONU, que en vez de respaldar su defensa legítima justificó al rival, pues el secretario del organismo, António Guterres, atribuyó la crisis a una “ocupación asfixiante de 56 años”. Acto que reclamó de inmediato la delegación israelí ante el Consejo de Seguridad en Nueva York, Estados Unidos, tras ser señalado como culpable.

Y el embajador ante la ONU, Gilad Erdan, solicitó la renuncia de Guterres al declarar que ya “no es apto” para liderar al sector que debería impulsar soluciones y no avivar el conflicto, luego de que éste comparara la respuesta a Hamas con los atentados “bárbaros”, pues en su mensaje denunció que la situación “empeora cada hora”. Incluso, los equiparó al acusar a ambos de violar el Derecho Internacional y clamó a Netanyahu por acabar con el “castigo colectivo” a los gazatíes, poco después de que, sin preverlo, una de las mujeres liberadas elogiara la conducta de Hamas al admitir públicamente que el grupo la cuidó, la alimentó y la atendió médicamente, luego de golpearla durante su secuestro.

Por separado, el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, canceló la reunión con Guterres ante la ofensa y le cuestionó airadamente “¿en qué mundo vive?”, ante la magnitud de lo que tildó de “pesadilla”.

Dichas acciones dejaron en pausa la discusión mundial por una salida pacífica para evitar más muertes, pero varias naciones demandaron acelerar la ayuda, como el combustible, crítico para que operen hospitales, luego de que la OMS reportara que sobreviven entre apagones y cinco inmuebles rebasados, mientras se acumulan las víctimas.

Otros insistieron en implementar pausas humanitarias, mientras cientos hacen fila en espera de agua para resistir en la Franja, para evitar una escalada en la violencia y en la miseria. Pero Estados Unidos reconoció que la decisión depende sólo de Netanyahu, pues admitió que no es un buen momento para un cese el fuego, pues el rival se aprovecharía y lo importante ahora son los rehenes, pero Naciones Unidas aseveró que es la única vía para beneficiar a los cientos que siguen cautivos por los extremistas.