Protestas se imponen al festejo del nuevo año
De Sidney a Londres y desde Nueva York a Río de Janeiro, el mundo celebró la llegada del Año Nuevo con exhibiciones de fuegos artificiales y espectáculos musicales; sin embargo, en algunos casos notables, las celebraciones se vieron nubladas por incendios forestales letales en Australia, las protestas sociales en Hong Kong, India y Chile y las tensiones nucleares con Corea del Norte.
Mientras grandes multitudes se reunieron en las capitales europeas, para presenciar los fuegos artificiales sobre el Big Ben (Londres), el Arco del Triunfo (París), el Partenón (Atenas) y el Kremlin (Moscú); miles de hongkoneses dieron la bienvenida a 2020 en cantos antisistema y en pro de la democracia.
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Por primera vez en una década, Hong Kong canceló los principales fuegos artificiales por preocupaciones de seguridad. En su lugar, hubo una “Sinfonía de luces”, que incluyó proyecciones en los rascacielos más altos.
En la excolonia británica, sacudida por seis meses de manifestaciones, a veces violentas, se instó a inconformes a usar máscaras en el mitin “No olvides 2019 - Persiste en 2020”. Unos 6 mil policías fueron desplegados en las zonas conflictivas.
Las protestas comenzaron en respuesta a un proyecto de ley, ahora retirado, que habría permitido extradiciones a China continental, lo que supone atentar contra la autonomía judicial de Hong Kong.
En India, miles aprovecharon el ambiente festivo de Año Nuevo para repudiar una ley de ciudadanía que, dicen, discriminará a musulmanes. Las movilizaciones se produjeron a pesar de los intentos del primer ministro, el nacionalista Narendra Modi, de amortiguar las protestas durante casi tres semanas.
En Chile, otros miles participaron en concentraciones convocadas por organizaciones sociales, en medio de la ola de protestas en las que se encuentra sumido el país. En Santiago cambió el tradicional lugar de celebración de la Torre Entel por la plaza Italia, epicentro de las protestas. La convocatoria generó preocupación hasta última hora, ya que no estaba autorizada por el gobierno, aunque finalmente el cuerpo de carabineros sólo intervino contra un grupo muy reducido.
En Valparaíso, por otro lado, los incidentes sí resultaron graves, con barricadas, cocteles molotov e intervenciones policiales.
Las protestas en Chile estallaron en octubre contra un alza al precio del Metro y crecieron hasta denunciar la desigualdad y exigir una nueva Constitución.
En Australia, un millón de juerguistas abarrotaron el puerto de Sydney para ver explotar más de 100 mil fuegos artificiales, cuando miles buscaron refugio en las playas por los incendios forestales.
Sydney siguió adelante con su espectáculo de pirotecnia, a pesar de los llamados a cancelarlo por los incendios. Pero el alcalde argumentó que la planificación requirió demasiada inversión, ya que representa un impulso económico para la ciudad.
Los incendios mataron a 11 personas desde octubre, dos de ellas en los festejos de Año Nuevo, destruyeron más de 4 millones de hectáreas y dejaron ciudades y áreas rurales sin electricidad o cobertura móvil.
Finalmente, el líder norcoreano, Kim Jong-un, amenazó con reactivar su programa nuclear con una “nueva arma estratégica”, luego de que EU ignoró un plazo para reiniciar las conversaciones bilaterales.
Kim dijo que no había motivos para que Norcorea restringiera sus pruebas nucleares y acusó a Washington de mantener simulacros militares con Corea del Sur. Así, prometió mantener su estrategia de armas, aunque dejó abierta la puerta a mantener el diálogo, pues el “alcance y profundidad” de su estrategia se “coordinarn dependiendo de” la actitud de EU.