Guterres visita Kiev... y Putin la bombardea

Rusia escaló otro nivel en la guerra contra Ucrania al lanzar dos misiles contra Kiev cuando el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, se encontraba ahí; por ello, Ucrania urgió una respuesta firme contra esta humillación, insulto y nuevo riesgo a la seguridad mundial.

Mientras el líder del organismo pugna por un cese el fuego o al menos corredores humanitarios en Azovstal, junto a la Cruz Roja, y colaborar en la indagatoria por crímenes de guerra, el Kremlin respondió con un desafío bélico en contra del sector que le dio la espalda al sacarlo del Consejo de Derechos Humanos.

Horas después del diálogo entre Guterres, quien tachó de absurda la guerra, y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dos misiles de crucero impactaron en Shevchenko, a unos seis kilómetros del centro de la capital, lo que ven como una amenaza hacia la delegación que recorrió las calles devastadas tras 64 días de invasión.

Luego de varios días sin detonaciones en Kiev, el alcalde Vitali Klitschko alertó sobre nuevos bombardeos, que según testigos impactaron uno tras otro contra el mismo edificio, dejando un saldo de 10 heridos, tres de ellos graves, según el Servicio de Emergencias, que confirmó que el enemigo dañó dos de los 25 niveles del inmueble, mientras no cede en doblegar Mariupol, Odesa y ahora Izium, que se encuentra entre Járkov y el territorio separatista Donetsk.

Con esta nueva amenaza, Zelenski recalcó la importancia de que aliados envíen apoyo, pues ni la presencia de Guterres frena a las tropas de Vladimir Putin y dejaron en claro que “no podemos bajar la guardia, no podemos pensar que la guerra ha terminado”. Y advirtió que esta agresión pretendía “humillar” los esfuerzos de las Naciones Unidas ante este conflicto.

Su postura fue respaldada por los ministros de Exteriores, Dimitro Kuleba, y de Defensa, Oleksi Reznikov. El primero aseveró que esta agresión sólo muestra la cara de un gobierno que busca ejercer daño a través de actos de barbarie, mientras que el militar explicó que fue una amenaza a la seguridad del organismo.

Por separado, su asesor y quien ha encabezado diálogos con el Kremlin, Mijailo Podoliak, evidenció la dualidad del gobierno responsable de la guerra, pues aunque se acerca al organismo, ayer exhibió que un día puede recibir en su mesa a Guterres y al otro lanzar proyectiles sobre éste, por lo que instó a revaluar la permanencia de ese país en el Consejo de Seguridad del organismo.

En tanto, el Kremlin resaltó que anoche destruyó nuevos depósitos de armas, sin especificar si en Kiev estaba uno de esos objetivos.

El ataque se da a horas de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retara a los invasores al adelantar un nuevo paquete económico de 33 mil millones de dólares en favor de Kiev, hecho por el que la vocera de Exteriores del Kremlin, Maria Zajarova, advirtió que Occidente está colmando la paciencia rusa, luego de que se denunciaran ataques contra su territorio, en Belgrado, zona fronteriza.

Pese a las advertencias de Putin de que habría una “respuesta relámpago” a una injerencia en la zona, el mandatario solicitó al Congreso elevar la asistencia económica, humanitaria y militar en donde la ONU contabiliza dos mil 787 ejecuciones y dice que 5.3 millones han huido desde febrero. Horas más tarde los congresistas (417 contra 10) respaldaron el monto que estipula que poco más de la mitad será para que las tropas de Zelenski adquieran armas, municiones y equipo militar, y prevé apropiarse de bienes de oligarcas para financiar a Ucrania.

Biden recalcó que no se trata de un ataque directo contra Rusia sino un respaldo a Ucrania, pues sin un apoyo real el saldo de esta invasión sería mucho más costoso.

Al respecto, la Casa Blanca resaltó que el apoyo anunciado puede incentivar a aliados para enviar más armas y dinero a Zelenski.

Se alistan por falta de gas

Ante el amago de extender el cierre del suministro de gas, Alemania llamó al país e integrantes de la Unión Europea (UE) a prepararse para dejar de recibir el suministro de la potencia euroasiática.

De visita en Japón, el canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que es posible que más regiones se queden sin más energéticos si el Kremlin replica la medida tomada contra Polonia y Bulgaria; sin embargo, admitió que por el momento todo son especulaciones, pues no hay un plazo para que Rusia tome represalias.

Aunque adelantó que ya analizan alternativas, insistió que el bloque de los 27 no cambiará el sistema de pago de euros a rublos, como exige el invasor de Ucrania; no obstante, se reportó que Hungría, gobierno afín a Putin, actuó contra la unanimidad y comenzó a pagar en la divisa rusa como exigen los rusos.

En torno a esta polémica, el alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, adelantó que la región podría embargar el gas ruso, como lo ha exigido Zelenski. Aunque admitió que aún no hay un acuerdo en la materia, adelantó que la situación actual los obliga a pensar a futuro por lo que en breve podrían retomar este debate para definir un freno a los hidrocarburos de esa nación.