Suecia tiene tres veces más muertos por COVID-19 que sus vecinos

Suecia tiene tres veces más muertos por COVID-19 que sus vecinos
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Suecia decidió no imponer el aislamiento social ante la pandemia desatada por el SARS-COV-2 y ya suma 3698 muertes a casa del COVID-19, el triple de lo que han registrado, juntos, sus países vecinos: Dinamarca, Finlandia y Noruega.

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El país sueco es señalado coloquialmente como ejemplo de todo lo que funciona en el primer mundo, y sin embargo tiene apenas 1500 menos fallecimientos que México; Suecia tiene 10 millones de habitantes, México 127 millones, doce veces más.

Las cifras son desorbitadas si se comparan país por país con los escandinavos: en Noruega los fallecimientos suman 233; Dinamarca acumula 548 y en Finlandia van 300.

La estrategia de las autoridades suecas ante la pandemia es "la mejor del mundo", al menos así la calificó el epidemiólogo más prestigioso de ese país, Johan Giesecke, quien es consejero del Gobierno y de la Organización Mundial de la Salud.

Él y Anders Tegnell, teórico del "no bloqueo" y jefe de la Agencia de Salud Pública, señalan que  “no importa lo que uno haga, todos se van a contagiar de todas formas”.

Para Giesecke, “el coronavirus se propaga como un incendio y no importa lo que uno haga, todos se van a contagiar". En México, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, ha dicho lo mismo, que cerca de 80% de la gente va a contagiarse, pero su enfoque es que los contagios ocurran a lo largo del tiempo, para no colapsar el sistema de salud.

Mientras en la mayoría del mundo se realizan cuarentenas y se recomienda la distancia social, en Suecia las autoridades llamaron al “confinamiento suave”, basado, fundamentalmente, en la confianza que existe entre la población y entre esta y el Gobierno y sus instituciones.

En el confinamiento suave las restricciones son limitadas: sólo están prohibidas las reuniones de más de 50 personas; las universidades están cerradas, pero no lo están los jardines de niños ni las primarias y secundarias. Tampoco están cerrados los restaurantes ni los bares, aunque solo se admiten personas sentadas a dos metros de distancia entre ellas. Las fronteras, las peluquerías, los cines, los teatros, los gimnasios y los parques permanecen abiertos.

Sólo a los mayores de 70 años se les pidió quedarse en casa.

¿La mejor estrategia del mundo?

Para algunos, el número de muertos indica que la estrategia es un fracaso, pero Anders Tegnell defiende el modelo señalando que "cada muerte es un inmenso disgusto, es terrible ver morir a un número tan grande de personas, pero hay muchos otros aspectos a tener en cuenta al evaluar un enfoque único. Como, por ejemplo, el daño que se causa socialmente a largo plazo", desliza.

Más aún, el ministro de salud defiende que la estrategia funcionó: "La gente siguió nuestras instrucciones y nos aseguramos de que el servicio de salud tratara a todos los que lo necesitaban, no solo de COVID-19 sino al de cualquier otra patología. Fue difícil, pero siempre ha habido lecturas disponibles", argumenta.

Mientras algunos países se encuentran evaluando cómo realizar la reapertura y enfrentan el escenario de que este cause rebrotes, Suecia no tiene ese problema.

“El número de muertes, por supuesto, es una estadística importante cuando hablamos del impacto de COVID-19, pero hay muchos otros factores e impactos que ocurren durante una pandemia”, apuntó Paul Franks, profesor de epidemiología genética de la Universidad de Lund, en Suecia.

“De manera que debemos dejar de hablar solo de muertes y empezar a hablar de muertes y otras morbilidades de salud, como la salud mental, violencia doméstica y otras características dañinas de un confinamiento”.

KA