AMLO, el debate

AMLO, el debate
Por:
  • Carlos Urdiales

“Se habla mucho de la libertad de expresión y se niega la posibilidad de la réplica, quisieran estarnos cuestionando y que nos quedáramos callados y no, no va a ser así, tenemos que debatir de manera respetuosa, pero debe haber diálogo circular, y libertades plenas para todos, para el que critica en los medios y que el que es criticado tenga el derecho a la réplica. Yo voy a ejercer siempre ese derecho, y que nadie se sienta ofendido”.

Así respondió el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, a la escaramuza mediática-virtual que generó la portada del semanario Proceso, “AMLO se aísla, el fantasma del fracaso”.

Lo que descuadra el discurso del mandatario electo es que tanto él como sus cercanos son proclives a responder observaciones y críticas puntuales con descalificaciones y adjetivos. Fifís, rapaces, mentirosos consuetudinarios e insinuaciones de tener intereses económicos ocultos detrás de cada interrogante.

Don Enrique Calderón Alzati, presidente de la Fundación Arturo Rosenblueth, prefecto de la consulta popular que derribó el NAIM, espetó lo mismo a tres periodistas; sus dudas, sospechas, inquietudes obedecen a sus filias neoliberales y que seguramente, tendrían algo invertido en la obra cancelada por voluntad del pueblo. ¿Debate? No. Imposición dogmática, intolerancia al cuestionamiento y medias verdades como absolutas.

Y es que las palabras del Presidente electo son mayores, las del líder social son hasta peligrosas según el contexto en que las dice o en el que se escuchan. Al decir que determinado periodista o medio son fifís; hordas de fanáticos lapidan a los indiciados por la voz del líder, hasta ahora, virtualmente, mañana…

Cuando Andrés Manuel López Obrador unge a determinados comunicadores como santos del oficio, ejemplos de probidad y sacrificio ofreciendo colocarlos en empresas privadas o en medios públicos a manera de homenaje a la libertad de expresión; el próximo mandatario calienta la plaza pública, divide el concierto nacional entre buenos y malos, entre puros y sucios; no hay debate, hay maniqueísmo puro y duro.

Trabajo que además no es del Presidente, es del público, de las audiencias que por cierto, tampoco son tontas, son pueblo, capaces de elegir, premiar o castigar a periodistas y medios con la presencia o ausencia de sus páginas, canales y frecuencias.

Andrés Manuel López Obrador dijo que la portada de Proceso fue sensacionalista, porque se ilustró con una foto donde se le observa demacrado. ¿Mala leche? Sí. Es editorializar desde la imagen, se vale. Y si antes, con los otros, no con ellos, se veneraba y servía de guía, la inconformidad desentona.

TSJCDMX nuevo presidente. Concluye el proceso para elegir al nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX. Entre los posibles destaca el magistrado Álvaro Augusto Pérez Juárez, el actual presidente interino quien, por cierto, no tiene ningún impedimento legal para seguir al frente de la primera magistratura de la capital.