La legalización del trabajo sexual

La legalización del trabajo sexual
Por:
  • antoniof-columnista

“En la prostitución, el cuerpo no se vende, se emplea”

Valérie Tasso

Se dice que el oficio más antiguo del mundo es la prostitución y no obstante en muchos países no se encuentra regulada o en los que sí, está regulada de forma muy básica, como sucede en México, en donde hay Estados que la tienen legalizada, mientras que en otros está prohibida. Hasta hace poco en la Ciudad de México la prostitución se criminalizaba con base en el artículo 27 de la Ley de Cultura Cívica; sin embargo, el pasado 23 de mayo el Congreso de la Ciudad de México eliminó la sanción, quedando a partir de entonces legalizada, por lo que las aproximadamente setenta mil personas que la ejercen, ya no serán criminalizadas, de las cuales se estima que unas veinte mil son menores de edad, resultando aún mas grave el problema.

Según estudios de la Asociación Civil Brigada Callejera, el universo de personas que ejercen la prostitución a nivel nacional es de alrededor de quinientas mil, que se compone de la siguiente forma: setenta por ciento por mujeres, veinticinco por ciento de travestis, y el cinco por ciento son hombres que visten de varones, sin distinguir su orientación sexual, cuya población cada día va en aumento en virtud del gran crecimiento de las ciudades sin un ordenamiento adecuado y por la migración de centro y sudamérica.

La prostitución encierra un gran contenido moral, por ello los gobiernos y las sociedades evitan hablar de este tema; sin embargo, siempre está ahí, oculta, sometida, pero siempre produciendo grandes ganancias a los proxonetas, policías y funcionarios, quienes bajo esquemas voluntarios o forzados explotan a grupos de personas nacionales, y en muchos casos migrantes latinoaméricanos que salen de sus países para encontrar mejores condiciones de vida.

Por lo anterior, un gobierno no puede esconder y dejar de regular la prostitución, sino por el contrario, debe proteger y regular dicha actividad, para evitar que las mafias y proxenetas se aprovechen de esta actividad, y que sean directamente beneficiadas las personas que la ejercen, para que dejen de ser explotadas.

Para quitarle la carga negativa a la prostitución se propone que se denomine trabajo sexual, como lo establece la Organización Internacional del Trabajo, la cual propugna por luchar contra la industria del sexo, contra los proxenetas, la explotación de los menores de edad, el turismo sexual, la pornografía, la trata de

personas, todas son actividades que controlan las grandes mafias en el mundo y cada vez con mayor crecimiento en México.

Por lo anterior, la legalización del trabajo sexual brinda grandes ventajas, pero también trae consigo muchos riesgos, para ello el Gobierno debe crear mecanismos de control y vigilancia, prohibir el que la ejerzan menores de edad, así como que las mafias y proxonetas no se aprovechen de la legalización para explotar libremente a las personas, regular los espacios en donde se pueden ofrecer los servicios, y ofrecerles salud pública.

Todo Estado debe de ofrecer condiciones de trabajo dignas y bien remuneradas, por ello las personas que ejercen el trabajo sexual deben tener otras alternativas de trabajo, para que con ello quien decida ejercer dicha actividad sea en uso de su libertad y no por necesidad.