Diego Cocca, el nuevo técnico de la Selección

TIEMPO DE COMPENSACIÓN

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Debido a su reciente llegada a Tigres, no se había contemplado a Diego Cocca como candidato para dirigir a la Selección Nacional en el siguiente periodo mundialista. No obstante, tras sólo cinco encuentros en el banquillo de la escuadra regia, el estratega argentino renunció para encabezar el proyecto del Tricolor.

Esta sorpresa ha causado reacciones mixtas por parte de los aficionados aztecas, pues Guillermo Almada parecía ser unánimemente deseado como el elegido. Además de un estilo de juego vistoso, ha tenido éxito con una camada de jóvenes canteranos que se perfilan como figuras claves para 2026.

Por su parte, Cocca se ha caracterizado por fomentar un juego organizado y equilibrado, con un énfasis en la solidez defensiva. Valora la disciplina táctica, busca minimizar los errores de su equipo para evitar conceder ocasiones. Además, también ha demostrado una tendencia a jugar con un estilo de juego directo, buscando aprovechar las oportunidades de contraataque y generar situaciones de peligro a base de trazos largos.

Esto es, en términos generales, completamente opuesto a lo que propuso Gerardo Martino durante su tiempo al mando de la selección, pues el “Tata” generalmente optaba por un sistema basado en la posesión de balón, el cual sufrió para crear ocasiones de peligro a lo largo del ciclo mundialista anterior.

Me parece que el estilo de juego no necesariamente debe ser prioridad, ya que cualquier plan es válido mientras su ejecución sea eficiente, lo cual se ha demostrado con equipos de distintos calibres. Marruecos fue un ejemplo claro, pero incluso vimos a la Francia de Deschamps lograr un campeonato del mundo con un estilo poco vistoso.

Por ende, si Cocca logra establecer solidez defensiva junto con transiciones dinámicas, nos tendremos que tragar nuestras quejas. No obstante, México enfrenta una disyuntiva que pocas selecciones comparten, pues está obligado a llevar la iniciativa en Concacaf, pero no tiene la materia prima para hacerlo contra selecciones de mayor nivel, por lo tanto el estratega debe lograr una versatilidad en su capacidad de planteamiento.

Como se ha mencionado en infinitas ocasiones, el director técnico no es el real responsable del estancamiento y mediocridad de la selección. Aún así, Cocca me parece pragmático y capaz; finalmente sólo nos queda esperar que la decisión haya sido tomada con base en la compatibilidad del estratega argentino con la materia prima actual.