Antonio Michel Guardiola

Super Bowl: Un reflejo de la relación México-EU

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Antonio Michel Guardiola*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Michel Guardiola
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Un gran amigo muy querido, José Antonio Meade, excanciller de México, me comentó una idea sobre cómo el Super Bowl refleja la profunda conexión y la interdependencia entre México y Estados Unidos.

Es el día de mayor consumo de aguacate en el mundo por el consumo de guacamole durante el evento. Cerca del 90% de las importaciones estadounidenses de aguacate vienen de México y 1 de cada 2 jitomates que se consumen en EU proviene del vecino del sur. La mayor parte de salchichas y del pan que se utilizan para preparar hot-dogs en los estadios son producidas por empresas mexicanas. México es el segundo país con más aficionados al fútbol americano, con 48 millones.

No es posible concebir una actividad cotidiana como ésta sin la relación bilateral. En gran parte, esto se explica por el comercio: más del 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen hacia el norte; más del 50% de la inversión extranjera directa en México viene de EU; se comercia 1 millón de dólares por minuto a través de la frontera y 10% de nuestra población radica en territorio estadounidense.

La única política que ha sobrevivido los cambios de gobierno, en ambos países, desde 1993, ha sido el Tratado de Libre Comercio. Sin importar el partido en el poder, México tiene presente la importancia de la relación comercial. De igual manera, aun cuando Donald Trump amenazó con salirse, recibió la suficiente presión de legisladores, empresas y organizaciones estadounidenses para llegar a un nuevo tratado. Hay cientos de industrias y millones de empleos que se verían afectados ante una fractura en los flujos comerciales.

A pesar de las fricciones que se han resaltado en medios de comunicación entre López Obrador y Biden, los aspectos fundamentales de la relación permanecen intactos. Un ejemplo es que la Cumbre de Líderes de América del Norte gozó de una participación extensa del mandatario estadounidense. Por su parte, Washington ha dejado de lado las declaraciones y simbolismos de López Obrador para enfocarse en los asuntos relevantes como la migración y la seguridad. Sin embargo, ninguna relación está exenta de un debilitamiento constante.

La omisión de México, la semana pasada, en el discurso sobre el Estado de la Unión de Joe Biden no es cosa menor. Adicionalmente, no ha habido una declaración posterior a la Cumbre en la que se refieran a algún acuerdo respecto de la solicitud de EU de consultas respecto de la política energética de México. No queda claro si procederán con el establecimiento de un panel de resolución de controversias, pero, de ser el caso, no sería buena noticia para la relación bilateral y menos para el comercio. Las represalias podrían afectar incluso a los productos mencionados.

El Super Bowl demuestra que México y EU están conectados hasta en niveles casi imperceptibles. No obstante, la edición de este año es prueba del poder de la perseverancia, como lo demostraron los Chiefs con su triunfo tras remontar un déficit de diez puntos. De igual manera, los constantes atentados contra la relación bilateral pueden eventualmente cambiar el resultado del partido. El Super Bowl se juega con o sin guacamole, pero el aguacate mexicano pierde si no está en ese Tazón.