Crecimiento, bienestar, felicidad (1/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Al hablar de crecimiento me refiero al de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios.

Al hablar de bienestar me refiero al material, que depende, no exclusivamente, pero sí de manera importante, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se disponga para satisfacer las necesidades, comenzando por las básicas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la dignidad (hay mucho de indigno, no en el pobre, pero sí en la pobreza), la salud y la vida.

Al hablar de felicidad me refiero a la única posible, la humana, que consiste (al menos para efecto de estos Pesos y Contrapesos), en el estado de satisfacción con la propia existencia, que no se limita al bienestar material, porque tiene que ver más con el bien ser que con el mucho tener y el bien estar.

El crecimiento de la economía (dato objetivo) es una condición necesaria del bienestar material (dato objetivo/subjetivo), y el bienestar material es una condición necesaria de la felicidad (dato subjetivo).

El crecimiento de la economía es una condición necesaria del bienestar material, que depende, de manera importante, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se disponga para la satisfacción de las necesidades, la mayoría de los cuales hay que comprar, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual hay que generar ingreso, para lo cual hay que tener empleo, empleos e ingresos que dependen de las inversiones directas destinadas: (i) a la producción de bienes y servicios, con la que se mide el crecimiento de la economía; (ii) a la creación de empleos, puesto que para producir alguien tiene que trabajar; (iii) a la generación de ingresos, puesto que a quien trabaja se le paga, empleos e ingresos que son condiciones necesarias para el bienestar, sobre todo si el mismo debe ser, como corresponde a la dignidad de la persona, resultado del trabajo propio, no de las dádivas otorgadas por el gobierno, consecuencia de la redistribución gubernamental del ingreso, de quitarle a Juan lo que, por ser producto de su trabajo, es de Juan, para darle a Pedro lo que, por no ser producto de su trabajo, no es de Pedro. ¿Y qué es el producto del trabajo de Juan? El ingreso de Juan.

El bienestar material es condición necesaria de la felicidad, de ese estado de satisfacción con la propia existencia que, para realmente serlo, supone, entre otras cosas, la satisfacción de las necesidades básicas, para lo cual hay que disponer de la cantidad, calidad y variedad adecuadas de bienes y servicios, para lo cual, dado que hay que comprarlos, se requiere de ingreso, y por lo tanto de empleo, que dependen de las inversiones directas.

¿Cómo andamos en México en materia de crecimiento, bienestar y felicidad?

Continuará.