Arturo Damm Arnal

Tipo de cambio, ¿qué conviene? (2/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El tipo de cambio es un precio, del dólar en términos de pesos, que influye en el precio de importaciones, que pagamos con dólares:

A mayor (menor) tipo de cambio mayor (menor) precio de las importaciones en términos de pesos, y de exportaciones, que nos pagan con dólares: a mayor (menor) tipo de cambio mayor (menor) precio de las exportaciones en términos de pesos. En una economía que participa en el comercio exterior el tipo de cambio es importante.

Lo correcto es que el tipo de cambio se determine en el mercado, por la interacción entre oferta y demanda de dólares, dejando que operen las leyes de la oferta y la demanda, permitiendo que los mercados tiendan al equilibrio, corrigiendo situaciones de escasez (cantidad demandada mayor que la ofrecida) o de abundancia (cantidad ofrecida mayor que la demanda).

Lo correcto es que el tipo de cambio se determine en el mercado, sin intervención del gobierno que, tratándose del comercio exterior, puede ser, o a favor de los exportadores (y contra los importadores), o a favor de los importadores (y contra los exportadores).

La intervención gubernamental a favor de los exportados supone la devaluación, el aumento del tipo de cambio: si aumenta, por cada dólar de mercancía exportada al exportador mexicano le pagan más pesos. Le conviene.

La intervención gubernamental a favor de los importadores supone la revaluación, la baja del tipo de cambio: si baja, por cada dólar de mercancía importada el importador mexicano paga menos pesos. Le conviene.

¿Qué debe hacer el gobierno? ¿Devaluar (para lo cual debe reducir la cantidad de dólares en el mercado, demandándolos, aumentando sus reservas), o revaluar (para lo cual debe aumentar la cantidad de dólares en el mercado, ofreciéndolos, reduciendo sus reservas)? Ni lo uno, ni lo otro. El gobierno no debe participar en el mercado cambiario (por lo cual no debe tener reservas, producto de esa participación). Sin embargo participa. En nuestro caso por medio del Banco de México, que demanda y ofrece dólares, y en concreto de la Comisión de Cambios.

La Comisión de Cambios es el organismo encargado de la política cambiaria, con la cual se modifica el resultado del mercado, ya sea aumentando la demanda de dólares, generando presiones devaluatorias, que benefician a exportadores; ya sea aumentando su oferta, ocasionando presiones revaluatorias, que benefician a importadores.

La Comisión de Cambios está integrada por funcionarios del Banco de México y de la Secretaría de Hacienda, pero la preside el secretario de Hacienda, por lo que, quien tiene la última palabra en materia cambiaria es el gobierno, no el banco central, que, por obra y gracia de la Comisión de Cambios, ve limitada su autonomía.

Si lo que conviene es que el tipo de cambio se determine en el mercado, sin intervención del gobierno, la Comisión de Cambios, cuya tarea (como la de cualquier otra política económica), es modificar el resultado del mercado cambiario (practicando una política cambiaria), sale sobrando, por lo que debería eliminarse.

Cierto, el tipo de cambio flota libremente el mercado, determinado por la interacción entre oferta y demanda de dólares, ¡mientras la Comisión de Cambios no disponga lo contrario! ¿Qué tenemos? Otro elemento de incertidumbre. Lo que debe ser, la libre flotación, no está garantizada.