Arturo Vieyra

Crecer más: un reto indispensable

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Estamos en el camino de la recuperación económica. Revisemos las cifras. El crecimiento del PIB confirma una aceleración durante el segundo trimestre de este año, creció 1.5% respecto al trimestre previo superior a lo visto en el primer trimestre (1.1%).

A tasa anual, el PIB se incrementó 19.5%, después de una caída de 2.7% en el trimestre anterior. No obstante, datos del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE, proxi mensual del PIB) registran una caída de la producción nacional en junio de 0.9% respecto a mayo; no obstante, ello no anula la recuperación productiva.

Destaca el fuerte impulso desde el sector servicios. Mientras las actividades agrícolas y la industria desaceleraron marginalmente, los servicios mejoran su crecimiento hasta 2.0% trimestral desde 1.4% en el trimestre previo. Tal mejoría se explica por la mayor apertura asociada al avance del proceso de vacunación.

La lectura de las cifras anteriores es positiva, a pesar de la fuerte intensidad de la tercera ola de contagios —que, por fortuna ya, perfila un descenso—, el daño económico será menor a las olas anteriores, por lo que posiblemente la expansión de la producción nacional continuará durante el segundo semestre, logrando un avance del PIB cercano al 6.0% en el promedio del año.

Este crecimiento puede lucir espectacular, pero recordemos que buena parte se explica por la drástica caída del año pasado. Para ejemplificar, suponga que la producción permaneciera en el mismo nivel en el que cerró 2020, es decir, que ya no se hubiera registrado crecimiento, en este caso, el crecimiento promedio del PIB durante 2021 sería 3.5%. Por lo tanto, un avance económico de 6.0% sólo implicará un esfuerzo adicional sobre el crecimiento de 2.5 puntos porcentuales, por cierto, muy cercano al avance promedio de las últimas décadas.

Las expectativas no superan la falta de impulso al crecimiento económico. El consenso de la más reciente Encuesta Citibanamex y la estimación en el reciente Informe Trimestral de Inflación de Banxico apuntan un crecimiento del PIB de 3.0% para el 2022. De concretarse este pronóstico estaremos de nueva cuenta en la dinámica de crecimiento insuficiente para poder resarcir el rezago en la creación de empleos formales que, cabe mencionar, se acrecentó sensiblemente por el impacto de la crisis económica.

Hoy más que nunca se necesita un crecimiento más acelerado, la añeja frase de crear un millón de empleos al año (que incluso no se alcanza con el 3% estimado para el año siguiente), es ahora insuficiente, se requieren más empleos al año. La prioridad radica en impulsar la inversión pública y privada, ambas con un rezago significativo.

En la víspera de la presentación del programa económico 2022, sería muy oportuno presentar un plan que logre incentivar un mayor crecimiento. Sin duda un presupuesto orientado hacia el logro de incentivos para aumentar la inversión representa una poderosa herramienta para promover un mayor avance de la economía. Las condiciones externas están dadas, Estados Unidos está en plena expansión económica, hay que aprovecharla. No es posible continuar sujetos a la inercia económica. Cualquier esfuerzo redistributivo del ingreso en favor de los más desprotegidos es insuficiente si la economía no avanza. No es posible repartir más sin un mayor crecimiento económico.