Arturo Vieyra

Fortaleza del peso sigue sorprendiendo

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La evolución del tipo de cambio nominal ha sido sorprendente, el nivel actual cercano a los 17 pesos por dólar representa una apreciación de 12% respecto al nivel que tenía a principios del año pasado.

Este movimiento, sin lugar a duda, posiciona al peso como una de las monedas más fuertes de los mercados emergentes. La apreciación de cualquier moneda requiere una condición de liquidez a nivel internacional que, en el caso del peso, se cubre cabalmente, ya que se puede negociar fácilmente, con confianza y a través de grandes volúmenes de transacciones en los mercados cambiarios a nivel mundial. El peso es la moneda más líquida de Latinoamérica y la número 16 entre las más negociadas mundialmente (el dólar estadounidense es el número uno).

La moneda mexicana puede alcanzar un alto grado de liquidez internacional debido a tres factores fundamentales: el régimen de flotación (con muy pocas y marginales intervenciones del banco central); es negociable durante las 24 horas del día; y el país goza de estabilidad macroeconómica e independencia de Banxico. Estas condiciones a su vez refuerzan la confianza de los mercados en el peso.

Para entender de manera más precisa las razones que explican la fortaleza del peso, hay que tener muy claro que el tipo de cambio es un precio que, bajo condiciones de libre flotación, su nivel viene determinado principalmente por las condiciones de oferta y demanda de dólares.

En consecuencia, la apreciación nominal del tipo de cambio refleja en lo fundamental una oferta de dólares mayor a la demanda. Actualmente hay razones fundamentales que han apoyado la mayor oferta de dólares.

En primer lugar, la perspectiva de crecimiento en México se ha fortalecido con el llamado nearshoring, además de que el proyecto del Corredor Transístmico cobra una relevancia fundamental en un entorno de crisis del Canal de Panamá. Ambos proyectos fortalecen de manera directa la entrada de Inversión Extranjera Directa que, por cierto, el año pasado alcanzó una cifra récord de 36.1 mil millones de dólares (mmd), además de que existe la expectativa que se siga incrementando en los años por venir.

En segundo lugar, es enorme la fortaleza de Banxico para enfrentar cualquier ataque especulativo con un nivel históricamente alto de reservas internacionales de 213 mmdd, a lo que hay que sumar la aprobación del FMI de una línea de crédito (se usaría sólo en caso extraordinario) por 35 mmdd. Finalmente, está el diferencial de tasas de interés entre la mexicana y la de Estados Unidos que favorece una posición del peso más fuerte frente al dólar.

En consecuencia, el nivel de la paridad cambiaria no necesariamente es un indicador directo del buen o mal desempeño de un Gobierno, pero si refleja la estabilidad macrofinanciera que éste imprime a la economía a través de sus políticas públicas. Hacia adelante, si bien es muy complicado realizar un pronóstico por la complejidad del mercado cambiario, podemos esperar, al igual que el grueso de analistas, una ligera depreciación que, según cálculos propios, podría alcanzar hasta los 18 pesos al final del año.

Este movimiento estaría promovido por la reducción del diferencial de tasas, el mayor déficit fiscal que imprime mayor nerviosismo en los mercados y por la mayor volatilidad financiera que involucran los próximos procesos electorales en México y EU. No obstante, hay que tener bien claro que se trata de movimientos naturales del mercado y que estamos muy lejos de una un escenario de crisis.