Bernardo Pérez

El residente y el honor

COLUMNA INVITADA

Bernardo Pérez
Bernardo Pérez
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Durante los últimos días, las experiencias que hemos vivido los Residentes con esta pandemia de COVID-19, nos han recordado cosas básicas como el honor.

El honor es la cualidad moral que obliga al hombre al más estricto cumplimiento de sus deberes consigo mismo y con los demás. Y ese mismo es el que ha mantenido a muchos Residentes y adscritos en pie de lucha al frente de la batalla, sin pensar si les conviene o no, si es justo o es injusto o con el dilema de ”faltar al deber de cuidar al prójimo como fin último del acto médico” o cuidarse a sí mismos, a su economía y a sus familias.

Ante la existencia de estas sensaciones, muchos abandonaron el barco desde temprano, se “incapacitaron” o recordaron que no “les tocaba” y esto me hace preguntar: ¿En qué momento la estructura del sistema de salud recreó los modos de vida del hombre primitivo donde la lucha por sobrevivir, anula toda capacidad simbólica como el honor y nos vuelve a una condición infrahumana?

La explicación parece sencilla después de ver que existen hospitales en el país donde hay Residentes “sin beca”, donde se permite el maltrato y el acoso a las mujeres Residentes, o donde hay un solo Residente a cargo de veinte o más pacientes críticos, lo cual vuelve imposible seguir un protocolo que disminuya la mortalidad o ya de menos permita “atender” (con sus honrosas excepciones).

Ante esto se han enfocado los esfuerzos en las compras, como las de los ventiladores. Eso está bien. ¡Se necesitan ventiladores!, pero más que eso, se necesita reestructurar el sistema de atención médica y poner como pivote al Residente y su bienestar.

Hay que limitar su desgaste, facilitar el crecimiento académico y personal, además de cuidar enfáticamente su estabilidad emocional; Eso es más barato a largo plazo, que solo vivirse en lo urgente de comprar y comprar, contratar y contratar, además, tiene un efecto directo e inmediato en el bienestar (la nueva medida de estabilidad). Y aunque es cierto que los problemas actuales no tienen su base en la actualidad, también es cierto que sólo en la actualidad es en donde se tiene la oportunidad de ofrecer una solución, porque mientras eso no suceda, lo único que mantendrá al Residente en pie, será su propio honor y la esperanza de que algún día, la pirámide de prioridades se modifique.