Sumisión química

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Crecen los casos en donde delincuentes les dan droga a sus víctimas para que pierdan la voluntad y la memoria. No solamente para abusar sexualmente de las personas, sino para robarlas, hacer un secuestro exprés o una extorsión.

El peligro de los bares

Un grupo de personas protestó ante la Fiscalía General del Estado de México, contra los delitos por los que se inculpaba a los presuntos responsables de la muerte del empresario Íñigo Arenas, en agosto pasado.
Un grupo de personas protestó ante la Fiscalía General del Estado de México, contra los delitos por los que se inculpaba a los presuntos responsables de la muerte del empresario Íñigo Arenas, en agosto pasado.Foto: Cuartoscuro

La mayoría de los casos son jóvenes que acudieron a un bar, discoteca o festival de música donde alguien mezcló su bebida con alguna droga para adormecerlos, robarles, secuestrarlos y abusar de ellos.

Cuando sales a un antro normalmente estás más atento, pero la sumisión química, que te den ciertas sustancias para perder la voluntad, también se está dando dentro de los hogares, en donde el agresor pudiera ser algún familiar o incluso la propia pareja sentimental.

Hay un dato que es importante, 80 por ciento del abuso sexual infantil proviene de un familiar o persona conocida.

Estas drogas las pueden introducir dentro de un vaso sin que nadie se dé cuenta, hay sustancias que te pueden soplar en la cara; o por ejemplo, en España el año pasado se puso de moda que estas drogas las “pincharan” con jeringas en algún antro o bar.

Una vez que han administrado alguna de estas sustancias, el afectado empieza a sentirse desorientado, con dolor de cabeza. Se puede quedar dormido y al despertar no saber siquiera qué le sucedió.

Muchas mujeres se han dado cuenta de que han sido abusadas sexualmente porque despiertan con dolores en las partes íntimas o se dan cuenta de que tienen golpes en el cuerpo o la cara. No es fácil darse cuenta de que han sido víctimas de una sumisión química.

Pero estas drogas no se utilizan únicamente para abusar sexualmente de una persona, el objetivo también puede se para robarlo o extorsionarlo. Lo vimos con el caso de Íñigo Arenas, quien perdió la vida en un bar llamado el Black Royce.

Imagínate salir a un bar a divertirte y se te pasan las copas, puede ser que alguien te haya metido una droga o bien, que al salir del antro y tomar un taxi, en éste te den una sustancia para perder la voluntad.

Una vez intoxicado te llevan a un table, te sacan fotos con mujeres o bien, si eres mujer, las fotos son con poca ropa, y las utilizan para extorsionarte. Así, cuando metan cargos a la tarjeta de crédito o débito, no hay denuncia.

Esto es lo que le sucedió al empresario Íñigo Arenas, quien perdió la vida porque lo drogaron y se les pasó la dosis.

Al hacer la investigación sobre su muerte, se encontraron cuatro cargos por un total de 40 mil pesos en la tarjeta del empresario, realizados en el antro Black Royce. Esto pasa casi todos los fines de semana en la Ciudad de México.

María Elena Morera, presidenta de la organización civil Causa en Común, nos ha dicho que este tipo de operaciones se dan desde hace mucho tiempo, y asegura que meseros, capitanes, valet parking y taxistas están confabulados.

Entre las drogas que más se usan para cometer este delito son el GHB, benzodiacepinas y la burundanga, también conocida como escopolamina, ésta última es la sustancia más popular, ya que natural o sintética, tiene un efecto inmediato y su permanencia dentro del cuerpo no dura más de cinco horas, además de que no se detecta a través de exámenes antidoping.

En España, la sumisión química ha crecido de forma exponencial; aunque no es un delito nuevo, muy poca gente lo denuncia, solamente una de cada 10 personas, por lo cual, la agresión casi siempre queda impune.

En México sucede lo mismo, la mayoría de las personas se sienten avergonzadas de haber sido drogadas y no denuncian.

También se hace muy difícil denunciar, porque al ser drogas que te hacen perder la memoria, las víctimas no se acuerdan de lo sucedido para poderlo narrar ante un Ministerio Público. Y también está el tema de que muchas veces este tipo de drogas no salen en los antidoping.

En México, el delito por sumisión química no se percibe como tal en los reportes de denuncias, es casi inexistente este tipo de agresión, no existe un marco legal que hable de este tema, sólo se persiguen los delitos que ocurren después de la pérdida de la conciencia de la víctima.

Como ocurrió en abril de 2022, cuando Sofía de 17 años perdió la vida tras acudir a una celebración por terminar la preparatoria y donde adulteraron su bebida.

Este caso se lo di a conocer en otro momento, la joven que siempre se dedicó a estudiar, accedió a ir a la reunión porque sus padres la convencieron de que era momento de un descanso.

Salió de la Preparatoria Número 4 Vidal Castañeda y Nájera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) rumbo a un bar ubicado en la colonia Doctores para festejar junto a sus compañeros.

Unas horas después, Sofía ingresó a un hospital sin signos de vida. En los reportes no se detectaron señales de violencia y el deceso fue notificado ante el Ministerio Público, donde se abrió la carpeta de investigación correspondiente.

Sólo en la Ciudad de México más de 300 mujeres son violadas al año en completo estado de narcosis, de acuerdo con los datos más recientes de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas (ADIVAC).

Pero no sólo ocurre en contra de las mujeres, los hombres también son víctimas y en estos casos muchas veces se trata de redes criminales ligadas a las llamadas “goteras”, mujeres que acuden a bares para coquetear con hombres, a quienes pueden convencer de salir de la fiesta y estar en un hotel donde la droga hace efecto y poder robarles sus pertenencias, en el peor de los casos estos hombres pueden perder la vida.

Prevenir ser víctima de sumisión química es casi imposible, lo único que puede salvar a quien ha sufrido una intoxicación es que alguien cercano se dé cuenta antes de que sea víctima de violación o robo.

Por eso nunca hay que salir solos, sobre todo, a bares. Si has sido víctima de que te droguen, algún amigo o amiga te puede salvar la vida alejándote del agresor cuando se ha perdido la voluntad y llevándote a un Centro de Salud.