Carlos Urdiales

Caminito de la escuela, la SEP, responsable

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
Por:

Realista, con cubrebocas, con criterio, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, hizo lo correcto. Y lo posible. Ahora falta lo imposible; cerrar la brecha entre pobres y ricos, entre los menores que tienen acceso a televisión, Internet, espacio y tiempo para aprender a distancia y quienes carecen de eso y más.

El acuerdo entre Gobierno y televisoras concesionarias de canales abiertos es un esfuerzo notable pero insuficiente; el alcance de la tele-escuela en el México real es muy corta. En los planteles públicos no hay agua, baños, pizarrones y a veces ni electricidad. En los hogares de los niños y las niñas que acuden a esas escuelas la precariedad es proporcional.

¿Quién va a verificar la asistencia? ¿Quién el aprovechamiento? ¿Quién el avance del colectivo escolar? ¿La gratuidad de la educación pública se extravía? ¿Qué harán los padres que salen del hogar a ganarse la vida para ser copartícipes de la formación de sus críos? ¿Quién le va a pagar a los distantes docentes su Internet, su dispositivo, su capacitación?

Lo más importante. La SEP no puede hacer más, la contención de la pandemia gravita en otras órbitas burocráticas y políticas. La depresión económica presiona el manejo sanitario y la suma de ambos fenómenos oprime el margen de maniobra de la educación. La brecha entre pobres y quienes pueden acceder a herramientas eficientes a distancia crecerá irremediablemente, aunque sus efectos no se midan en el corto plazo.

El Marro cayó y calló. La captura de José Antonio Yépez Ortiz en Apaseo el Grande, Guanajuato, es una buena noticia. Primero revela que el pleito López Obrador-Diego Sinhue no dinamitó la cooperación entre autoridades federales y la Fiscalía del estado para quebrantar los cercos alrededor de El Marro, huachicolero, secuestrador y extorsionador sin par en la región y jefe del llamado Cártel de Santa Rosa de Lima.

Alfonso Durazo, secretario de Seguridad federal, presumía que El Marro ya no chapoteaba en su narcoresidencia; que andaba a salto de mata sufriendo para juntar la nómina semanal de sus halcones y gatilleros. La UIF congeló cuentas bancarias de El Marro por más de 35 millones de pesos, lo secaron. Del otro lado, el grupo élite del CJNG difundió videos sobre su capacidad de fuego y organización para reclamar, sobre Guanajuato, nuevo dominio y nuevo demonio regional.

A El Marro o lo apañaba la justicia o lo ejecutaba la injusticia. Pero sin El Marro la paz y la seguridad en Guanajuato no están garantizadas. ¿Quién reemplazará al huachicolero? ¿El Cártel Jalisco Nueva Generación o las instituciones locales y federales que de tan corroídas permitieron engendrar al perverso personaje?

Porque encerrado El Marro la rabia no se termina. El coletazo está por venir y tanto la 4T, como el gobierno panista de Guanajuato están obligados a más y mejor coordinación si buscan acabar con el baño de sangre allá donde la vida, con Marro o sin Marro, no vale nada.