Carlos Urdiales

Morena aprieta, cruje…

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
Carlos Urdiales
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La melcocha partidista que dio forma a Morena huele feo. Su descomposición inició con su radicalismo; son sectarios, aman los clanes y la comunión de intereses y mañas; anarquía ideológica y desarticulación estructural los pinta. Morena es caudillo-dependiente.

Así desde la escisión priista de los progresistas Cárdenas, Muñoz Ledo, Martínez, López Obrador. Así en el Frente Nacional Democrático o en el PRD . El conflicto interno es su ADN. La vitalidad y sus genes plurales, la justificación. Morena se empachó.

En la definición para su dirigencia o de sus métodos para designar candidatos impera la ambición mal disfrazada con un discurso populista idéntico al del PRI cuando el partidazo encarnaba los ideales de la Revolución y la voluntad unívoca del pueblo. Ahora es al pueblo y a la transformación. Lo mismo.

Patadas por debajo y arriba de la mesa. Rompimientos y berrinches en la disputa por el cargo, presupuesto, estructuras de gobierno, clientelas y ¡claro!, el privilegio de servir a la Nación. Apóstoles de la 4T, ajá.

La cuesta. Será tan larga como empinada. Las hostilidades del 2021 arrancan con el freno de mano puesto, semáforo en rojo y hospitales en el Valle de México a reventar. La semana pasada, 44 por ciento más pacientes intubados en CdMx. La pandemia golpea sin cuenta regresiva, el conteo que pesa y abruma es el de los muertos, el de las partidas sin despedidas, con llanto y luto escondidos.

Si los contagios no dan respiro, excepto al zar que vacaciona en playas de Oaxaca sin pena, cubrebocas, ni Gloria; la economía rechina para superar el descalabro del año pasado que rondará un escalofriante 10 por ciento bajo cero; la pandemia extinguió 647 mil empleos formales.

Pagar será una odisea, conseguir, mantener o mejorar el ingreso, otra. Las alegres cuentas oficiales que miran una notable recuperación de puestos de trabajo, son un cuento de mal gusto. En términos reales, 2021 nace con menos empleos de los que había hace un año.

Y a los muertos por Covid (128 mil) sume los caídos por la furia criminal (40 mil) que no sabe de abrazos, solo de balazos. 2020 fue el año más violento. 2021, con más desesperación y menos oportunidades, será caldo de cultivo para más atracos, secuestros, robos, extorsiones, homicidios y guerras entre cárteles que se disputan territorios decorados con la Guardia Nacional más mansa del mundo.

La cuesta de enero llegará hasta diciembre. Si los pronósticos de Hacienda y Banco de México no descarrilan por nuevos brotes y pocas vacunas, la economía nacional crecerá 3, acaso 4 por ciento. A finales de 2021, con medio sexenio extinguido, la caída habrá sido de entre 5 y 6 por ciento con respecto al último año del periodo neoliberal cuando “solo” crecíamos 2 por ciento cada año.

No es por ser aguafiestas, pero más vale tomar aire, cubrebocas y comenzar a empujar porque la recuperación en salud, economía y seguridad, nomás no despunta. Como sea, feliz y saludable año nuevo.