Eduardo Marín Conde

Cine de culto

CINEBUTACA

Eduardo Marín Conde
Eduardo Marín Conde
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Viendo diversas películas para tratar de sobrellevar el necesario distanciamiento social por la pandemia, me he encontrado con ese curioso, excéntrico tipo de filmes considerados de culto. ¿Qué es una película de culto? No es fácil una definición. Ahí se incluyen todo tipo de estilos y géneros, con notables diferencias de calidad.

La primera y obligada premisa es que sea una obra que a un determinado grupo de cinéfilos les provoca un ferviente entusiasmo, más bien un gozo particular. Pero ello no es suficiente. No debe confundirse con nuestros filmes preferidos. Yo disfruto ver una y otra vez “Casablanca”, “Cantando bajo la lluvia” o “Ben Hur”, que no entran en esta categoría. Tampoco “El padrino”, para mi la mejor película de todos los tiempos. La serie “Star Wars”, la más exitosa de la historia, tiene legiones de millones de fans, verdaderos expertos en toda su cronología y personajes, pero se trata de un fenómeno sociológico diferente. Ni las dos mega taquilleras producciones de James Cameron, “Titanic” y “Avatar”, ni la película más vista de la historia, “Lo que el viento se llevó”, pertenecen a esta categoría.

Las películas de culto son como una especie de secta, cuya historia implica una transgresión. Deben ser anti convencionales en su narrativa y en su desarrollo argumental y marcar un hito como un producto extraño, diferente, irrepetible.

Pueden oscilar entre lo sublime, como “Naranja mecánica”, de Kubrick, y lo patético, como “Plan 9 del espacio exterior”, de Ed Wood, calificado como el peor director del mundo, y a quien Tim Burton le dio fama en su película homónima, donde Johnny Depp personificaba al peculiar cineasta. Tan chafa es todo su concepto que adquiere un refrescante y ameno humor involuntario que pasó a formar parte de la leyenda.

Otras obras de alta calidad que innegablemente son de culto son “Blade Runner”, de Ridley Scott, y “Pulp Fiction”, de Tarantino, íconos de la cultura popular cinematográfica, de audaz creatividad.

Pero el ejemplo más representativo de película de culto es el legendario musical “El show de terror de Rocky”, de 1975, que congregaba a fans en funciones especiales de medianoche.

En el cine mexicano, esa distinción le corresponde al del chileno Alejandro Jodorowsky en su ya mítica trilogía de fines de los 60 y principios de los 70 conformada por “Fando y Lis”, “El topo” y, sobre todo, “La montaña sagrada”. En el otro extremo, podemos considerar de culto, por las mismas razones que las de la referida cinta dirigida por Ed Wood, a “Santo vs. las mujeres vampiro”.

He aquí una lista de 10 importantes películas de culto, muy diferentes entre sí pero que representan una experiencia en sí misma:

“Freaks” (1932)

“La noche de los muertos vivientes” (1968)

“Easy Rider (1969)

“Naranja mecánica” (1971)

“Pink Flamingos” (1972)

“El show de terror de Rocky” (1975)

“Eraserhead” (1977)

“Blade Runner” (1982)

“Pulp Fiction” (1994)

“Trainspotting” (1996)