Eduardo Marín Conde

Cine y elecciones

CINEBUTACA

Eduardo Marín Conde
Eduardo Marín Conde
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Mañana tendremos en México cruciales elecciones a nivel federal, estatal y municipal. Como en prácticamente todos los aspectos de la vida, el cine ha dado variado testimonio de diversos sucesos relacionados con la celebración de comicios.

Un filme emblemático es “El Candidato”, (1972) de Michael Ritchie, estelarizada por un entonces prometedor Robert Redford. A pesar de tener casi medio siglo, no ha perdido la vigencia de su radiografía respecto a la influencia de poderosos intereses corporativos y la manipulación política sobre las masas. Su puntual retrato de relaciones políticas le valió el Oscar a Mejor Guion Original. Hace diez años, “Poder y traición” (“The ides of March”), que dirigió e interpretó George Clooney (con un destacado reparto con el inolvidable Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Ryan Gosling y Evan Rachel Wood) nos ofreció otro certero retrato de la política sucia en las campañas, en donde prevalecen maquinaciones e intrigas en aras del objetivo del poder como ambición personal.

Como se evidenció ahora en el contexto de nuestras ríspidas campañas, un aspecto esencial es la relación entre los candidatos y los medios de comunicación, donde afloran componendas, presiones y amenazas. Esa joya que es la mítica “El ciudadano Kane”, de Orson Welles, sigue siendo un ejemplo sagaz de esa relación tan compleja, tan delicada. La producción de Netflix “Mank”, nominada este mismo año a 10 Oscar, puntilloso relato sobre el guionista de Kane, Herman Mankiewicz, aborda precisamente esos vínculos de poder.

En cuanto a elecciones, mucho vale la pena el filme televisivo, poco conocido, “Recount” de HBO (2008), eficaz y más que relevante crónica del conflicto poselectoral en Florida tras la contienda Bush-Gore de 2000. El ahora apestado Kevin Spacey estelarizó esta obra que debería ser obligada para estudiosos y estrategas políticos.

En México los pocos intentos cinematográficos por internarse en el tema de elecciones, han sido desafortunados. El director Luis Mandoki lo intentó en el documental “¿Quién es el Sr. López” retrato del actual Presidente de la República, estrenado poco antes de los comicios de 2006. La película fue una apología individual concebida más como un vehículo propagandístico. Hubiera sido más útil como estrategia política y sin duda más valiosa como obra fílmica, haber abordado un retrato que mostrara de manera más convincente su lado humano, con virtudes y defectos. Al año siguiente, Mandoki realizó “Fraude: México 2006”, que al igual que otro documental, “0.56” (2010) de Lorenzo Hagerman, fue concebido para sostener a toda costa la reiterada tesis del fraude en la elección presidencial de 2006.

Igualmente muy fallido fue el ambicioso pero poco rigorista intento por abordar el asesinato de Luis Donaldo Colosio en la campaña del 94 que emprendió Carlos Bolado en “Colosio: el asesinato”, estrenado poco antes de las elecciones de 2012. Como en el caso de la tragedia del Metro, el cine mexicano tiene el gran reto de dar testimonio de estos momentos de tanta intensidad política que están marcando historia.